|
TAL CUAL LUNES 9 DE DICIEMBRE DE 2002
POLITICA
Falsa tabla de salvación
A diferencia de lo que se piensa, la invocación de la Carta
Democrática no es la panacea. Todavía faltan elementos concretos y
voluntad política para aplicarla
Valentina Lares Martiz
TalCual
Es difícil decidir sobre las medidas a tomar hacia Venezuela, pues no
existen informes técnicos que reflejen claramente que el gobierno de
Chávez haya incurrido en violación de los principios de la Carta
Institucionalmente, la "aplicación" de la Carta Democrática
Interamericana a cualquiera de los países miembros de la Organización
de Estados Americanos, es más difícil de lo que parece. No basta con
invocarla a gritos y no luce muy determinante lo que pueda decidirse
sobre ella y la situación venezolana en el Consejo Permanente
extraordinario solicitado por el gobierno peruano, que se realizará
este miércoles 11 de diciembre.
Según una alta fuente vinculada a la multilateral con décadas de
experiencia trabajando en ella, los venezolanos deben conocer primero
que la Carta es un instrumento preventivo, con escasas posibilidades
de sanciones más allá de lo que establece en los artículos 20 y 21.
Destaca que la máxima sanción que puede aplicarse a un país -además de
su exclusión del organismo- es su paulatina marginación de los
diferentes grupos y comisiones adscritos a la OEA.
"Pero esa es una medida que se tomaría en casos demasiado extremos, y
en torno al caso venezolano aún no hay nada claro; la incertidumbre es
lo que más se respira en la organización".
A juicio del experto, es difícil decidir sobre las medidas a tomar
hacia Venezuela, pues no existen informes técnicos que reflejen
claramente que el gobierno del presidente Hugo Chávez haya incurrido
en alguna violación de los principios de la Carta. "Cierto es que se
maneja que no existe autonomía entre los poderes públicos, que el
gobierno abusa de su mayoría parlamentaria y utiliza jueces
provisionales para tomar decisiones de envergadura, por nombrar unas
cosas, pero todavía no hay un informe técnico serio -que quizá debería
elaborar la Corte Interamericana- que establezca con hechos concretos
la medida exacta o en qué consisten esas violaciones". "La Carta está
fundamentada sobre el peregrino concepto de la alteración del orden
democrático y aparte de un golpe de Estado es muy difícil medir cuándo
esa alteración se está produciendo".
Barbas en remojo
Pero más allá de las razones técnicas, la OEA se mueve
fundamentalmente sobre las posiciones políticas, y hasta ahora, aparte
de las declaraciones de apoyo a la gestión de César Gaviria emitidas
por buena parte de los países del continente, ningún gobierno se ha
pronunciado enérgicamente en torno a la situación. Sólo Perú, que ha
hecho el llamado al Consejo Permanente.
"Es muy difícil que cualquier gobierno legítimamente constituido se
pronuncie abiertamente contra otro que ha sido elegido en las mismas
condiciones. Tocar a un presidente en ejercicio es imprevisible,
porque todos los demás mandatarios saben que eso podría sentar un
precedente que en un futuro los puede perjudicar". Una muestra de esa
cautela la representa el comunicado recientemente emitido por los
países del Mercosur, el cual se limita también a un llamado a la
concordia y apoyo a la mediación, sin ser una reprimenda directa al
gobierno del presidente Chávez.
Igualmente, otro elemento que atenta contra la toma de medidas más
contundentes en el caso venezolano es que también está en desarrollo
el problema de Haití. "Aunque diferente, el caso venezolano tiene
algunos elementos parecidos al de Haití; los embajadores se preguntan
por qué aplicar unas sanciones a un caso y no a otro".
La conclusión sería que del Consejo Permanente del miércoles, lo más
seguro es que salga una decisión parecida a las emitidas en estos
últimos días por los presidentes del hemisferio, de respaldo a la
gestión de Gaviria y exhortación a una salida política que, a juicio
del experto, ya tiene nombre y apellido: referendo consultivo. "Lo más
seguro es que no se tome una decisión más allá de eso o se toque a
fondo el debate político venezolano, porque entonces la OEA podría
caer en la violación del principio de no intervención en los asuntos
internos de otro país".
http://www.talcualdigital.com/ediciones/2002/12/09/f-p3s1.htm