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Esta es una copia de lo que fuera el website de la Mesa de negociación y Acuerdos

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El Mundo Viernes 15 de Noviembre de 2002

Opinión

¿Diálogo o negociación?

* CARLOS NAVARRO

En primer lugar el discurso del Gobierno para llamar sólo diálogo a las reuniones que se están desarrollando bajo el auspicio del secretario general de la OEA, doctor César Gaviria, es simple retórica para no demostrarle debilidad a sus partidarios. Lo cierto es que desde el momento en que aceptaron una agenda de discusión con una representación de la oposición se condenaron voluntariamente a la negociación.

Pero, lo más sustantivo para tomar conciencia que es una mesa de negociación, es que se realiza entre componentes enfrentados que deben acordar una salida pacífica y constitucional a la crisis de ingobernabilidad, deterioro institucional, potencial colapso económico y fractura social que sufre el país, con la realidad viva de una demanda masiva que exige un proceso electoral. En consecuencia, el diálogo es sólo el camino para que las partes se oigan, pero la justificación y objetivo de esa mesa es la negociación.

Asumiendo que es una negociación, nuestra preocupación se sintetiza en saber cuál debería ser su presentación y desarrollo.

En este sentido, es imperativo recordar que los procesos de negociación están sujetos a la aceptación colectiva de condiciones mínimas para el intercambio. En la interrelación más simple de intereses o de discusión ideopolítica, hasta el más complejo y exi gente proceso de distensión, controversia, violencia social o escenario de guerra, existen premisas imprescindibles para la negociación.

Como ejemplo podemos asumir sólo cinco básicas: reconocimiento biunívoco de la representatividad de los actores, agenda definida, procedimientos acordados, la obligación consciente de llegar a un acuerdo y un buen facilitador que sostenga en su personalidad, reconocimiento de los actores e instituciones involucradas, ética en su relación con las partes y capacidad intelectual en la conducción del proceso.

Si las partes y el proceso per se ignoran estas condiciones, estaríamos frente a una de tres realidades; son unos irresponsables, son unos demagogos o están jugando al caos. Una mesa de negociación además, supone que finalizado el proceso de negociación, las dos partes sobrevivirán y quedarán con roles determinantes en el nuevo escenario.

Las negociaciones políticas para encontrarle salidas pacíficas y democráticas a profundas crisis nacionales, han sido el camino recorrido en los últimos años en diversos países de nuestra región. Recordemos las negociaciones en el conflicto armado en Centroamérica, lamentablemente lo hicieron después que el pueblo había puesto miles de muertos. Las duras negociacio nes de la Coordinadora Democrática en Chile frente a la dictadura de Pinochet. Los chilenos lograron finalmente la realización de las elecciones que permitieron la salida del dictador. Recientemente, las negociaciones que culminaron con la repetición de las elecciones en Perú, que dieron el triunfo a Alejandro Toledo.

En todos los casos se respetaron las premisas básicas y se combinaron tres elementos: la presión popular que respaldó mayoritariamente la opción negociadora, la presión internacional sobre los actores en conflicto y el desafío más inteligente, que las partes en conflicto asumieran la imposibilidad de liquidar al enemigo, llegando a la conclusión de que era indispensable aceptar la existencia del “otro”, por lo cual no había otra alternativa que negociar para convivir.

La mesa de negociación tiene una responsabilidad mucho más delicada y más importante que las arengas por televisión de algunos interlocutores a sus partidarios después de cada reunión. Si la mesa fracasa, el diálogo y la negociación política serán sustituidos por la anarquía y la violencia de los extremos más radicales.

En la historia de nuestros pueblos está el espejo que debemos ver.

chinonavarro@cantv.net

*Profesor y presidente de Alianza Sindical Independiente (ASI)
http://www.elmundo.com.ve/ediciones/2002/11/15/p1-4s3.htm

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