VENEZUELA_DEMOCRATICA

 

 

 

 

Esta es una copia de lo que fuera el website de la Mesa de negociación y Acuerdos

enlaces

Documentos Mesa Documentos
Coordinadora Democrática
Documentos
Grupo de Amigos
Documentos
Tripartitos
Documentos
Comité Asesor
Noticias

Documentos
Comisión de Enlace

Noticias
Comisión de Enlace
Opinión

 


El Mundo,
Caracas 2002.11.18

Opinión

¿Entre la negociación y el paro?

*ALFREDO CORONIL HARTMANN

Una teoría especiosa persigue venderle a los venezolanos la tesis de que el hecho de que estén desarrollándose conversaciones, bajo la mediación del Secretario General de la OEA, en una mesa de negociación y acuerdos entre representantes de la Coordinadora Democrática y seis funcionarios del gobierno del Teniente Coronel Chávez Frías, supone la obligación de esperar a que finalicen dichos intercambios (para la oposición la fecha límite es el 4 de diciembre) para que sea posible, decente o plausible convocar al paro cívico nacional.

Estoy en capacidad de garantizarle a mis conciudadanos que dicha afirmación, y los barrocos argumentos empleados para sustentarla, carecen totalmente de veracidad y además de lógica. En efecto, formé parte del equipo de prenegociación designado por la Coordinadora Democrática que llevó las conversaciones con el Centro Carter, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Pnud- y la OEA, que trabajó los seis borradores intercambiados entre la CD, la OEA y el Gobierno, para servir de agenda previa a las negociaciones hoy en curso, sin contabilizar los múltiples textos no formales (Non Paper) intercambia dos entre las partes y el mediador.

No puedo por razones de espacio extenderme sobre detalles y pormenores que quizá merezcan un comentario posterior.

Quiero limitarme a insistir que en todo momento dejamos meridianamente claro que el inicio del diálogo (para ellos) o de las negociaciones (para nosotros), no suponía, ni podía suponer, un compromiso de la oposición de paralizar las legítimas protestas civiles, pacíficas y constitucionales -entre ellas el paro- a las cuales ha entregado su esfuerzo, sus vidas y su esperanza la sociedad civil venezolana, ¿Quién tendría la autoridad para asumir semejante compromiso? El único sentido lógico que podría tener, hipotéticamente, una actitud semejante, sería buscar una teórica “igualdad” entre las partes. Tal razonamiento supondría que exijamos al Gobierno abandonar la administración del tesoro nacional, el ventajista y hegemónico control de los poderes públicos, el monopolio de la fuerza militar, la exclusividad de la Gaceta Oficial y naturalmente del inmenso cúmulo de presiones ilegales que a diario ejerce, además del ventajismo inherente al ejercicio mismo del poder, mien tras duren las negociaciones. Sólo así podría haber una verosímil igualdad. Tal perfección no es de este mundo.

Los venezolanos de pensamiento y vocación democráticos sólo poseemos nuestra capacidad de convocatoria, el poder de movilizar a millones de personas pacíficas, dispuestas a defender civilizadamente sus derechos, no tenemos brigadas de asalto, fuerzas de choque armadas y entrenadas ilegalmente, no estamos dispuestos a asesinar ni ejecutar a nadie, no vamos a saquearles sus casas o aterrorizar a sus familias, mucho menos a ponerle bombas a los curas chavistas, ni siquiera a lavarle el pelo a la diputado “Fosforito”.

Los militares institucionales y demócratas no son “tiburones” sedientos de sangre y retaliaciones, se van a una plaza abierta y pública, como sus conciencias, invocan artículos de la Constitución y desarmados reciben el apoyo, el calor y el afecto de sus conciudadanos.

No somos carniceros o verdugos, pero no renunciaremos a los recursos legales y constitucionales que nos asisten, no renunciaremos al derecho de recurrir a un paro cívico nacional.

Es la hora de la verdad.

*Abogado e internacionalista.

retroceder