Un proyecto para VENEZUELA
Sumidos en permanente crisis, la “Venezuela Posible” ha ido cobrando entre nosotros visos de utopía, de sueño irrealizable. Pero ello no necesariamente responde a nuestra realidad. Más allá de las tinieblas, con el inicio del nuevo siglo y en el marco de los grandes cambios tecnológicos que sacuden los cimientos de la comunidad mundial, nuestro país tiene recursos, como muy pocos, para superar los escollos del presente y alcanzar niveles muy superiores de desarrollo y bienestar. Como gobernante lo he vivido y por ello afirmo que es así. Pero lograr tales objetivos requiere de un Plan compartido. De un Plan de amplio espectro y largo alcance. Y de eso trata el Congreso al cual estamos invitando.
Se trata de un esfuerzo plural, expresamente plural, que se propone sentar las bases - al margen de la coyuntura- para los futuros consensos que deberá construir el país. Y tal como se desprende de la hoja anexa, hemos logrado reunir un equipo conductor del más alto calibre.
Abordaremos los grandes temas nacionales desde la óptica de un Estado moderno, privilegiando lo sistémico por sobre los especializado y apelando al mismo tiempo a una metodología de trabajo que permita romper esquemas vetustos y favorecer posturas compartidas.
Cuando hablamos de “Un Proyecto para Venezuela”, estamos pensando en un conjunto de proposiciones que permitan establecer pautas institucionales, organizativas y, en algunos casos, operativas para que éstas sean punto de partida de un mandato político que irá tomando forma en la práctica histórica y en la negociación permanente con el ciudadano.
Tales proposiciones serán concebidas en un horizonte temporal de quince años de manera de poder incorporar una visión estratégica que a partir de una evaluación objetiva del entorno, se plantee la necesidad de acometer y resolver problemas estructurales y que, además, se pueda hacer acompañar de un cambio y una maduración institucionales que garanticen su viabilidad.
Se trata de un Congreso que se plantea y nos plantea el reto de descifrar el camino del futuro a partir de la incertidumbre del presente; de un Congreso que, a través de sus Mesas de Trabajo, recorrerá el país durante cuatro meses en busca de escenarios y horizontes propicios; de un Congreso que incorporará expresamente a la mujer y a la juventud y que en definitiva aspira congregar las mejores voluntades para abrirle un “boquete” de esperanza a nuestra querida Venezuela.
Te esperamos.
Caracas, 9 de octubre de 2002