Del terrorismo de estado a la guerra civil
Preso Hugo Chávez Frías
Prisión de Yare (Venezuela), julio de 1992
I. El sistema perdió su equilibrio estructural
La jornada patriótica del 4 de febrero imprimió un efecto de aceleración a la crisis estructural que el sistema político venezolano ha venido experimentando en los últimos años.
Hasta ese día, el mecanismo hemostático había venido funcionando en el interior de un sistema profundamente afectado en su propia médula. Un proceso permanente de retroalimentación permitía a los sectores poderosos mantener bajo regulación los estremecimientos recurrentes que azotaban al sistema.
Tal mecanismo fue roto violentamente en pocas horas, para generar un proceso de autopropagación expansiva que avanza con la fuerza de los huracanes, motorizado ahora por la acción popular y el empuje de diversos actores sociales.
Esto conducirá inevitablemente a otro proceso histórico cuyos signos ya se anuncian en, un horizonte muy cercano: la transformación estructural del sistema.
Las fuerzas detentadoras del poder político y económico pretenden, sin embargo, desconocer estas leyes históricas, cuya marcha es ya irreversible.
De manera que, en su empeño antihistórico por retornar a un equilibrio ya inalcanzable, los grupos dominantes han recurrido a un arma cuya aplicación producirá a nuevas situaciones expansivas.
II. La represión indiscriminada
Si bien es cierto que el estado organizado por la sociedad civil, recibió en delegación el derecho al empleo de la violencia, es necesario aclarar, sin embargo, que tal recurso debería aplicarse precisamente para asegurar la consecución de los fines supremos del grupo social y nunca en contra de sus intereses.
Este señalamiento adquiere mayor profundidad cuando se trata de un Estado que se llama a sí mismo democrático, obligado por esencia a satisfacer las expectativas de las mayorías nacionales, a las cuales esta obligado a servir, so pena de perder su propia razón de ser y de estar.
La secuencia situacional evolutiva detallada ha marcado ya definitivamente el curso de la Venezuela de hoy, en apenas 5 meses de la época post 4-F.
Para resumirlo en pocas palabras, el sistema político venezolano perdió su estado de equilibrio, cayó en un ciclo de autopropagación expansiva y reclama imperiosamente una transformación estructural.
Las fuerzas del poder no ceden; parecieran no entender esta dinámica y se atrincheran tercamente tras el empleo indiscriminado de la violencia represiva.
III. La violencia ilegítima
El arma represiva utilizada con tales fines, adquiere un carácter completamente ilegítimo.
La violencia aplicada se ve revestida de un manto claramente político, lo cual viola los mas elementales principios e a democracia.
El Estado ha venido acumulando fuerzas y no duda en su empleo contundente, dramático, sobre la sociedad civil.
El Presidente de Venezuela y su Ministro del interior han puesto en acción dichas fuerzas, de tal manera que sobre la angustiada población venezolana se ha desencadenado un auténtico
TERRORISMO DE ESTADO, escondido tras una careta. Las fuerzas policiales, paramilitares y un sector reconocible del estamento militar, se han convertido así en simples pero terribles guardias pretorianos, sostenedores de un régimen ilegítimo y desviado del verdadero rumbo que adquiere la nación.
IV.- La guerra civil
Ante tal estado de cosas, sobreviene la confrontación interna del mismo sistema. Las fuerzas que pugnan por la transformación irán radicalizándose y asumiendo claras posiciones de lucha, obligadas por una disyuntiva de existir o perecer
Se inicia asimismo, en este lado del escenario, una acumulación de fuerzas transformadoras que van siendo encarriladas por una sola vía. La escalada del conflicto y su desencadenamiento en una guerra civil, fratricida, pero justa y legítima.
El Movimiento Bolivariano Revolucionario-200 manifiesta al pueblo venezolano su disposición a contribuir en la búsqueda de una salida pacífica al laberinto.
Invocamos la voluntad soberana para la realización de un FORO NACIONAL con representantes genuinos de los diversos sectores sociales, políticos, económicos y militares del país.
Un foro cuya instalación debe coincidir con la salida del actual Presidente de la República y la inmediata conformación de un gobierno de transición: LA JUNTA PATRIÓTICA BOLIVARIANA, para un gobierno cívico-militar de salvación nacional.
Asimismo, debe convocarse a la elección de una asamblea nacional constituyente, de profunda raigambre popular.
Con estas acciones políticas se abriría el cauce hacia un nuevo modelo de sociedad, original y solidaria.
Y hacia un nuevo sistema de gobierno con las características de aquel delineado por Simón Bolívar en Angostura.
El sistema de gobierno más perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política.
De esta manera, se evitaría un proceso de violencia colectiva que llenaría de sangre la sufrida patria bolivariana.
Si esto llegase a ocurrir, la historia señalaría implacablemente los responsables, CIEGOS, SORDOS INSENSATOS.
POR AHORA Y PARA SIEMPRE!!!!!!
HUGO CHÁVEZ FRÍAS
COMANDANTE
MBR-200
Yare, julio de 1992