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EL NACIONAL - Domingo 17 de Noviembre de 2002
D/5
Política
ALBERTO QUIRÓS CORRADI asegura que el próximo Presidente será una
sorpresa
La mesa está cumpliendo su misión
El miembro de la comisión asesora de la Coordinadora Democrática en la
Mesa de Negociación y Acuerdos asegura que la alianza opositora
cometería un error si escoge el candidato único que se enfrentará a
Hugo Chávez en las próximas elecciones a partir de simples encuestas
electorales
MARIANELA PALACIOS
Alberto Quirós Corradi califica con 19 puntos la labor de César
Gaviria como facilitador de la Mesa de Negociación y Acuerdos entre el
Gobierno y la oposición, muestra satisfacción por la conducta que han
asumido los 12 negociadores que están representando a las partes en
conflicto y celebra que la mesa “está cumpliendo su misión” .
En esta entrevista, el ex director del diario El Nacional y miembro de
la comisión asesora de la Coordinadora Democrática en la mesa de
negociaciones justifica su optimismo político, presenta la
convocatoria a una nueva Asamblea Nacional Cons tituyente como una
opción que debería ser considerada al definir la salida electoral a la
crisis y sostiene que el candidato único que la oposición enfrentará
con Hugo Chávez en las próximas elecciones pudiera no ser Enrique
Mendoza ni Henrique Salas Römer ni Alfredo Peña ni Julio Borges ni
Rafael Marín ni Cecilia Sosa. Desde su perspectiva, “lo más probable
es que nuestro próximo Presidente sea una sorpresa para todos” .
— Llevan cinco días sentados a la Mesa de Negociación y Acuerdos y aún
la salida electoral no se vislumbra en el horizonte. ¿Cómo inter–
preta eso?
—No estoy de acuerdo con la aseveración de que el acuerdo no se
vislumbra en el horizonte, como tampoco creo que se deba ser tan
tajante como para referirse a cinco días como si fueran una eternidad.
La mesa está cumpliendo su misión. En cualquier mesa de negociaciones
en la que se sientan partes en conflicto a discutir cosas tan
trascendentales como la terminación anticipada de un mandato
presidencial, es lógico que las partes dediquen cierto tiempo a
decirse unas cuantas cosas que, a lo mejor, tenían guardadas desde
hace mucho y que necesitaban mostrar a la opinión publica.
Otra cosa muy importante: en esa mesa está presente César Gaviria y él
es, en este momento, la ventana al mundo de lo que está sucediendo en
Venezuela.
Por eso en esa mesa la gente no se está hablando unos a otros, en esta
especie de confrontación de razones para la crisis, la gente le está
hablando a Gaviria para tratar de posicionarse internacionalmente y
crear una matriz de opinión que pueda favorecer su posición.
— ¿Cómo evalúa la actuación de Gaviria como facilitador?
—Yo le daría altísimas marcas.
En términos escolares, 19 o 18 puntos, porque francamente ha hecho lo
imposible. Primero, llevó a la gente a la mesa. Segundo, a pesar de la
reticencia del Gobierno, consiguió que las partes acordaran llamar el
proceso como Mesa de Negociación y Acuerdos, lo cual tiene una
connotación psicológica importante, porque denota que efectivamente
están allí no para hablar pistoladas, sino para llegar a algo. Y
tercero, su mediación ha permitido que, después de que cada uno se
dice lo que se quiere decir adentro, después de la catarsis, salgan
muy sonreídos para dar a la prensa su versión de los hechos. Gaviria
ha mantenido una posición neutra, ajena a toda controversia, dando
siempre esa sensación de tranquilidad, de paz y de que sí vamos a
llegar a algo.
— ¿Y qué percepción tiene de los 12 negociadores?
—Las dos partes han hecho un esfuerzo muy especial. Si bien no han
llegado a ningún acuerdo, ambas han dicho ya cosas importantísimas: 1)
estamos aquí para llegar a un acuerdo, 2) la salida a la crisis es
electoral 3) y, pase lo que pase, no nos vamos a parar de la mesa.
Esas tres aseveraciones públicas hablan de que allí hay una mesa
seria, que ya superó la fase que yo llamo “el boxeo de sombras”...
— ¿El lunes comienza entonces el verdadero boxeo? ¿La intervención de
la PM precipitará algún ‘knock-out’ en ese ring?
—No creo. La intervención de la PM, sin duda, va a enturbiar la
negociación, pero no justifica una suspensión del proceso. Es más, si
la razón por la cual aceptaron sentarse a la mesa fue precisamente el
aumento de la conflictividad nacional y dado que esa intervención
agrava el problema, hoy más que nunca deben mantener el diálogo y no
desviar la atención del tema central, que es el electoral. Mientras
más se complica la situación afuera, más urge al país la concreción de
una salida electoral.
Por eso creo que a partir de mañana vamos a ver en la mesa una
discusión mucho más centrada en la concreción de esa salida. La fase
preliminar ya se agotó, no hay más nada que decir. Debemos hacer un
esfuerzo por entender que esas discusiones exógenas que se han coleado
en la agenda a lo mejor eran necesarias, porque el contexto que ha
rodeado a la mesa ha sido muy adverso. Sobre todo del lado de la
oposición, porque ellos representan a un sector mucho más heterogéneo.
Hay muchas diferencias presentes, a pesar de que —y esto es
encomiable— incluso Manuel Cova y Rafael Alfonzo han hecho un gran
esfuerzo por ser los representantes de la Coordinadora y no de su
respectivo sector. Como si esto fuera poco, cargan con el peso de la
amenaza de paro y de esa plaza de Altamira que les está ladrando todos
los días, que les está diciendo que están perdiendo el tiempo y
jugando el papel de tontos útiles.
—En la Coordinadora no hay un criterio unificado respecto al carácter
del referéndum consultivo. Mientras Cova insiste en que sí es
vinculante, Zambrano admite que no es así ¿En qué quedamos?
—Eso es una discusión bizantina en este momento. Los 12 negociadores
saben que la decisión de si es o no vinculante no la tiene la mesa. Ni
la tiene Cova ni la tiene Zambrano ni la tiene mucho menos Aristóbulo,
que la otra noche dijo 7 veces que no era vinculante.
Puede ser que el TSJ defina eso más adelante desde el punto de vista
estrictamente jurídico.
Pero lo importante aquí es que la soberanía reside en el pueblo y que
la voluntad del pueblo está por encima de la misma Constitución. La
Carta Magna no puede usarse como una chaqueta de fuerza en contra de
la voluntad del pueblo. Aun cuando el TSJ sentenciara que no es
vinculante, un resultado avasallador —por encima de 70% — a favor de
la renuncia del Presidente sería un mandato soberano y haría
ingobernable al país bajo sus órdenes.
Como dijo Andrés Duarte, yo no sé si será vinculante, pero de lo que
sí estoy seguro es que será fulminante.
Dos sombreros distintos
—Sinceramente, ¿qué resultado espera de la mesa?
—Si me pongo el sombrero del optimista, te diría que espero que en las
próximas semanas se llegue a una salida electoral “adelantada” a la
crisis. Espero que el Gobierno proponga una enmienda constitucional
que recorte el período presidencial y le abra paso a unas elecciones
anticipadas.
— ¿Pero eso también supondría esperar hasta agosto de 2003?
—Podría ser agosto, podría ser julio, pero ya con una meta fija, con
una camino perfectamente definido, la presión es distinta.
—Y si se pone el sombrero del pesimista, ¿qué ve?
—El reto mayor que tiene la mesa es llegar a un acuerdo antes de que
la presión externa se le vaya de las manos y esto pueda desembocar en
un estallido social de magnitudes impredecibles.
Los tiempos de la mesa y los de la crisis nacional no tienen por qué
coincidir. Siempre refiero el caso de Vietnam: cuando los negociadores
estaban en París hablando de la paz, los bombardeos eran más fuertes
que nunca. El hecho de que haya violencia y manifestaciones callejeras
e incluso un paro no significa que la mesa no pueda seguir adelante.
No son situaciones excluyentes, se podrían manejar de forma
simultánea.
Sé que es difícil y, cuando me pongo el sombrero del pesimista, lo que
piens o es que no tendremos éxito, que la mesa no soportará las
presiones externas y que nos terminará matando la impaciencia.
—Usted sugiere una Asamblea Constituyente como otra opción que debe
considerarse en la mesa. A muchos venezolanos les debe sonar eso a
“más de lo mismo” .
—Cierto. Pero qué es “más de lo mismo” : ¿ir a unas elecciones, pero
continuar con las estructuras de Gobierno que tenemos o convocar a una
Constituyente que le abra paso a una VI República?
Elegir a un nuevo gobierno que, en cuestión de siete u ocho meses,
entre de golpe a reemplazar esta administración puede ser una
invitación al fracaso, porque son tantas las cosas estructurales de
esta V República que son impopulares que vamos a quemar al Gobierno. Y
si tenemos en la oposición al chavismo, que es tan experto en destruir
cosas, vamos a tener dificultades para demostrar que lo que hemos
puesto es mejor de lo que hemos sacado. Cuando digo esto pienso en
Perú y en Toledo, que entró con 80% de popularidad por sacar a
Fujimori, aplausos de todo el mundo, respaldo por todos lados, y a los
dos meses tenía escasamente 13% de aprobación popular. La
Constituyente podría dar un paréntesis de alivio, oxigenar y hacer
muchas cosas, entre ellas designar un gobierno provisional que
enfrente el temporal y luego convoque a una elecciones generales bien
estructuradas, bien organizadas y más transparentes. La Constituyente
le entregaría una casa en orden al nuevo Presidente.
Otros criterios
— ¿Cómo escogerá la Coordinadora al candidato único que enfrentará a
Chávez en las próximas elecciones?
—La Coordinadora está consciente de que si no va con un candidato
único a una elección en la que participe Chávez corre el riesgo de que
las cosas no salgan bien. Si bien es cierto que ha resultado fácil
ponerse de acuerdo en cuanto al objetivo común — sacar a Chávez—,
ponerse de acuerdo sobre quién debe ser la persona que va a
reemplazarlo será bastante complicado. Las fuerzas políticas están
tratando de cubrir esa dificultad incluyendo la doble vuelta electoral
en la enmienda constitucional.
—Pero si no hay doble vuelta, ¿lo decidirán por la vía de las
encuestas?
—La política tiene extrañas maneras de seleccionar a sus líderes.
Nosotros tenemos ahora encuestas de Enrique Mendoza con 40% o 30% de
respaldo, Henrique Salas Römer está también alto, Peña que antes llegó
a tener 40% ahora está en 4% y hay muchos otros casos. Por la vía de
las encuestas creo que será bien difícil seleccionar, tendremos que
aplicar otros criterios.
Ahora vamos a entrar en una etapa sumamente complicada de la vida
política nacional y, con toda sinceridad, pienso que lo más probable
es que nuestro próximo Presidente sea una sorpresa para todos.
—O sea que ni Peña ni Salas ni Borges ni Sosa ni Marín ni Mendoza...
—Pudiera. Sí señor, pudiera.
Surrealismo político
Alberto Quirós Corradi podría escribir un libro con todos los casos
que vienen a su mente cuando se le pregunta qué su cesos políticos en
Venezuela ocurridos durante 2002 podrían citarse como ejemplos
clásicos de surrealismo político.
“¡Imagínate! El Presidente llamando ‘escuálidas’ a las multitudinarias
marchas de la oposición. O las declaraciones de José Vicente Rangel de
que ‘aquí todo está normal’ y ‘triunfó la sindéresis’, mientras eran
heridos de bala más de 20 personas y una perdió la vida en las
adyacencias del CNE. El tristemente célebre Plan Bolívar, que nadie
sabe ni lo qué hizo ni cuánto costó” .
“La mentira de que la salud funciona de maravilla —continúa— y ahora
no hay ni curitas en los hospitales.
O la de que ya no se paga nada en las escuelas públicas cuando otra
vez le están pidiendo reales a todo el mundo porque no tienen cómo
sostenerse en pie sin doceavos ni presupuesto.
Si sigo, no termino. Lo que estamos viviendo en Venezuela es más que
surrealismo, es locura”, sentencia.
Al ser consultado sobre qué palabra utilizaría para calificar a cada
uno de los 12 negociadores que están sentados en la Mesa de
Negociación y Acuerdos, servida por el secretario general de la OEA,
César Gaviria, respondió sin titubeos. Llama la atención el hecho de
que sólo 2 de los 12 adjetivos que empleó tienen una connotación
negativa: ¿José Vicente Rangel? Manipulador.
¿Roy Chaderton? Interesado.
¿Aristóbulo Istúriz? Político.
¿María Cristina Iglesias? Inteligente.
¿Ronald Blanco La Cruz?
Mediador. ¿Nicolás Maduro? Intuitivo.
¿Rafael Alfonzo? Hábil.
¿Manuel Cova? Expresivo. ¿Timoteo Zambrano? Profesional.
¿Américo Martín? Vehemente.
¿Eduardo Lapi? Astuto. ¿Alejandro Armas? Estadista.
"Dado que la intervención de la PM agrava el problema, hoy más que
nunca debe mantenerse el diálogo
"El reto mayor que tiene la mesa es llegar a un acuerdo antes de que
la presión externa se le vaya de las manos y esto desemboque en un
estallido social
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