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PV-ACUERDO MESA. POSICION PV.
POSICIÓN FIJADA POR PROYECTO VENEZUELA EN RELACIÓN CON EL ACUERDO A SER SUSCRITO POR GOBIERNO Y OPOSICIÓN
Al momento de suscribirse el Acuerdo entre el gobierno y
la
Oposición bajo la facilitación del Secretario General de la
Organización de Estados Americanos, Proyecto Venezuela quiere dejar
expresa constancia de sus graves reservas, hacer del conocimiento del
público su posición de principio y a la vez formular una serie de
consideraciones que considera absolutamente pertinentes.
Nuestro Punto de Partida
Proyecto Venezuela es una organización política
democrática, nacida del proceso de descentralización, que profesa una
profunda fe en las organizaciones naturales de la sociedad civil,
reclama respeto por los derechos de los ciudadanos, se opone al
autoritarismo y lucha por una sociedad a la vez justa, próspera y
participativa.
Proyecto Venezuela ha visto con suma preocupación como en
los últimos cuatro años, no sólo se han detenido los avances que desde
los años noventa se habían iniciado como consecuencia del proceso de
descentralización y la progresiva integración de la sociedad civil a
los asuntos que competen a la sociedad en su conjunto, sino que se ha
desatado una permanente diatriba estimulada por el propio gobierno
nacional que ha traído por consecuencia un peligroso debilitamiento de
las instituciones democráticas y del Estado de Derecho, y un deterioro
pronunciado del aparato productivo, culminando con una crisis
humanitaria que ha lanzado al desempleo a uno de cada cuatro
venezolanos, y provocado una lastimosa situación social que se expresa
de manera especialmente dramática en los elevados niveles de
desnutrición infantil que se observan en los hospitales pediátricos
del país.
Frente a esa preocupante perspectiva, Proyecto Venezuela jugó un papel
activo en la creación de la Coordinadora Democrática. Igualmente, con
plena conciencia de la naturaleza delicada que reviste la actual
situación del país, ha brindado y brinda apoyo irrestricto a la Mesa
de Negociación y Acuerdo en su tarea de encontrar por vía de la
concertación, una solución pacífica y electoral a la crisis
venezolana.
La Falta de Transparencia
Todo lo anterior es necesario precisarlo porque Proyecto
Venezuela resultó sorprendido el viernes 23 de mayo con el anuncio de
que las representaciones del Gobierno y de la Oposición habían logrado
un acuerdo mediante el cual, entre otras decisiones, se da por
concluida la labor de la Mesa de Negociación y Acuerdos. Nuestra
sorpresa fue todavía mayor cuando el Presidente Chávez anunció desde
Cuzco, orbi et orbi, que el gobierno y la oposición habían alcanzado
un acuerdo para resolver la crisis venezolana. Al respecto, es
importante señalar que ese documento no emanó de reuniones formales de
la Mesa de Negociación y Acuerdos sino que fue negociado en reuniones
paralelas y separadas con la representación del Gobierno y con el
conocimiento de algunos factores de la oposición y no de otros. La
manera como se llegó a ese acuerdo, que recoge en su integridad la
propuesta que (luego de haber rechazado el pre-acuerdo inicial
alcanzado en el seno de la Mesa, presentó el oficialismo el 24 de
abril), y la forma inconsulta como fueron dadas a conocer las
conclusiones, sin observarse las normas mínimas de respeto y
consideración hacia aquellos que nada sabían del acuerdo en ciernes,
denota una ausencia absoluta de la indispensable transparencia que ha
debido imperar en todo momento durante un proceso en el cual se
encuentran en juego intereses vitales y hasta el destino histórico del
país.
Sobre el Contenido del Acuerdo
El análisis de ese documento obliga a Proyecto Venezuela a
formular, responsablemente, las siguientes observaciones de fondo:
El documento es muy poco preciso. En lugar de contemplar
compromisos expresos para contribuir a la solución de la crisis
política, económica y social que vive el país, se limita a recoger
ofrecimientos de dar cumplimiento a normas consagradas en la
Constitución Nacional o contempladas en leyes de la República, con lo
cual, mas que de compromisos, se trata de manifestaciones de
intención, desprovistas de todo carácter vinculante. Si bien
reconocemos que es un ejercicio sano, aunque quizás redundante,
destacar aspectos de la Constitución que deben ser particularmente
atendidos, conociendo el comportamiento del Gobierno durante los
cuatro años que lleva de ejercicio, la misma indefinición hace
despertar justificadas dudas acerca de la sinceridad de sus
propósitos.
Igual consideración nos
merece, por estar teñida de falsedad, la afirmación contenida en el
punto No. 3 según la cual el Gobierno tiene conciencia de que en el
momento que vive el país "es necesario ponerse de acuerdo... para
garantizar una democracia participativa, pluralista, vigorosa y
auténticamente representativa donde continuaremos teniendo espacio
para todos y donde la justicia social, la tolerancia, la igualdad de
oportunidades, el estado de derecho y la convivencia democrática sean
valores esenciales". Esa afirmación es evidentemente mendaz y, como
tal, reprochable por cuanto de ser cierto lo que allí se afirma y de
no haber estado en riesgo la institucionalidad democrática, no habría
sido necesario establecer la Mesa de Negociación y Acuerdos ni se
habría justificado la presencia continuada en Venezuela del Secretario
General de la OEA. Mucho menos habría habido necesidad de que el
Consejo Permanente de la OEA adoptara la resolución 833 que dio origen
al largo proceso de negociaciones llevado a cabo bajo la facilitación
del Dr. Gaviria.
En otro orden de ideas, nos preocupa profundamente la
decisión de poner fin a la tarea de la Mesa de Negociación y Acuerdos
sin que se contemple un mecanismo adecuado para ejercer la vigilancia
del cumplimiento de los ofrecimientos y de los propósitos declarados
por el Gobierno en este documento. Habiendo sido el Consejo Permanente
de la OEA, mediante la antes mencionada resolución 833, el iniciador
de ese proceso habría sido perfectamente legítimo que ese órgano,
directamente, continuara manteniendo bajo su atención la evolución de
la situación venezolana a la luz del Acuerdo resultante de la Mesa.
Otro aspecto del documento que nos genera serias
inquietudes es el hecho de que la salida electoral de la crisis por la
vía del referéndum revocatorio del Presidente de la República, que
debió ser el aspecto prioritario y central del trabajo de la Mesa, en
lugar de ser resuelto, recibe un tratamiento tangencial limitado a la
invocación del Artículo 72 de la Constitución y queda reducido a un
segundo plano con la referencia a la celebración "de referendos
revocatorios del mandato de todos los cargos y magistraturas de
elección popular (Gobernadores, Alcaldes, Legisladores Regionales y
Diputados a la Asamblea Nacional), con lo cual se abona el terreno
para recurrir a subterfugios y aplicar medidas dilatorias destinadas a
retardar o a impedir la revocación del jefe del Estado. Similar
tratamiento reciben las cuestiones relacionadas con la fecha del
referéndum, con la obligación del Ejecutivo de asegurar los recursos
financieros para su realización y con la puesta en práctica del Plan
República.
Legitimación de un Estado-Policía?
Porque se encuentra reñido con principios fundamentales
que defiende Proyecto Venezuela, y porque nos inspira profunda
preocupación y sospecha, rechazamos como absolutamente inaceptable lo
establecido en el punto No. 9 del Acuerdo, según el cual "debe
racionalizarse la tenencia de armas por parte de los cuerpos de
policía y cualquier otro organismo de seguridad con competencias
nacionales, estadales o municipales." Esta es materia que excede la
potestad reglamentaria del Ejecutivo. Además, tendrá como efecto dar
legitimidad a las acciones de intervención y desmantelamiento de las
policías metropolitana, regionales y municipales que se vienen
cumpliendo en el país al tiempo que se ampara la formación de grupos y
milicias paramilitares armadas. Cabe preguntar, ¿de qué sirve que la
Constitución Nacional afirme que Venezuela es un Estado federal
descentralizado, cuando el proceso descentralización está siendo
revertido, entre otras, con medidas como ésta que conducen a
fortalecer el poder central y a proporcionarle al Gobierno medios para
consolidar su poder coercitivo?
Más allá de estas consideraciones, queremos alertar al
país, y de manera especial a la comunidad internacional, en cuanto a
que esta cláusula, extrañamente filtrada al texto del Acuerdo final
por parte del sector oficial, y totalmente ajena a los propósitos
mismos del proceso de negociación, deja entrever, a la luz de su
anunciado propósito de crear una Policía Nacional, la intención del
Ejecutivo Nacional de reducir la capacidad de las policías regionales
y municipales, con lo cual involuntariamente estaríamos despejando el
camino hacia la eventual consolidación de Estado-Policía. Proyecto
Venezuela quiere dejar constancia expresa de su más absoluto
cuestionamiento y rechazo a la inclusión de esta cláusula.
La Decisión de Proyecto Venezuela
A pesar de estas y otras reservas o de las preocupaciones
que nos inspira este Documento, Proyecto Venezuela ha decidido
suscribirlo porque considera necesario demostrar a la comunidad
internacional que la oposición venezolana, mas allá de los intereses y
perspectivas particulares de cada uno de los sectores que la integran,
se encuentra compacta y unida, en el marco de su pluralidad y natural
diversidad, en su propósito de lograr la salida pacífica,
constitucional, democrática y electoral de la crisis en la cual esta
sumido nuestro país. Todo ello para rescatar el Estado de Derecho, y
atender de manera responsable, con la urgencia del caso y al margen de
la diatriba política, la gravísima crisis humanitaria que sacude los
cimientos de la sociedad.
Confiamos que la firma de este documento y el comportamiento de los
sectores que la suscriben permitirán a los gobiernos del mundo
formarse una visión clara y definitiva del origen y los alcances de la
delicada situación que vive Venezuela. Aún cuando no haya quedado
expresamente dicho en el Acuerdo, estamos seguros de que los gobiernos
de los países que integran el Grupo de Amigos, los gobiernos de los
países miembros de la Organización de Estados Americanos, y en
general, la comunidad internacional seguirán observando el desarrollo
de la situación venezolana y harán valer, por los medios que admitan
las convenciones y acuerdos internacionales, su influencia para que
Venezuela encuentre muy pronto un sendero cierto y democrático para su
reunificación afectiva y la recuperación económica y social.
Nuestro Reconocimiento a los Negociadores
Expresadas las reservas que
no pudimos exteriorizar en su momento, por desconocimiento del texto
o del Acuerdo en ciernes, Proyecto Venezuela quiere dejar constancia
expresa de que reconoce y agradece con toda sinceridad los valiosos
esfuerzos desplegados por la Organización de Estados Americanos y, de
manera particular, manifiesta su elevado aprecio por la gestión
cumplida por el Secretario General de la OEA, Dr. César Gaviria como
facilitador del acuerdo entre el Gobierno y la oposición. Igualmente
reconoce y agradece el concurso del Centro Carter y, en particular el
aporte de orden personal del Ex-Presidente norteamericano y Premio
Nóbel de la Paz, señor Jimmy Carter. Así mismo expresa su
reconocimiento al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD).
Finalmente, Proyecto
Venezuela quiere expresar lo que en justicia merece un lugar
privilegiado en esta declaración, entre otras, porque ha sido factor
de motivación fundamental a la hora de tomar la decisión nosotros de
suscribir este Acuerdo. Estamos conscientes de las dificultades que
hubo que enfrentar para arribar finalmente a este punto, dada la
decisión del gobierno de desconocer y no concurrir nuevamente y de
manera formal a la Mesa de Negociación. De manera que al margen de
nuestras justificadas diferencias y reservas con respecto al documento
que se suscribe, queremos expresar de manera absolutamente diáfana
nuestro reconocimiento a la honestidad, idoneidad, sentido de
responsabilidad y de compromiso de los seis integrantes de la
delegación de la Oposición venezolana en la Mesa de Negociación y
Acuerdos. A ellos, por su digna actuación, su espíritu democrático, su
inagotable paciencia y su innegable patriotismo, nuestro sincero y
eterno agradecimiento.
Jorge Sucre
Claudia Möller
Presidente
Vicepresidente
Luis Carlos Rubio
Adolfo Taylhardat
Director Político Nacional Director de Asuntos
Internacionales
Caracas, 29 de mayo de 2003