DECLARACIÓN
RADIO
CARACAS TELEVISIÓN
Sesión de
Cámara de Representantes
Miércoles
13 de junio 2007
Exposición del Diputado Jorge Gandini
DIPUTADO
GANDINI: Señor Presidente: el
Cuerpo tiene a consideración una moción de rechazo y repudio a la actitud
del Gobierno venezolano al no permitir la renovación de la licencia de Radio
Caracas Televisión. Aspirábamos a un pronunciamiento previo al 27 de mayo;
el hecho aconteció y hoy corresponde que el Cuerpo se pronuncie
repudiando esta violación a uno de los derechos que custodia el Derecho
Internacional.
Para
ello, entonces, vale la pena determinar el marco de esta discusión; que
considero puede ser dura, pero debe ser seria y bien aprovechada. Tal vez
pueda ser de esos debates que, cada tanto, nos hacen bien.
El marco
de esta discusión no puede ser el que se ha planteado en esta Sala. Si vamos
a determinar la conducta del pasado de Radio Caracas Televisión y de otros
medios televisivos de aquel país con relación al intento de golpe de Estado
al que se hace alusión, deberíamos entonces referirnos al hoy Presidente de
La
discusión de hoy tampoco debe ponerse en la posición de si este es o no un
tema interno del Estado de Venezuela, porque todos los que estamos acá
tenemos antecedentes como para no poder sostener esa teoría.
Nos hemos ocupado en reiteradas
oportunidades de asuntos de otros países que, por ser violatorios o
atentatorios de derechos que protege la legislación internacional ‑que para
nuestros países es legislación interna‑, dejan de pertenecer al fuero
interno de la soberanía de un país y pasan a ser patrimonio de la humanidad.
Y este, el derecho de la libre expresión, es parte de numerosos documentos
de los cuales nuestros países, tanto Venezuela como Uruguay, somos
signatarios en el ámbito de
Hoy en el
mundo hay cosas que, por suerte, son supranacionales.
Hay bienes jurídicos que están
tutelados por el Derecho Internacional, y cuando un país es signatario de
esos Tratados y sus órganos internos soberanos los aprueban, pasan a ser
derecho interno y, en la sumatoria, derecho de todos.
Y este es un tema que nos
pertenece; así que vamos a ubicarlo donde está. Y está en que en aquella
República que pretende ingresar al MERCOSUR ‑tarea que le es cada vez más
difícil‑, su Presidente, por razones ideológicas, argumentando o fundándose
en la línea editorial de un medio que no es afín al Gobierno, eligió el
camino de no renovar su licencia, que es igual a clausurarlo definitivamente
Digo que
es igual, porque si no se recorren los caminos que la legislación
internacional y, -sobre todo en este caso‑, la nacional establece para
cancelar un permiso, se incurre en la arbitrariedad y en la decisión
autoritaria de castigar la línea editorial de un medio de comunicación, lo
que está estrictamente referido y prohibido por
Quiere
decir que estamos rechazando y repudiando la acción todopoderosa de un
gobernante que ha hablado ya sucesivas veces de la construcción de un
partido único, que se ha ocupado de ir eliminando todas y cada una de las
manifestaciones opositoras a su línea de pensamiento y de gobierno, y que ha
perseguido y castigado a cuantos ciudadanos se le han opuesto.
Para ello, basta mencionar
aquella Lista que llevó, en principio, el nombre de un Diputado de aquel
Gobierno, por la cual los tres millones de ciudadanos venezolanos que
firmaron el recurso revocatorio fueron perseguidos de manera similar a la de
los uruguayos en plena dictadura, cuando fueron catalogados como A, B y C.
A partir de aquella Lista, que
luego dio en llamarse "Maisanta" ‑el nombre de un famoso asaltante de
caminos venezolano‑, todos los que firmaron dejaron de ser funcionarios
públicos, de acceder a créditos estatales, de poder ser beneficiarios de
planes de vivienda, entre otras cuantas medidas que el Gobierno pudo emplear
para sancionar a quienes, en utilización de un recurso constitucional, se
levantaron pacíficamente contra una medida de Gobierno.
Estas y otras situaciones podrían
ser mencionadas, y en este contexto debe ser discutido el cierre de Radio
Caracas Televisión.
Sin todo
esto no podríamos entender por qué un día después, el 28 de mayo, cuando
amanecieron en silencio las ondas y la señal de Radio Caracas Televisión y
solo quedaba la expresión de un pueblo que rechazaba esa arbitrariedad, el
Presidente de
No hay
casualidades. Hay una línea clara del Gobierno venezolano -que pretende ser
socio del MERCOSUR-, violatoria de nuestro modo de vida, violatoria de
nuestras reglas de convivencia, violatoria del contrato social que los
uruguayos hemos hecho para vivir en democracia y pacíficamente; y que por
suerte hemos logrado con una cuota parte de nuestro esfuerzo que se vaya
extendiendo a muchos otros países que, igual que nosotros, perdieron la
democracia, la libertad y la tolerancia. Debemos reaccionar frente a esto
como reaccionó el Congreso de Chile, como reaccionó el Senado de Brasil,
como reaccionó el Parlamento Europeo, como reaccionaron infinidad de
organizaciones e instituciones de todo el mundo.
Lo hizo
Lo dicen organizaciones
nacionales prestigiosas como ANDEBU, que denuncia la sustitución de las
emisoras de Radio Caracas Televisión por la de un nuevo canal estatal, que
utiliza la misma frecuencia sin que se haya cumplido con ningún
procedimiento abierto y garantista para su adjudicación.
Denuncia además la confiscación por el Gobierno venezolano de las
infraestructuras y equipamientos de transmisión de Radio Caracas Televisión
para ser utilizados por una nueva señal. Estas denuncias se agregan a las
anteriores, porque el Gobierno venezolano no solo clausuró la señal sino que
se apropió de los medios con que aquella trasmitía para sus fines.
Lo dice
Del mismo modo,
Lo dice el Parlamento Europeo,
al que tampoco le pesa que este hecho haya sucedido en un país de otro
continente. Refiriéndose a él expresa: "Considerando que el pluralismo de
los medios de comunicación y la libertad de expresión son un pilar
indispensable de la democracia". Con esto creo que coincidimos todos los
aquí reunidos. Continúa: "Considerando que la libertad de los medios de
comunicación es de fundamental importancia para la democracia y el respeto
de las libertades fundamentales, teniendo en cuenta su función esencial en
la garantía de la libre expresión de opiniones e ideas y su contribución a
la participación efectiva de las personas en los procesos democráticos".
[...] "Considerando que Venezuela ha suscrito" ‑atención aquellos que velan
por el derecho interno de Venezuela con lo que dice aquí‑ "el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales y
Hay innumerables Organizaciones
No Gubernamentales e instituciones gubernamentales, Parlamentos nacionales y
organismos internacionales de toda característica;
no voy a leer los de
Para que vean, también debo
expresar que los socialistas de Francia dicen cosas muy similares a las que
el Partido Nacional propone que hoy diga este Parlamento. Dice el comunicado
del Partido Socialista francés: "El Gobierno de
Quiero terminar mis palabras
haciendo una reflexión. Creo que no es sano que utilicemos la conveniencia
política para tomar decisiones en materia de principios. Sabemos que el
Gobierno venezolano de turno ha colaborado y promete colaborar más con este
Gobierno. Pero el rico patrimonio de los orientales no puede ser un precio
para los principios. Ya nos hemos equivocado, más unos que otros, en ese
terreno de confundir conveniencias con principios.
Se vuelve a equivocar nuestra
Central de Trabajadores cuando el mes pasado emite un comunicado, no solo
apoyando el cierre de Radio Caracas Televisión, sino además repudiando a
quienes llamamos la atención por esa medida del Gobierno venezolano, y lo
hace utilizando términos que le son propios e históricos. Habla de que Radio
Caracas es un poderoso grupo económico privado, que ha sido usufructuario
durante cincuenta y tres años de la privatización del espectro
radioeléctrico. Habla de que Radio Caracas Televisión compone un latifundio
mediático que ha dedicado todos sus esfuerzos a hostigar sistemáticamente el
proceso de fortalecimiento popular y democrático, etcétera.
Creo que el país tiene historia
reciente. El diario "El Popular", órgano oficial del Partido Comunista del
Uruguay, con fecha 11 de febrero de 1973, editorializaba sobre los sucesos
de aquel tiempo y se equivocaba escandalosamente por confundir conveniencia
con principios.
Decía en aquel tiempo y lo voy
a leer porque viene al caso: "Pensamos que es razonable que las Fuerzas
Armadas, que no se consideran 'una simple fuerza de represión o vigilancia',
quieran dar su opinión sobre la problemática del país [...]".
Dice más adelante: "Y si hay
una 'realidad' que debe ser cambiada y las Fuerzas Armadas no quieren ser el
brazo armado de grupos económicos y políticos que pretendan apartar a las
Fuerzas Armadas de sus fines; es imprescindible que se conozca su
pensamiento". Y ‑digo yo‑ justificaba así los comunicados 4 y 7 de los
primeros días de febrero de 1973.
Continúa más adelante el órgano
del Partido Comunista del Uruguay: "Para quienes, como nosotros,
consideramos que el dilema del país es oligarquía o pueblo, no puede haber
otra opinión.- Nosotros hemos dicho que el problema no es el dilema entre
poder civil y poder militar; que la divisoria es entre oligarquía y pueblo,
y que dentro de éste caben indudablemente todos los militares patriotas que
estén con la causa del pueblo, para terminar con el dominio de la rosca
oligárquica".
No hemos escuchado mucha
autocrítica de esto, pero cuando tenemos frente a nosotros evidencias tales
como esta, debemos por lo menos en el fuero íntimo asumir que hay errores
que no se pueden cometer dos veces. Estamos frente a un episodio que en
Venezuela constituye un escalón más, una escalada más en una democracia que
está en proceso de convertirse en autoritarismo. Lo digo haciéndome
responsable de mis palabras y sin ningún temor a lo que digo. Es el sueño
del Presidente venezolano gobernar hasta el año 2035 y tener partido único.
Son sus palabras que se reiteran una y otra vez.
No podemos compartir ese sueño.
Debemos solidarizarnos con las expresiones democráticas del pueblo
venezolano y debemos reaccionar cada vez que se viola un principio y un
derecho humano internacional, suceda donde suceda, en el país que sea, con
el signo del gobierno que tenga y en el tiempo que sea, porque los
principios no pueden estar tan altos como para que se pase por debajo de
ellos, para un lado o para el otro cuando se quiera. No es para eso que se
ponen en alto. Se ponen en alto para que nos guíen y cuando nos duelen
prendas; porque se violan cerca de nosotros, debemos tener la grandeza de
reaccionar igual que si los violan nuestros adversarios o enemigos. De eso
se trata. Eso es lo que debemos custodiar.
Este Parlamento debe tener
la dignidad de decir al Gobierno venezolano que recapacite, que revise su
decisión, sin agravios, como dice la declaración. Y debe, además, llevar
este tema a los ámbitos en los que comparte con otros Parlamentos el debate
en la construcción de una región más democrática y más libre: al PARLATINO,
a su Comisión de Derechos Humanos, y al Parlamento del MERCOSUR, de reciente
creación, que presidirá a partir del próximo 25 de este mes un uruguayo,
miembro de este Parlamento, que estamos seguros de que nos honrará como
uruguayos al frente de nuestra delegación y de aquel órgano. Creemos que
nuestra delegación parlamentaria debe llevar allí temas como esta para
introducir al orden del día de sus debates, que no son menores, que le son
propios, porque si algo debe debatir un Parlamento es acerca de la vigencia
de los derechos al interior de aquellos países que son miembros de ese
Parlamento o aspiran a serlo.
Señor Presidente: esa es
nuestra recomendación y nuestro deseo. Ojalá tengamos madurez para podernos
liberar de los compromisos políticos y ser capaces de decir lo que hay que
decir, cuando está mal, aunque nos pueda traer alguna sanción económica o
repercusión. Brasil lo ha hecho y creo que el Parlamento uruguayo no puede
ser menos.
Montevideo, 13 de mayo de 2007
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