Behind the scenes...
 

De unos años a esta parte Hollywood descubrió una forma paralela de aumentar las rentabilidad de sus películas elaborando el "behind ths scenes", esa creación que cuenta los detalles y anedas durante la filmación para que uno se sienta "parte del negocio desde casa"...

El día viernes 27, el acto organizado en la Plaza Altamira bajo la consigna: "ARRIBA LA DEMOCRACIA PARLAMENTARIA" bien merece que le escriba un "behind the scenes".

La cita oficial era a partir de las 10 de la mañana, hora en la cual debían estar montados el toldo, la pancarta, las sillas, la mesa y la urna acrílica cuya tapa, desaparecida en combates de verbenas y rifas, iba a ser "inventada" con papel contact transparente.

El montaje total requería cosas como tijeras, teipe, cuerda, engrapadora, tirro, escalerita y , naturalmente, los refrigerios de rigor: café, limonada, vasitos y azúcar, todo lo cual iba repartido en una enorme cesta y en un bolso pesadísimo.

Primer tropezón:
El primer inconveniente surgió a las 8.30 cuando, después de recoger la urna acrílica sin tapa, fui a buscar las sillas que se suponía estaban en la oficina de Veedores y ¡oh sorpresa! no estaban. Rápidamente fui a mi casa y desmantelé mi terraza de sus 4 sillas tipo director (¿premonitorio?) mientras Iruña compraba el papel contact. Las camionetas estaban hasta los teque-teques.

Celular mediante, Iruña y yo nos dimos cuenta además, que había que recibir el material, por demás pesado, razón por la cual "alguien" debía estar en la plaza mientras descargábamos. Como mi suegra vive frente a la Plaza, estacioné en su casa y con dos de las 4 sillas y el bolso pesado, llegué hasta el sitio permisado por la Alcaldia, donde esperaría a Iruña para descargar su parte. Claro, estamos hablando de la Avenida San Juan Bosco, a la altura del semáforo de la Fco. de Miranda, día viernes con los muchachitos del Botellazo aderezando la cola...ejem...

Llega Iruña, olímpicamente pone el carro en Park y procedemos a comenzar la descarga bajo la muy curiosa mirada de los viandantes mañaneros. En eso ¡oops!..la Policía de Chacao. Apelo rápidamente por mi permiso con ese henchido sentimiento de satisfacción que uno tiene cuando lo pilla un fiscal y tiene todos los papeles al día. Peeero...

Lo que no estaba previsto:
La fiscal lee detenidamente el permiso mientras Iru y yo descargábamos a toda velocidad la mesa, otras dos sillas, el toldo nuevecito en su caja y la cesta. Todo esto con nuestras respectivas carteras colgadas al hombro no fuera cosa que... Entre nos ¿se imaginan la agilidad de la descarga con dos carteras al hombro tipo mujer-prevenida-armada-equipada hasta para una operación cerebrovascular si ese fuera el caso?.
La fiscal me dice entonces: lea lo que dice aquí señora. Obediente, leo en voz alta:

..."Al mismo tiempo les informo que está terminantemente prohibida la interrupción del transito automotor y peatonal..."

Y eso era justamente lo que estábamos haciendo. :((

Nos disculpamos, pero la fiscal, inconmovible, le pide a Iruña los papeles. Entre corneteos, mientras Iru hurga en su "cartera"(?) saco el resto del material y para mi sorpresa Iruña le dice a la fiscal:" Quédese con mi licencia para yo estacionar y no seguir trancando el tráfico. Ya vengo." Antes de que pudiéramos reaccionar la fiscal o yo, Iru arrancó. La fiscal me mira severa, me recita la cartilla de rigor por quinta vez sobre el cumplimiento de las normas y las limitaciones de nuestro permiso y finalmente me entrega la licencia de Iru y el permiso de la Alcaldía, no sin antes volverme a recordar, que "no podemos interrumpir el transito".

El orgasmo de Fellini:
A solas con todo el berenjenal y para ese momento, objeto de la curiosidad de los que por allí andaban, decido aprovechar el tiempo abriendo la caja del toldo para encontrarme con la desagradable sorpresa que la caja vino SIN INSTRUCCIONES... 24 tubos numerados, algunos con huequitos, otros con muescas, otros lisos, 4 esquineros plásticos, 8 varillas metálicas, algunas piezas extrañas y una cantidad indeterminada de hilo de nylon blanco. ¡hemos topado con un problema!

Cuando llega Iruña me dice: ¿se fue la fiscal? Si, le respondo. ¿sabes porqué me fui corriendo?. Ante mi mirada curiosa y muerta de la risa, me responde: ¡¡¡tengo el certificado médico vencido!!!...ji, ji, ji.

La risa duró hasta que le conté que no teníamos instrucciones para el toldo.

Debo decirles que si hay algo que le gusta, realmente le gusta a Iruña, es un buen libraco de instrucciones. Se las lee todas. La decepción en su cara era un poema trágico. Nos tocaba improvisar.

Apelamos al sentido común y empezamos a empatar tubos siguiendo el criterio de: el 1 con el 2, le sigue el 3. Ese es el marco. Los tubos gruesos, 5 con 6, las patas, y el techo con el 4 y otra vez el 3 de los cuales había muchos mas que de los otros. Conforme aquello iba tomando tamaño (el toldo es 3 x3) los tubos se soltaban y , en rescatando uno, se nos soltaban dos. Un grupito de heladeros, sentados a la sombra, miraban entretenidísimos la escena.

Era obvio que necesitábamos mas manos e Iru mirando a uno de los heladeros le dice, ¡ay señor..venga a ayudarnos!. El hombre, menudo para mas señas, rápidamente viene a sostener la tercera pata del toldo, a la que se aferra cual balsero llegando a Key West. En eso llegan Arnaldo y Sol.

Arnaldo pide tregua para pensar y mirar. ¿qué hicieron? pregunta. Explicamos. El heladero no suelta la pata.

AH!!..no por nada se es arquitecto. Ante nuestro cuadrado con tendencia rectangular, Arnaldo mide los tubos y se da cuenta del problema. El tubo 3, del que hay muchos, tiene una medida diferente. Toca desarmar el asunto y cambiar la disposición para que el cuadrado de 3 x 3 quede efectivamente cuadrado y no rectangular. Llega Thibisay y le asignamos la otra punta. El heladero nos mira, sonríe y no suelta la pata. Con las manos en alto sosteniendo su esquina, Arnaldo va gritando instrucciones, el 3 con el 2 y otra vez el 3. Todos de espaldas al centro, manos arriba ¡ay como cansa esto! y el heladero, ¡tan colaborador que parecía!, no nos para ni media. Los tubos caían con el característico ¡ klan-plim-pum! mientras queríamos poner aquella cosa de pie.

Thibysay con el brazo lesionado grita socorro, Iruña esquiva los tubos que atentaban seriamente contra su moño, yo trato de hacer rendir la ventaja de mis brazos largos mientras el heladero, aferrado a la pata, elude hábilmente aquellos tubos que, animados de vida propia y previa danza aérea, se iban cayendo pese a nuestros esfuerzos.

Arnaldo, con el sombrerito torcido por el esfuerzo, repite las instrucciones, esta vez mas impaciente: ¡El 3 con el 2 y otra vez el 3... júntenlos bien para que no se suelten c....!

¡Que calor esta haciendo Sta. Barbara!

La equidistancia de las patas no la terminábamos de lograr, entre otras cosas, por lo liviano de la estructura, el viento que empujaba y el hecho de estar de espaldas los unos de los otros.

El problema lo generaba el heladero.

¡que manera de no hacernos caso! ¿seria un saboteador?

Vuelta a poner los tubos en el piso y recomenzar. El 5 y 6 las patas. El 3, 2 y otra vez 3, el cuadrado; el 3, el 4 el 3,techo. Ahora, todos a una ¡arriba!!... Encajarlo con las patas y, manos en alto, sostener con firmeza el ángulo que nos correspondía. Iruña, Thibisay y yo, logramos la famosa "equidistancia" pero el heladero estaba clavado en sus trece, bastante torcidito, tentando peligrosamente a nuestros tubos danzarines. Con las dos manos ocupadas le digo: "señor, la pata, acomode la pata que esta metida... Me mira, asiente, sonríe.. y no se mueve."

Arnaldo, de esquina en esquina, verificando el orden, repite: "señor, la pata, saque la pata que se nos viene encima otra vez". Nada. Decide hacerlo personalmente.

Lograda la estructura, bastante tambaleante, viene la tela. Sol toma mi lugar, y por ser la mas alta, me toca el bingo de montarme en la escalerita en el centro, para pasar por encima la lona blanca, cuya costura terminaría de contener los tubos.

Halando la tela, pasándola por arriba de mi cabeza me suena el celular y ¡mala costumbre de no desatender nada! contesto. Era mi marido quien me dice: ¿que haces Flaca?... A lo que le respondo: ¡El ridículo mi vida, el ridículo...! ¡en este momento soy un Gasparín en medio de la Plaza Altamira porque para responder el teléfono estoy cubierta en loca blanca!. Risas y click.

Toca halar cada esquina y de nuevo instrucciones de Arnaldo: hala, no, para abajo, Iruña no te rías, hacia ti, las ondas, arregla las ondas, prénsalo, así, no, no la sueltes, la esquina, Iruña no te rías, haz coincidir la esquina, está duro, hala, no sueltes, ¡ay!, endereza la pata, sostenlo, Olga céntralo arriba, sigue la costura, Thiby ya te ayudo, Iruña no te rías, Sol ¿por qué eres tan bajita?, ay me caigo, esa pata, no se te ocurra contestar el celular, halen, la pata señor, la pata, así, casi, Iruña que no te rías, un poquito mas, señor: enderece la pata, Iruña no te rías... Pero Iruña no paraba de reír.

Encendidos de calor y con la cosa finalmente en pie, aplaudiendo autocomplacidos, ahogada en risas y casi balbuceante, Iruña finalmente logra decirnos: ¡es que el señor es sordomudo!

Llevábamos una hora dándole instrucciones a nuestro buen heladero sordomudo.¿que tal?

¿No creen que Fellini se hubiera sentido realizado?

La parte de William Lara se las cuento después...creo que Sol está preparándoles una. Pero el cuento da para mucho...
Hasta mas tarde...

Cariños
OlgaK

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