|
II.2.E8. D-ONU.7
Misión Permanente de la República Bolivariana de Venezuela ante las Naciones
Unidas
Nueva York, 3 de Marzo del 2004
Ciudadano
Jesús Pérez
Ministro de Relaciones Exteriores
Su Despacho.-
Señor Ministro:
Cuando usted asumió sus funciones como Ministro de Relaciones Exteriores, afirmó
ante la prensa que los Embajadores de Venezuela deben seguir las líneas del
Gobierno, y que los que "no se sientan identificados con este proceso, tendrán
que irse de la Cancillería".
Esta misma admonición la repitió el General Arévalo Méndez, ViceMinistro de
Relaciones Exteriores, en una reunión a la que convocó a un grupo de
Embajadores, en la cual de manera clara resaltaba instrucciones a los
diplomáticos en el mismo sentido. En esa reunión le indiqué alViceMinistro, que
después de más de 30 años de representar a Venezuela en nueve Gobiernos
diferentes como funcionario de la Cancillería, estaba convencido que la posición
del diplomático debe ser la de representar al Gobierno, dentro del marco legal y
constitucional. Pero además, señalé que los diplomáticos tenemos el compromiso
de representar al Estado.
Como funcionarios públicos estamos obligados a cumplir las instrucciones de la
Cancillería, pero también en coadyuvar en que se cumplan los compromisos
adquiridos por los Parlamentarios; los Empresarios; los Gobernadores; los
representantes de la Cultura; las diferentes instituciones democráticas no
gubernamentales, todo ello para el beneficio de la Nación venezolana.Señalé en
esa reunión, que no podíamos trasladar a nivel de nuestras Misiones Diplomáticas
en el exterior, los efectos de la bipolarización que vive el país, y que nuestra
función diplomática debe ser amplia y global como siempre lo ha sido.
Destaque finalmente que la revolución informática gracias al aporte tecnológico
dado por Internet, hacia imposible "tapar el sol con un dedo", y el mejor aporte
de un diplomático en el exterior, es traducir verazmente la visión de Venezuela,
ya que en todo caso nuestros interlocutores conocen nuestra realidad con mucha
facilidad. Estas ideas fueron rechazadas enfáticamente por el ViceMinistro.
Pero más grave que lo anterior, es la situación que se ha presentado en los
últimos días, que pone en peligro los tres principios fundamentales que deben
regir la actuación de un diplomático venezolano en el exterior, que son:
* La plena vigencia de los Derechos Humanos
* La plena vigencia de la Democracia
* El Diálogo Diplomático como norma de actuación
La condición "sine qua non" para que un diplomático democrático pueda cumplir
sus funciones, es que estos tres principios fundamentales se cumplan en
libertad. Si estos tres principios no se respetan, resulta imposible poder
continuar trabajando con un Gobierno que deforma y vulnera estos principios.
* Plena vigencia de los Derechos Humanos :
El 27 de febrero, durante la instalación de la Cumbre del G-15, quedó seriamente
afectado el principio de vigencia de los Derechos Humanos en nuestro país. La
represión militar y policial contra hombres, mujeres y niños, tuvo resultados
dolorosos. A los muertos y heridos se suman las noticias sobre dirigentes
políticos desaparecidos, las múltiples denuncias de torturas y otras
irregularidades difundidas en los medios de comunicación, nacional e
internacional, que muestran a nuestro país con un modelo que se parece mucho a
aquellos regímenes totalitarios o autoritarios, que aparentemente ya habían sido
superados en un Continente militarizado, que fue rechazado por los pueblos de la
América Latina en la década de los 80.
Una actitud represiva se contradice con los alcances de una Diplomacia
Presidencial, en la que el Jefe de Estado ha establecido contactos con
manifestantes de otros países en diferentes Cumbres. No parece acertado el que
precisamente en territorio venezolano - tierra de libertades - no se acepte la
realización de una manifestación ciudadana y se ejerza una represión
inaceptable.
Ejerciendo actualmente funciones como Representante Permanente ante la ONU, que
es el Organismo de la Comunidad Internacional que tiene como responsabilidad
principal, velar por la defensa de los derechos humanos, no puedo permanecer
indiferente ante los lamentables acontecimientos que vive nuestro país en los
últimos días, y que han producido la pérdida de vidas humanas generando la
zozobra de los venezolanos por las amenazas a la ciudadanía en el ejercicio de
sus derechos políticos y civiles.
* Plena vigencia de la Democracia :
La serie de decisiones dilatorias de parte del Consejo Nacional Electoral, y
la reiterada actitud de ponerle trabas al derecho Constitucional del referéndum,
- que es uno de los grandes logros de la democracia participativa - se
enluta con la anulación de cientos de miles de firmas.
Constituye una negación a la verdadera noción de democracia, fundamentarse en
argumentos tecnicistas que se basan en fundamentos presentados a destiempo.
Por otra parte, una "mayoría relativa" de 3 rectores "oficialistas" del C.N.E.
en contra de dos rectores de la "oposición", no puede ser elemento suficiente
para violar de esta manera el espíritu y propósito de la Constitución
Bolivariana, negando la opción de una expresión soberana del pueblo que desea
ejercer su derecho al voto, para encontrar una solución democrática al impasse
actual.
La pregunta que surge es: ¿Cómo se justifica el hecho de que, después que el
Gobierno hubiera ejercido en el pasado una serie de procesos de referéndum, y
que gracias a los mismos Venezuela tiene el reconocimiento internacional como un
régimen democrático, en estos momentos se asuma una actitud de freno, en lo que
en el pasado se propició con tanta convicción. Si la minoría de entonces acató
esa decisión, Porqué la "mayoría" actual no la acata?.
* Diálogo como expresión de la Diplomacia :
No podemos continuar con la dialéctica de la confrontación como mecanismo para
mantener nuestras relaciones internacionales. Venezuela está quedando aislada de
la comunidad internacional de naciones democráticas. Si las posiciones
internacionales de conflicto, reflejan una diplomacia del Movimiento V
República, podría entenderse. Pero si ello reflejara la línea política
internacional que debemos asumir los diplomáticos venezolanos en el exterior -
como pareciera inferirse - con toda sinceridad, no puedo ser mensajero de esas
propuestas.
Los efectos nocivos de una diplomacia basada en la dialéctica del conflicto, y
los enfrentamientos con países amigos como España; Colombia; Chile; República
Dominicana; Panamá, Costa Rica; y más recientemente Estados Unidos, no puede ser
la línea maestra que instruya la acción de los diplomáticos venezolanos en el
exterior. Esta misma actitud de confrontación diplomática se da a nivel interno
en los temas internacionales de Estado. Cuando el Presidente asume con usted,
una
posición sobre Guyana, sin consultar ni con los Organismos Institucionales del
Estado, ni con la opinión pública nacional, ni siquiera con quienes
representamos a Venezuela en la ONU.
Finalmente Señor Ministro, permítame afirmar de la manera más diáfana que solo
si nos regimos por el mandato expresado en nuestra Constitución, y en especial,
solo si asumimos el compromiso histórico de una Venezuela proyectada en la
defensa y plena vigencia de los Derechos Humanos, en la defensa de la democracia
representativa y participativa; en pro del diálogo
diplomático, es que podremos crear las condiciones para unir a Venezuela y a los
venezolanos. Solo así podremos cumplir con las metas del milenio, y lograr
resultados concretos en la lucha contra el hambre; contra la injusticia y por el
bien común del pueblo.
No me es posible representar una diplomacia de Estado en un entorno conflictivo
como el actual, que niega los derechos humanos, desequilibra la democracia y
afecta el diálogo.
Atentamente,
Milos Alcalay
Embajador
Representante Permanente
MAM/TLR.
Notas/MinistroPérez