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Publicado el 11/05/2004
Torturas y malos tratos
AI trabaja por los
derechos humanos en todo el mundo
Amnistía Internacional trabaja por los derechos
humanos en todo el mundo. A continuación se hace
referencia a preocupaciones concretas de AI por
Irak, Guantanamo y Venezuela.
IRAK:
Amnistía Internacional afirma que los abusos
cometidos por funcionarios estadounidenses en las
instalaciones de Abu Ghraib (Bagdad, Irak), son
crímenes de guerra, y pide al gobierno de ese país
que emprenda una investigación completa sobre
ellos para asegurarse de que ninguno de sus
responsables queda impune, no importa cuál sea su
posición o rango.
Amnistía Internacional desde hace dos años viene
documentando abusos sistemáticos a manos de
funcionarios estadounidenses contra detenidos,
tanto en Irak como en Afganistán.
A pesar de que esta semana el secretario de
Defensa estadounidense, Donald Rumsfeld, afirmó
estar "atónito" por los abusos cometidos en Abu
Ghraib, y dijo que eran una "excepción", no una
"práctica sistemática", durante los últimos dos
años Amnistía Internacional ha hecho llegar a las
más altas instancias del gobierno estadounidense,
como la Casa Blanca, el Departamento de Defensa y
el Departamento de Estado, denuncias similares de
actos de brutalidad y crueldad cometidos por
funcionarios estadounidenses contra los detenidos.
El pasado mes de julio, en un memorándum dirigido
al gobierno de Estados Unidos y a la Autoridad
Provisional de la Coalición, la organización
planteó denuncias de tortura y malos tratos
–palizas, descargas eléctricas, privación del
sueño, encapuchamiento y largos periodos de tiempo
de pie o de rodillas– cometidas contra detenidos
iraquíes por las fuerzas estadounidenses y de la
Coalición, sin recibir respuesta ni indicación
alguna de que las denuncias se hubieran
investigado.
A pesar de haberlo pedido reiteradamente, a
Amnistía Internacional se le ha negado el acceso a
todos los centros de detención estadounidenses.
"Si el gobierno de Estados Unidos no tiene nada
que ocultar debe poner fin de inmediato a la
detención en régimen de incomunicación y permitir
el acceso a todos los centros de detención de
observadores independientes de derechos humanos,
como los de Amnistía Internacional y las Naciones
Unidas", ha dicho Irene Khan, secretaria general
de Amnistía Internacional.
"El gobierno de Estados Unidos siempre ha
demostrado su falta de respeto hacia los Convenios
de Ginebra y los principios básicos de la ley, los
derechos humanos y la dignidad humana. Esto ha
creado un clima en el que los soldados
estadounidenses creen que pueden deshumanizar y
degradar a los prisioneros impunemente."
"Lo que ahora vemos que sucede en Irak es
consecuencia lógica de la aplicación implacable de
la 'guerra contra el terror' independientemente
del coste que pueda suponer para los derechos
humanos y sin tener en cuenta las leyes de la
guerra."
GUANTANAMO:
Amnistía Internacional ha expresado su
preocupación por los mensajes contradictorios que
el gobierno estadounidense ha enviado en relación
con su compromiso con las normas internacionales
de derechos humanos.
Los abusos no se han circunscrito a Abu Ghraib.
Numerosas personas recluidas en las bases aéreas
estadounidenses de Bagram y Kandahar (Afganistán)
afirman haber sido sometidas a torturas u otros
tratos crueles, inhumanos o degradantes bajo la
custodia de Estados Unidos, y el gobierno
estadounidense no ha cumplido los Convenios de
Ginebra con los detenidos en Guantánamo.
El ex detenido de Guantánamo Wazir Mohammad dijo a
Amnistía Internacional que en su caso habían hecho
un uso excesivo y cruel de grilletes y esposas,
además de impedirle dormir y obligarlo a ir de
rodillas de su celda a la sala de interrogatorios
cuando estuvo detenido en Afganistán.
En Bagram y Kandahar lo mantuvieron incomunicado
sin darle oportunidad de impugnar la legalidad de
su detención, sin abogado y sin poder ver a sus
familiares ni reunirse nunca con un delegado del
Comité Internacional de la Cruz Roja, cosa que
sólo pudo hacer una vez, a su llegada, durante los
más de doce meses que posteriormente pasó en
Guantánamo.
El ex preso de Guantánamo Walid al-Qadasi, que
estuvo recluido en un centro de detención secreto
en Kabul, afirmó que los presos llamaban a la
primera noche que los interrogaban los
funcionarios estadounidenses "la noche negra". Al-Qadasi
relató: "Nos cortaron la ropa con tijeras, nos
dejaron desnudos y nos hicieron fotos [...] nos
esposaron las manos a la espalda, nos vendaron los
ojos y comenzaron a interrogarnos [...] me
amenazaron de muerte y me acusaron de pertenecer a
Al Qaeda". Según al-Qadasi, a los detenidos se les
impedía dormir, a veces con música a alto volumen.
Una persona que trabajó en Guantánamo dijo a
Amnistía Internacional que la mayoría de los
detenidos con los que había tenido contacto allí,
si no todos, afirmaban haber sido víctimas de
malos tratos físicos en Kandahar o Bagram. Esta
persona dijo no estar sorprendida por las pruebas
de las torturas en Irak, y afirmó que los abusos
en Afganistán parecían tener como objetivo
ablandar a los detenidos para interrogarlos y
recluirlos.
A Amnistía Internacional le preocupa que la
investigación dirigida por el general Antonio
Taguba, que encontró "abusos sistemáticos e
ilegales contra los detenidos" en Abu Ghraib, no
estuviera inicialmente destinada a ver la luz
pública, y que la actual respuesta del gobierno no
se produjera hasta que surgieron el reportaje y
las pruebas fotográficas.
En lo que parece un intento por restar importancia
a la gravedad de las denuncias, en una rueda de
prensa celebrada el 4 de mayo, el secretario
Rumsfeld matizó: "Hasta ahora han sido acusaciones
de abusos [...], algo técnicamente diferente a la
tortura". Pero de hecho, los "numerosos incidentes
de abusos sádicos, flagrantes y gratuitos" que
halló la investigación de Taguba son actos de
tortura o trato cruel, inhumano o degradante,
además de crímenes de guerra.
VENEZUELA
Todas las partes implicadas en el conflicto
político de Venezuela deben comprometerse
realmente a respetar el Estado de Derecho si
desean romper el círculo vicioso de la violencia.
En un nuevo informe presentado el 12 de Mayo,
Amnistía Internacional pone de manifiesto casos de
uso excesivo de la fuerza, tortura y malos tratos
a manos de las fuerzas de seguridad durante las
manifestaciones que tuvieron lugar entre febrero y
marzo de 2004, y cuestiona seriamente el
compromiso de instituciones clave para evitar y
castigar tales abusos de forma imparcial.
Al menos 14 personas murieron en estas
manifestaciones en circunstancias aún por aclarar,
y los heridos ascendieron nada menos que a 200.
Varios de los detenidos fueron brutalmente
maltratados o torturados por miembros de las
fuerzas de seguridad.
"Muchos de los puntos débiles de la seguridad, la
policía y las instituciones judiciales son
anteriores a este gobierno y a la actual crisis.
Sin embargo, su falta de imparcialidad amenaza con
reforzar la cultura de impunidad que durante
muchos años ha sido concomitante a la situación de
abusos contra los derechos humanos en Venezuela”,
ha dicho Amnistía Internacional.