ANALISIS
Diez objetivos estratégicos en transición bolivariana


En esta etapa la misión es crear las condiciones para la aplicación del Proyecto Nacional Simón Bolívar. El número de años contemplado para el desarrollo del proceso fue estimado en dos décadas


ALBERTO GARRIDO

ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL


El resultado del referendo revocatorio del 15 de agosto, con la relegitimación de Hugo Chávez, marcó el inicio de una nueva era en la llamada revolución bolivariana, la fase II o "Proyecto de Transición Bolivariano", también llamado "Salto Adelante". La primera etapa correspondió a la aplicación de la Agenda Alternativa Bolivariana (AAB), definida por Hugo Chávez como "el puente por donde transitaremos hacia el territorio de la utopía concreta, el sueño posible".

Chávez señalaba en ese documento que con la AAB se echarían las bases del Proyecto de Transición Bolivariano: "aquélla en el corto plazo y éste en el mediano, serán los motores para el despegue hacia el Proyecto Nacional Simón Bolívar, cuyos objetivos se ubican en el largo plazo" (Hugo Chávez, Agenda Alternativa Bolivariana, una propuesta para salir del laberinto, Caracas, 1996).

En realidad, el marco teórico de las fases de la revolución había sido elaborado en la cárcel por el grupo de oficiales que se levantaron en 1992. En el documento ¿Y cómo salir de este laberinto? se afirmaba: "Sólo una situación de transición en equilibrio permitirá la selección y siembra de un modelo de desarrollo hacia una nueva sociedad, creativa y solidaria. El MBR-200 propone para ello la discusión del Proyecto Nacional Simón Bolívar, estructurado en torno a un elemento estabilizador en alto grado y con grandes perspectivas de viabilidad: la fusión cívico-militar. El objetivo estratégico del Proyecto Nacional Simón Bolívar se ubica en un horizonte lejano de 20 años, a partir del escenario inicial". (Hugo Chávez, Francisco Arias Cárdenas, Ronald Blanco La Cruz, Diosdado Cabello y otros, El Correo Bolivariano, MBR-200, julio de 1992).

Así, en el denominado proyecto "originario", la Agenda Alternativa Bolivariana y el Proyecto de Transición Bolivariano (o "Salto Adelante") tienen la misión de crear las condiciones para la aplicación del Proyecto Nacional Simón Bolívar. El número de años contemplado para el desarrollo del proceso fue estimado en dos décadas, a partir de la instalación real en el Gobierno, que debía plasmarse en la toma del poder. La relegitimación presidencial del año 2000, con su formalización en 2001, permitió concretar la fórmula. Chávez le colocó fecha: 20012021.

Agenda Alternativa
Los equipos de estudio para la redacción de los programas revolucionarios que se aplicarían a partir del 4F estaban bajo la responsabilidad de Francisco Arias Cárdenas y la coordinación de Kleber Ramírez, quien reunió a varios académicos andinos para la tarea. De allí salieron el "Programa Mínimo para el Gobierno de Emergencia", el "Programa para el Nacimiento de una Nueva Venezuela", las "Medidas Económicas y Sociales del Consejo Nacional de Estado" y las "Ideas Programáticas de los Gobiernos Estadales", entre otros planteamientos. Chávez conocía los borradores a través de Arias. En ese momento estaba planteado que Ramírez tomaría la Secretaría de la Junta de Gobierno Cívico-Militar y Arias el control de la vital Casa Militar, mientras Chávez pasaría a comandar Fuerte Tiuna.

Ya en la prisión, Chávez, distanciado de sus viejos compañeros, decidió asumir personalmente la dirección del "Programa de Transición" y le encomendó su redacción a Jorge Giordani, quien encabezaba un grupo de profesores de la UCV (1993). Así nació la Agenda Alternativa Bolivariana (AAB), discutida fogosamente por el MBR-200 durante tres años hasta el momento de su aprobación, hacia 1996.

La AAB era un paso que permitiría, a futuro, "no solamente la reestructuración del Estado, sino de todo el sistema político, desde sus fundamentos filosóficos hasta los componentes y las relaciones que lo regulan". Los dos "ejes problemáticos nacionales" que se tomarían en cuenta serían "la pobreza" y "la desnacionalización". El objetivo principal sería satisfacer las "necesidades humanas básicas" de los venezolanos y para ello se desarrollarían ocho elementos estratégicos: a) Papel del Estado (propietario, promotor, regulador), b) Política petrolera (internalización), c) Propiedad y gestión del aparato productivo (democracia económica), d) Educación, cultura, ciencia y tecnología (proyecto autónomo e independiente), e) Deuda externa (renegociación, moratoria negociada), f) Equilibrios macroeconómicos (políticas mixtas, expansivas y selectivas, g) Equilibrios macrosociales (satisfacción de las necesidades básicas); y, h) Dinamización de la producción (modelo productivo intermedio).

La AAB no fue cumplida tal como lo establecía el documento original. Sufrió varios cambios. Algunos por razones tácticas. Otros por obstáculos insuperables que presentó la realidad, política o económica. Pero también por la ineptitud de algunos de los factores de poder oficial que tenían la responsabilidad de ejecutarla.

De todas maneras, fundamentalmente en el aspecto político, Chávez avanzó en su proyecto, en parte por sus aciertos, y en parte por los gruesos errores de sus adversarios, los dirigentes de la oposición, corporativa o política, nacional o internacional, que asumieron la orientación o la conducción de la confrontación bajo la premisa de que enfrentaban un movimiento que no tenía aspiraciones revolucionarias y que entregaría el poder por circunstancias formales.

Algo parecido ocurrió con el sector militar opositor. Las presiones internacionales colocaron de rodillas _con perdón incluido_ al grupo que usurpó durante los sucesos de abril de 2002 la protesta voluntarista de decenas o cientos de miles de manifestantes, creando una situación que pasará a la historia como una tragicomedia protagonizada por algunos fantoches sobre el piso formado con la sangre de muchos inocentes.

En cuanto al poder económico, es posible que el paso más importante dado por el Gobierno haya sido la "toma" de Pdvsa, corazón de la economía nacional, cedida escolarmente a la revolución por la gerencia meritocrática. Después del copamiento de la FAN y de Pdvsa, Chávez tuvo en sus manos las llaves del reino del poder real. El resto fue hacerle comprender al funcionariado heredado de Luis Miquilena el sentido de la supervivencia.

Salto Adelante
La nueva fase de transición tiene 10 objetivos estratégicos, desarrollados por Hugo Chávez en el taller "El Nuevo Mapa Estratégico", realizado los días 12 y 13 de noviembre pasados: 1) Avanzar en la constitución de una nueva estructura social (revolución social, poder a los pobres), 2) Articular y optimizar la nueva estrategia comunicacional (responsabilidad compartida), 3) Avanzar aceleradamente en la construcción del nuevo modelo democrático (participación popular), 4) Acelerar la creación de la nueva institucionalidad del Estado (creación del nuevo Estado social de Derecho y de Justicia), 5) Nueva estrategia integral y eficaz contra la corrupción (Hugo Chávez: "Vuelvo con el viejo dicho revolucionario francés: hay que demoler las viejas costumbres porque si no ellas nos van a demoler a nosotros. Eso tiene que ver con todos los ámbitos, con todos los actores, con los sindicatos, con los fondos de pensión, todo, todo, todo"), 6) Nueva estrategia electoral (elección por la base de los candidatos), 7) Acelerar la construcción del nuevo modelo productivo, rumbo a la creación del nuevo sistema económico (trascender el modelo capitalista; potenciar los núcleos endógenos, respetar la propiedad privada (Chávez: "Pero el mundo se está moviendo"), 8) Seguir instalando la nueva estructura territorial ("desarrollo endógeno, visión estratégica de desarrollo territorial, guerra contra el latifundio"), 9) Profundizar y acelerar la formación de una nueva estrategia militar nacional (unidad cívico-militar e incorporación del pueblo a la defensa nacional a través de la reserva militar); y, 10) Seguir impulsando el nuevo sistema multipolar internacional.

La etapa que se abre estará bajo la dirección de Miraflores y la coordinación de la Vicepresidencia, el Ministerio de Planificación y la Inspectoría de la FAN. Debe ejecutarse entre los años 2005 y 2006.

La vía multipolar

Cuando Hugo Chávez conoció personalmente _1994_ en Buenos Aires a Norberto Ceresole, asesor de los "Carapintadas" argentinos, quedó impactado por los conceptos geopolíticos del sociólogo militarista argentino, alguna vez consultor del general Viola. Ceresole planteaba que el poder mundial se encontraba, después de la desaparición de la bipolaridad que caracterizó la Guerra Fría, en una fase apolar, amenazada por la intención de control unipolar de Estados Unidos. Para contrarrestar el peligro de la unipolaridad, señalaba Ceresole, era necesario crear un poder mundial multipolar.
En ese marco Venezuela jugaba un papel muy importante porque era un país de doble función. Por un lado, hacía las veces de bisagra entre América del Sur y América Central, América del Norte y el Caribe. Por otro, significaba la articulación geopolítica, a través del petróleo, entre el continente americano y los gobiernos antiestadounidenses del Oriente Medio. Ceresole veía en la Venezuela de Chávez un "centro de interés estratégico dentro de la política mundial". Ceresole también le daba a Chávez el papel de "referente obligado de las grandes masas desheredadas y de las Fuerza Armadas humilladas de toda nuestra América hispano-criolla" (Ceresole Norberto, Caudillo, Ejército, Pueblo, Ediciones AlAndaluz, Madrid, p. 49).

Chávez tendría la misión histórica de activar el "espacio bolivariano en sentido estricto" (Gran Colombia), para constituir luego la "Patria Grande". Ceresole previó el resurgimiento de la "América Profunda" estadounidense como proyecto de poder global unipolar conservador-religioso. Pero le adjudicó una importancia excluyente al factor étnico-cultural, con un enfoque de decadencia imperial, a la cual se agregaba la "orfandad estratégica" (Ibídem, p. 102), anuncio de su derrota histórica.

Por eso Ceresole le recomendó a Chávez buscar alianzas con otras potencias para integrar el mundo pluripolar capaz de limitar o derrotar a Estados Unidos. "La idea era buscar fuentes de poder y apoderarse de esas fuentes de poder. A partir de esas fuentes de poder, potenciar espacios. Esa es la revolución. No hay otra revolución", le dijo en alguna de sus conversaciones (Garrido Alberto, Mi amigo Chávez, ediciones del autor, Mérida, 2001, p. 80).

Pero Chávez, sin olvidarse de las ideas centrales de Ceresole, aproximó su corazón de izquierda a la Revolución Cubana. Atento, además, a las innovaciones teóricas militares, entendió que la forma de confrontarse con Estados Unidos era por la vía de la guerra asimétrica, donde es de relativa utilidad el poder bélico convencional. Ya en el programa _"Una Revolución Democrática"_ que esbozó al asumir la Presidencia, al referirse a su política exterior, Chávez reafirmó la posición pluripolar, le otorgó carácter geopolítico a la alianza con los países exportadores de petróleo y anunció que su gobierno practicaría "una diplomacia paralela con los pueblos (...)", desarrollada posteriormente a través del Congreso Bolivariano de los Pueblos.

Hoy Chávez trata de romper la interdependencia energética con Estados Unidos por la vía de Petroamérica y la búsqueda de un camino seguro hacia Asia y Europa, utiliza el petróleo como arma letal de la guerra asimétrica, se prepara _con el apoyo de Cuba y otros movimientos de izquierda continentales_ para la esperada guerra contra el eje Estados Unidos-Colombia (Plan Colombia-Patriota-Andino) bajo el concepto de "Defensa integral" cívico-militar, estrecha relaciones militares con Rusia, China e Irán y trata de establecer un complejo eje político con Lula y Kirchner, mientras Estados Unidos comienza a comprender, tardíamente, que en Venezuela se ha instalado un proceso revolucionario que va mucho más allá de la retórica.

http://politica.eluniversal.com/2004/12/19/pol_art_19186A.shtml
http://politica.eluniversal.com/2004/12/19/pol_art_19186B.shtml

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