CASO LINDA LOAIZA: ¿UN CASO MAS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER?

            Resulta indignante el extremo hasta el que ha tenido que llegar Linda Loaiza para poder ser escuchada y ejercer su derecho a vivir una vida libre de violencia tal como lo reclama su condición de ser humano, mujer y ciudadana; y como se le garantiza formalmente en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la Ley sobre la Violencia contra la Mujer y la Familia, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de  Discriminación contra la Mujer; y otros instrumentos legales de menor jerarquía que comprenden el campo de los Derechos de la Mujer.

            Después de haber transcurrido 3 años y 5 meses de su  rescate por funcionarios de la Policía de Chacao, y de que su agresor fuese apresado y enjuiciado por los delitos de privación ilegítima de libertad, violación, suministro de sustancias estupefacientes y lesiones, su caso ha desfilado por ante 59 jueces en 29 Tribunales y 10 Cortes de Apelación; así mismo se ha suspendido 29 veces.

            Según consta en el expediente, las secuelas de las lesiones físicas sufridas por Linda, fueron ocasionadas por maltratos ejecutados por un lapso de 3 meses mediante golpes, objetos contundentes y cigarrillos, entre otros, y consistieron en fractura severa en el maxilar, labios destrozados, pabellones de las orejas destruidos, un ojo totalmente desviado, pezones cercenados por mordeduras, múltiples quemaduras de cigarrillo, un desgarre vaginal producto de brutales violaciones, sólo tiene dos costillas sanas; debe ingresar cada 3 meses al quirófano por problemas con el páncreas y los pulmones, su vista no le funciona bien, tiene problemas auditivos; además del trauma moral, emocional y psicológico, difícil, si no imposible, de superar y sanar.

            Los Abogados defensores de su agresor y victimario Luis Carrera Almoina, sostienen que en vista de que el juicio ha estado dilatado durante más de 2 años y según lo establecido en el Código Orgánico Procesal Penal, se concreta la figura de retardo procesal y este debería quedar en libertad; un caso más en el que el poder económico y el poder judicial se vinculan para burlar la justicia.

             Según un artículo publicado sobre este caso en el periódico Nueva Prensa por la Periodista Melissa Silva Franco en Guayana, quien le realizó una entrevista telefónica a Linda Loaiza, esta manifestó, después de reunirse con el Fiscal General, tras más de 120 horas en huelga de hambre, que confiará en la justicia venezolana, pero mantendrá su protesta, hasta que se cumpla el compromiso del Fiscal de reanudar el juicio mediante una audiencia oral y pública el próximo lunes 6 de septiembre a las 10 de la mañana en el Juzgado Vigésimo de Caracas, por lo cual está invitando a las organizaciones de mujeres, de Derechos Humanos, y a la ciudadanía en general a que le acompañen este día.

            Resulta insólito e indignante, que una mujer para poder hacer valer su derecho más elemental como es el derecho a la vida, deba pasar por la cruel e injusta situación en que Linda se encuentra, y que en un país cuyo gobierno se jacta de estar desarrollando los necesarios programas de “Reforma del Poder Judicial”, y de las bondades de una “revolución” en la que los excluidos constituyen el centro de su acción y los valores constitucionales de justicia social, igualdad y equidad son sus armas, sucedan este tipo de hechos; el cual estamos seguras es sólo 1 de los muchos que se suceden a diario y que las mujeres por temor o desconfianza en las instituciones se abstienen de denunciar.

            Desde Trujillo y desde el Centro de Investigación Social Formación y Estudios de la Mujer Filial Trujillo, nos sumamos a la protesta de Linda Loaiza, nos solidarizamos con su lucha, la cual representa la lucha de todas las mujeres y las niñas violentadas física, psicológica y sexualmente en este país y en el mundo, y la alentamos a que no desmaye; a que mantenga la fe y la esperanza, tal vez su acción contribuya a que el Estado y sus instituciones cumplan con su deber de garantizar el acceso y la eficiencia en sus funciones, a que se sensibilicen los operadores de justicia y la ciudadanía sobre este problema que en algunos países como España ha llegado a considerarse como problema de salud pública; y a que las mujeres y niñas víctimas de violencia pierdan el miedo a denunciar y soliciten ayuda adecuada; este es un problema que nos atañe a todos y todas, hoy es Linda Loaiza mañana podemos ser una de nosotras (Abog. Yolima Arellano, Directora General CISFEM Trujillo).

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