El Universal
Caracas, sábado 11 de enero, 2003
El paro y la mesa
Adolfo P. Salgueiro
AUN CUANDO EN LAS GUERRAS se dice que la primera baja es la verdad, no
podemos dejar de evaluar la credibilidad que puedan ofrecer las
versiones de uno y otro bando. En ese análisis la balanza parece
inclinarse decididamente hacia la versión de la oposición en la medida
en que las dificultades y carencias que hoy ya todos estamos
padeciendo son más reales que la ' excesiva normalidad '.
Dentro del ambiente de tensión y violencia que ya todos padecemos
siguen destacándose inéditas manifestaciones de heroico civismo que en
épocas de normalidad (de la verdadera) jamás hubiésemos sospechado. La
cohesión de un pueblo en la calle concurriendo a cuanta convocatoria
se le hace, la valentía de quienes reconociendo el peligro de ir a una
manifestación superan el miedo, los 'riñones' de todo ese poco de
mujeres recogiendo las granadas lacrimógenas y devolviéndolas al campo
de los esbirros, las banderas tricolores rivalizando con el armamento
de los círculos del terror etc., son todas muestras fidedignas de lo
que puede hacer este pueblo pacífico a quien le quieren arrebatar su
modo de vida en pos de una pseudorrevolución totalitaria que ya
muestra sus dientes.
EN ESE MARCO es que la Mesa de Negociación y Acuerdos sigue
funcionando con todas las dificultades que son de público conocimiento
pero que al mismo tiempo es la única instancia de comunicación
civilizada, igualitaria y reconocida internacionalmente entre Gobierno
y oposición, lo cual ya sería suficiente razón para justificar su
existencia.
El comentario que antecede nos parece necesario porque cuando alguna
gente nos aborda por la calle o en reuniones familiares o sociales,
invariablemente preguntan por qué no han habido resultados tangibles y
al mismo tiempo sugieren con mayor o menor sutileza que los que allí
estamos somos unos pendejos que no nos damos cuenta que el Gobierno
sólo mantiene la mesa para tomar oxígeno y fortalecerse mientras da la
estocada final.
ESTE COLUMNISTA asesor de la mesa no se ve a sí mismo como un tonto
útil ni cree que los negociadores ni los demás asesores caigan en esa
descripción. La lista de participantes puede encontrarse en la página
web www.asesormesanegociacion.com de donde se desprende que el gafo
quedó lejos.
Es necesario una vez más que la oposición entienda y crea lo siguiente
por lo menos hasta tener prueba en contrario a) todos los negociadores
son excelentes y llevan el interés del país por encima de cualquier
otra consideración; b) el secretario general Gaviria se mantiene como
un estricto profesional en su rol de facilitador por toda la mitad del
medio. No hay que atacarlo ni a él ni a su gestión sino contribuir a
fortalecerla; c) nunca se ha puesto sobre la mesa el tema del
referéndum consultivo como tema negociable y la única vez que se tocó
fue para asegurar los fondos (salimos con las tablas por la cabeza);
d) nunca se ha dejado de empujar la salida electoral que es y seguirá
siendo el centro de la discusión.
HASTA LA FECHA ha habido 28 sesiones y para mantenerse allí hay que
tener paciencia y moderación. En El Salvador se precisaron veintidós
meses y setenta y cinco mil muertos, en Argentina treinta mil, en
Chile cinco mil antes de llegar al referéndum. Eso no invalida el
legítimo derecho a la impaciencia, pero al menos da una perspectiva
histórica que pueda servir de referencia a quienes critican el ritmo
de la mesa. Si alguien tiene un escenario mejor que la mesa, pásenos
la idea para considerarla.
apsalgueiro@cantv.net
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