Documento leído por Orlando Urdaneta...

Documento leído por Orlando Urdaneta en la que invoca el artículo 350de la Constitución Nacional que declara la desobediencia civil En esta inmensa multitud faltan 17.  Aquí faltan 17 de los nuestros.

Faltan los que fueron asesinados hace 64 días.  Fue ese un crimen descarado, filmado y fotografiado por decenas de reporteros, cometidos frente a miles de testigos.  A pesar de eso, todavía la investigación oficial no ha señalado culpables.  En homenaje a esos 17, a sus hijos, a sus novias y esposas, a sus padres y madres, a sus amigos, a sus recuerdos, es que estamos aquí.

Aquí estamos los adultos, los preocupados, por el país que dejaremos en herencia a nuestros hijos.

Aquí estamos los jóvenes, los indignados, que por primera vez tememos que el futuro será peor que el presente, y mucho peor que el pasado.

Aquí estamos los pobres, los traicionados, los que creíamos en unas promesas de igualdad y prosperidad y sólo seguimos teniendo eso, promesas.

Aquí estamos los obreros, los que quedamos.  Porque cada día cierran decenas de fábricas y empresas, y nuestros puestos de trabajo se transforma en recuerdo.

Aquí están las mujeres, las valerosas, dispuestas a defender con determinación y hermosura la libertad y la vida.

Aquí estamos los profesionales y técnicos, los desplazados, los que estudiamos para salir adelante y hoy somos empujados a la informalidad y el desempleo.

Niños y viejos, pobres y no tan pobres, estudiantes, amas de casa, maestros de escuela, bomberos, intelectuales, militares retirados y de los otros, artitas comerciantes.  Todos, todos nosotros, estamos aquí para decir en voz alta que la razones de la masiva, de la hermosa, de la democrática, de la inmensa marcha del 11 de abril, están intactas.  Ese día un millón de personas marchó hasta Miraflores para decirle al presidente de la República que estamos hartos de sus atropellos, de su irrespeto; que estamos indignados por su incompetencia y asqueados por su corrupción.  Ese día un millón de persona marchó para llegar hasta las puertas del Palacio y decirle al personaje que allí se atrinchera que queremos un país decente, democrático, donde los poderes públicos no estén secuestrados por la voluntad de un caudillo; un país donde el poder no manipule el resentimiento de unos y los temores de otros, sino que sirva para construir la armonía de todos.  Para decirle que queremos un país unido.  Un país alegre.  Un país consciente de que sólo el estudio y el trabajo son el camino para la prosperidad, la libertad y la justicia.  Por eso fuimos a decirle al provisional inquilino de Miraflores que se fuera, que renunciara, y que nos permitiera a los venezolanos decidir en paz y en democracia nuestro destino.

Ese millón de mujeres, niños, hombres, ancianos y adolescentes fueron recibidos con una emboscada.  Balas disparadas a mansalva desgarraron la carne y perforaron los huesos de seres humanos desarmados, mientras el autor intelectual de la masacre pretendía encadenar las televisoras para que el mundo no viera la carnicería preparada por sus pistoleros, por sus tiburones.

Hoy estamos aquí para decirle que a las razones que teníamos el 11 de abril para exigir su salida del poder, se suma una nueva y gigantesca razón, que es el mismo 11 de abril.  Ese día Hugo Chávez, Diosdado Cabello, José Vicente Rangel, Ramón Rodríguez Chacín, Isaías Rodríguez, Freddy Bernal y Francisco Belisario Landis, entre otros, dejaron de ser funcionarios de un régimen legítimo y pasaron a convertirse en presuntos indiciados del asesinato y otros crímenes gravísimos.  Unos dieron las órdenes, otros dieron las armas, otros miraron a un lado y otros accionaron los instrumentos homicidas.  Todos son responsables.

Son responsables de haber violado el artículo 40 de la Constitución Nacional, que establece que "los derechos políticos son privativos de los venezolanos y venezolanas".  Son culpables de haber violado el artículo 43, que afirma que "el derecho a la vida es inviolable".  Son culpables de violar el artículo 55, que consagra "toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana".  Son culpables de violar el artículo 68, que prevé que "los ciudadanos tienen derecho a manifestar pacíficamente".

La responsabilidad política, administrativa y penal de Hugo Chávez, Diosdado Cabello, José Vicente Rangel, Ramón Rodríguez Chacín, Isaías Rodríguez, Freddy Bernal y Francisco Belisario Landis, entre otros, en la masacre criminal del 11 de abril, está suficientemente comprobada en documentos, videos, fotografías y testimonios.  Sin embargo como ciudadanos y como demócratas reclamamos para ello la realización de un juicio justo e imparcial, con pleno respeto a sus derecho a la defensa y demás garantías procésales, las mismas garantías que ellos le negaron a las victimas del 11 de abril.  El mundo debe saber que a 64 días del crimen ese juicio no se ha producido sencillamente porque Hugo Chávez también es responsable de haber violado el artículo 254, que consagra que "el Poder Judicial independiente"

y ha pisoteado con igual saña el artículo 273 de la Carta Magna, que reza que "el Poder Ciudadano es independiente, y sus órganos gozan de autonomía..."

Esto lo sabe Venezuela, pero también debe saberlo el mundo.  Hoy la sociedad venezolana invoca la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos, violada por un gobierno que aunque de origen legítimo se ha deslegitimado en su ejercicio, al violentar las normas más elementales de convivencia democrática.

Este gobierno ha violado el Artículo 2 de la Carta Democrática que establece que la democracia representativa es la base del estado del derecho; ha violado el artículo 3 que consagra la separación e independencia de los poderes públicos; ha pisoteado el artículo 4, que exige respeto por los derechos sociales y la libertad de expresión; ha ignorado el artículo5, que establece que "el fortalecimiento de los partidos es prioritario para la democracia".  Se ha burlado del artículo 7, que protege el ejercicio efectivo de las libertades fundamentales y los derechos humanos.  Ha violado el artículo 10, que exige respeto para los derechos de los trabajadores, y la aplicación de normas laborales básicas consagradas en la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y ha incumplido el artículo 27 que exige respeto y fortalecimiento de la institucionalidad política y de las organizaciones de la sociedad civil.

Por todas estas razones, la oposición democrática venezolana y la sociedad civil organizada, instalados esta noche en Asamblea de Ciudadanos en estricto cumplimiento del artículo 70 de la Constitución Nacional, cuyo texto establece que las decisiones de esta Asamblea tienen carácter vinculante para el poder público, acuerda

PRIMERO: Invocara el artículo 350 de la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, donde textualmente se establece que "el pueblo venezolano, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos" De esta manera, aficionados en el texto de la Carta Magna, los ciudadanos nos declaramos en desobediencia civil frente a este gobierno, y daremos inicio a una sucesión de masivas demostraciones de no violencia activa, hasta que quienes han incurrido en ilegitimidad por ejercicio salgan del poder en forma pacífica y se someten al juicio que sus muchos crímenes ameritan.

SEGUNDO: Invocar el artículo 20 de la Carta Democrática de la Organización de Estados Americanos, que establece que "en caso de que un Estado Miembro se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático, cualquier Estado Miembro o el Secretario General podrá solicitar la convocatoria inmediata de la Asamblea y adoptar las decisiones que estime conveniente".

En Venezuela se ha pretendido imponer desde el poder un proyecto autoritario, violando la Carta Magna de Venezuela y la Carta Democrática de la OEA.  Esa pretensión ha generado la justa resistencia de la sociedad venezolana, empeñada en preservar su cultura democrática.  La tensión entre quienes pretenden imponer su proyecto autoritario, y quienes defendemos la democracia como sistemas de valores y modo de vida ha generado una aguda polarización del clima político y social, tal como lo constató el Dr. Cesar Gaviria en su informe tras su visita en abril.  Nuestro país siempre fue refugio seguro para todo aquel que en América o en el mundo tuvo que huir de la guerra o del autoritarismo.  Hoy somos los venezolanos los que necesitamos la solidaridad de los demócratas del mundo, para evitar que la violencia azota nuestra patria.

TERCERO: Convocar a todo el país para la Segunda Gran Asamblea de Ciudadanos que se realizará el próximo 11 de julio en la Av.  Urdaneta frente al Palacio de Miraflores, cuando conmemoraremos el tercer mes de la masacre y exigiremos a Chávez si es que aún se encuentra aferrado al poder, que deje de esconderse tras la rejas del palacio y tras las armas de sus círculos, y se someta a la voluntad de este pueblo, que va a sacarlo del gobierno con los votos para iniciar la reconstrucción democrática de una Venezuela unida y libre.

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