LOS RUSOS TAMBIEN JUEGAN
ALBERTO QUIROS CORRADI

El otro día, en una reunión de la Comisión Asesora de los Negociadores de la Coordinadora Democrática, el Prof. Salgueiro, nos hizo a todos una cordial advertencia sobre los peligros de enamorarse demasiado de nuestras propias estrategias. En efecto, a veces no le prestamos la debida atención a lo que pudieran estar pensando y planificando quienes pretendemos derrotar, en un juego donde está presente la tentación de jugar solos.
La anécdota se remonta a un partido de fútbol que iban a jugar Rusia y Brasil en un torneo mundial. Antes del juego, el director técnico reunió al equipo brasilero y les planteó en un pizarrón, las diversas combinaciones que iban a realizar para marcar los goles que les darían la victoria. El director, se regocijaba en diseñar pases de Barboza a Juvenal a Ademir y luego ¡Gol!. Si eso no funcionaba, entonces Augusto se la pasaba a Jair y éste a Danilo, ¡Gol!. Ante tanto entusiasmo, uno de los jugadores interrumpió al director técnico y le preguntó: “Dígame Señor, ¿y los rusos no juegan?”.
La anécdota viene al pelo, porque en esta tremenda crisis por la que atraviesa el país, la oposición pudiera estar olvidando que “los rusos” también juegan.
Los “rusos” de hoy, no hace falta aclararlo, son Chávez y sus seguidores. La oposición tiende a analizar las “opciones electorales constitucionales” que tiene para cambiar a Chávez por “otro”. Lo que a lo mejor se les olvida es examinar -con el mismo cuidado- las jugadas defensivas que tiene preparadas el chavismo para cada una de nuestras “soluciones”.
Quizás el mejor ejemplo es el debate que se ha producido dentro de la oposición sobre el Paro Cívico, originalmente programado para mañana lunes 02/12/02. Hay un grupo de entusiastas que suponen, con más ingenuidad que buen juicio, que el lunes empezará un movimiento de masas que paralizará al país por dos o tres días. Ante esta situación de caos, dicho sea de paso, para muchos no visualizada en toda su potencial magnitud, el Presidente renunciará, el vicepresidente renunciará, “alguien se encargará del coroto” y, en un bucólico ambiente de paz, celebraremos elecciones y nos daremos un nuevo gobierno. Veamos, aunque sea por encimita, lo que está emoción ignora. 1) La Coordinadora Democrática se ha sentado voluntariamente en una Mesa de Negociación y Acuerdos, para buscarle una salida electoral a la crisis. Un Paro general para que renuncie Chávez, no es compatible con el compromiso de negociar. 2) El Paro fue convocado sin mayor planificación y por presiones a los dirigentes, de parte de ciudadanos que tienen pleno derecho de exigir lo que creen que deben exigir, pero que en su impaciencia no han calculado los pro y los contra de una acción de este tipo, en este preciso momento. 3) Ojalá que me equivoque, pero el Paro del lunes (si no se difiere o se limita) puede no ser exitoso, si su propósito real es “sacar a Chávez”. Si fracasara en su objetivo, Chávez se fortalecería por haber nosotros mordido el anzuelo de su provocación. Es decir, habremos llamado al Paro en los tiempos que le convienen a Chávez y no en los nuestros. 4) La jugada del Paro Cívico indefinido, debería ser el recurso de última instancia, cuando ya se hayan agotado todas las otras opciones. El Paro no puede ser para “cobear” al Gobierno. Cuando lo llamemos, tiene que ser sin vacilaciones, con el acuerdo y el consenso de los sectores críticos que pueden paralizar de verdad al país. Con la convicción de que es probable que se genere violencia, saqueos y grandes carencias para la población si llegan a colapsar servicios importantes, energía eléctrica, agua y gas. Habrá silencio comunicacional y –en general- un estado de desinformación que solamente será soportable por la ciudadanía si está completamente convencida de que no hay otra opción menos radical. 5) Si, después de haber pensado en esto y algo peor, los que llaman -todos los días- al Paro Cívico indefinido, todavía piensan que para mañana ya estamos preparados para soportar sus últimas consecuencias, retiro lo dicho. 6) El Gobierno ha tomado las precauciones para enfrentarse a un Paro que ellos mismos, por boca del Presidente, estimulan a diario, retándonos a que nos atrevamos. (¿Porqué no nos detenemos un momento a reflexionar sobre lo que puede estar buscando Chávez con esta constante provocación?). Personalmente estoy dispuesto a aceptarle y responderle al reto. Pero no el lunes 02/12. Creo que, como en algunos juegos deportivos, nos están “descolocando” mediante contraataques que solo serían derrotables, a través de una clara comprensión de lo que significa un Paro Cívico indefinido y las medidas que puede tomar el Gobierno para neutralizarlo (Los Rusos también juegan).
OTRAS OPCIONES.
Dicho lo anterior, permítanme aclarar que -en mi opinión- Chávez no quiere contarse electoralmente. Ni ahora, ni más tarde. El Presidente ha demostrado ser un maestro en desmantelar los esfuerzos constitucionales de la oposición por debilitarlo y sacarlo del cargo, mediante acciones que pueden considerarse también constitucionales (aunque en el último mes, se le están viendo las costuras a ciertas burdas manipulaciones).
Pero –como ya he dicho en otra ocasión- la verdadera pesadilla a la cual entramos ahora, es la de enfrentarnos a la muy real posibilidad de que Chávez pueda bloquear “legalmente” todas nuestras opciones para buscarle una salida electoral -a breve plazo- a la crisis.
El Referéndum Consultivo. Puede bloquearlo solicitándole al TSJ una interpretación sobre la constitucionalidad de la pregunta. Puede cuestionar la legitimidad de las decisiones que tome el CNE (ya lo hizo). Puede bloquear en la Asamblea Nacional el nombramiento de un nuevo cuerpo electoral. Puede represar el envío al CNE de los fondos necesarios para celebrar el Referéndum, etc.
Aunque todo lo anterior pueda ser contrarrestado –a su vez- por la oposición, no se verán resultados a corto plazo. Lo cual nos obliga a otra meditación. ¿Porqué Chávez, contra toda lógica, piensa que el tiempo está a su favor?
La Enmienda Constitucional. Habría que recoger de nuevo un número importante de firmas. Refutar la interpretación –casi segura- del oficialismo sobre la necesidad de que una vez recogidas las firmas, las enmiendas propuestas deban ir a la Asamblea Nacional para su aprobación, antes de ser enviadas al CNE para que convoque a un Referéndum, a fin de aprobar las enmiendas propuestas (de nuevo una estrategia para ganar tiempo). El Gobierno puede –también- colocar en el camino algunos de los obstáculos señalados en el capitulo del Referéndum Consultivo. Todo esto, asumiendo que la mayoría actual de la Asamblea Nacional mantiene su lealtad al régimen.
Referéndum Revocatorio. No puede empezarse a tramitar, sino a partir de agosto del 2003 y –probablemente- no se pueda celebrar antes de noviembre o diciembre de ese año. Demasiado tiempo para la impaciencia ciudadana.
Asamblea Constituyente. Es –quizás- la solución que conduciría a la salida más definitiva de todas, aunque también puede ser bloqueada mediante los recursos jurídicos que ya mencionamos para impedir el Referéndum Consultivo y el Revocatorio.
Renuncia y Abandono del Cargo. No comentaré al respecto, puesto que eso depende exclusivamente de la voluntad del Presidente. Aunque pudiera ser forzado por acciones como un Paro Cívico exitoso. Aun así, eso dejaría al vicepresidente encargado de la presidencia y a las instituciones públicas intactas durante el proceso electoral que tendría que celebrarse dentro de los 30 días siguientes a la ausencia absoluta del Presidente del cargo.
Dicho todo lo anterior, quienes hayan leído hasta aquí, tendrán pleno derecho a preguntarse porqué no estoy de acuerdo con el Paro Cívico indefinido, si todas las opciones constitucionales pudieran estar condenadas al fracaso o a demoras inaceptables. La respuesta es sencilla. Soy de los que cree en la lentitud de la prisa. Que el que toma la vía del atajo, casi siempre se pierde y tarda más en llegar adonde quiere ir y que quien -por apurado- hace mal el trabajo, tendrá que repetirlo -por lo menos- una vez. Puesto con la claridad del caso, yo no me opongo a un Paro Cívico indefinido. Me opongo al Paro Cívico indefinido convocado para el lunes (si se convocara), porque creo que:
- No hemos agotado opciones menos radicales con las cuales estamos comprometidos (Mesa de Negociación y Acuerdos).
- Le dará pie al Gobierno para disminuir nuestro recientemente aumentado prestigio ante la comunidad internacional (Recuerden que el “facilitador” Gaviria, ha pedido que no se tomen acciones que saboteen el posible éxito de la Mesa de Negociación y Acuerdos).
- Con el debido respeto a la Coordinadora Democrática, a Fedecámaras y a la CTV, el Paro del lunes no fue bien planificado, ni la ciudadanía debidamente informada sobre cómo proceder cuando las consecuencias del Paro empiecen a afectar su nivel de vida y los servicios a los cuales está acostumbrada.
- Si el Paro no es visiblemente exitoso, el Gobierno se habrá anotado un triunfo que le habremos puesto, sin necesidad, en bandeja de plata.
- La frágil unión de la oposición, correría el real riesgo de un fraccionamiento importante, cuando los diferentes grupos empiecen a buscar a los culpables del fracaso.
Es posible que se tome la decisión salomónica de restringir el Paro a una protesta de 12 o 24 horas. Eso tampoco, va a satisfacer a los impacientes, pero sería menos potencialmente peligroso para la oposición que el fracaso de un Paro Cívico indefinido, a destiempo.
Pero que algo quede claro. Si el Paro va, yo voy con el Paro. Con este y con los que vendrán después... que ¡vendrán!.
P.D.: Si, contrario a mi predicción, el Gobierno accediera a adelantar las elecciones, tendríamos –entonces- que analizar diferentes opciones de otro tipo. En anticipación a un artículo más completo sobre este tema, permítanme esbozar algunas inquietudes al respecto.
- Creo que es imprescindible un período de transición, dentro del cual se estructurará al Estado, mediante decisiones que no podemos tomar ahora sin atrasar inaceptablemente el cambio de Gobierno. (Personalmente le tendría un respetuoso temor a una elección, donde se eligiera de inmediato a un Gobierno por un período constitucional completo).
- Cuando se celebren elecciones para un Gobierno provisional o definitivo:
- ¿Se permitirá la participación de Chávez?.
- ¿Se elegirán a todos los poderes públicos?.
- ¿Se permitirá que el Vicepresidente de Gobierno, presida sobre el proceso electoral?.
- Si, como parte de una negociación política, se acuerda la permanencia de la Asamblea Nacional dentro de un nuevo Gobierno (por el tiempo que se negocie) ¿confiaremos en que los que se hayan pasado a nuestro bando no se pasen después al otro y hagan inoperante al nuevo Gobierno?.
- ¿Será posible poner de acuerdo a la oposición en la selección de un solo candidato presidencial, si las elecciones fueran por un período completo de Gobierno y si Chávez compitiera en esas elecciones?.
Con lo anterior pretendo señalar lo difícil que será acordar nuevas elecciones “por las buenas”. Piensen en lo complicado que sería llegar a un acuerdo “por las malas”.
P.D.2: Pese a todos las tensiones, generadas en las últimas 48 horas, sigo creyendo que un Paro Cívico indefinido –en estos momentos- sería un grave error de la oposición. Ante las provocaciones... cabeza fresca.

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