Alocución en la inauguración
del Consejo Federal de Gobierno (y clausura, porque mas nunca lo convocó....)
Hugo Chávez Frías
Jueves, 18 de abril de 2002
Ciudadanos alcaldes, gobernadores, gobernadoras; ciudadanos ministros;
ciudadanas ministras; Ciudadano Vicepresidente; amigos todos, periodistas,
fotógrafos, camarógrafos; pueblo todo de Venezuela:
Les doy a todo la bienvenida más sentida, más profunda y más sincera en esta
casa de todos, a estos espacios desde donde hemos luchado en estos últimos tres
años y un poco más para ser fieles y leales a un compromiso, a un juramento, a
un pueblo a una Constitución, a un sueño, a una fe, a una esperanza y mucho más
que todo eso y recogiendo todo eso a un amor a un inmenso amor, por esta tierra
y por esta gente. Así que bienvenidos todos y bienvenidas todas.
Hace algunas noches atrás recuerdo que era una noche muy clara y estaba este
servidor de todos ustedes a la orilla del mar y se oía el rumor de las olas que
chocaban en las rocas de la playa y había estrellas titilando en el cielo y
después de reflexiones profundas, después de haber hurgado durante varias horas
en aquel lugar, en el alma, en la conciencia, quizás mucho más allá, acerca de
la situación que nos rodeaba, navegando en un mar de angustias, de
incertidumbre, de interrogantes, de dolor, pero también de fe, de fe primero que
nada en Dios, supremo creador y ductor de la vida de los hombres y de los
pueblos.
Siempre aferrados a esa fe, sin embargo rodeados de una gran incertidumbre y no
en lo personal, porque no se trata ya en lo personal, sino de lo nacional, se
trata del país, del futuro del país. Estaba pues prisionero por allá en un sitio
lejano. Y un grupo de soldados me permitió salir a mirar el cielo un rato y a
oír el rumor del mar y mirar las estrella y en aquel mirar y en aquel oír y en
aquel sentir yo llegué a un conclusión muy firme.
Me decía recordando los últimos años de la vida, recordando el andar, el tocar,
el sentir y el vibrar por esas catacumbas del pueblo, recordando y sintiendo por
dentro el alma del pueblo venezolano. Recordando y sintiendo desde lejos
sintiendo el calor y el bullicio que ya me imaginaba, conociendo como estoy
seguro conozco la fibra popular, así como lo dice nuestro Himno nacional «Gloria
al bravo pueblo».
Conociendo como conocemos a ese pueblo noble, a veces, a veces con canciones
mansas, a veces como adormecido pero bravío ese pueblo, siempre lo hemos
recordado, ese pueblo venezolano es el mismo pueblo, tiene la misma semilla,
tiene la misma esencia de aquel pueblo de hace muy poco tiempo, porque do siglos
no es nada en la historia de los pueblos. Hace muy poco tiempo, casi desnudo,
descalzo, saliendo de las tinieblas y conducido por un gran líder histórico y
por grandes líderes históricos con una bandera en alto y con la mirada firme y
resuelta cortó las cadenas de un imperio en esta parte del mundo, el pueblo
venezolano.
Así que estas reflexiones de media noche de Turiamo, me llevaron a esa sólida y
profunda convicción, de que el pueblo venezolano tendría que reaccionar, tendría
que levantar su voz, ante el zarpazo que trataron de darle a su sueños, a su
amor y a su esperanza. Y por otra parte, a la par de que reflexionaba como
ciudadano y hombre el pueblo, también reflexionaba como soldado y hombre de la
Fuerza Armada como he sido y soy.
Y también llegaba yo en aquella soledad llega a la misma conclusión, conducente
, con el alma. Y la Fuerza Armada Venezolana, esos miles de hombres y también
mujeres que son esencia del pueblo y cuya entraña también conozco como a mi
mismo, porque provengo de ahí, provengo también de sus catacumbas.
¿Que la estructura militar venezolana iba a aceptar callada aquella felonía,
aquel atropello, aquel zarpazo de media noche para el día, aquella emboscada?
Pues yo concluía, definitivamente que no.
Y llegaba entonces a un conclusión a una certeza whitmaniana un poco, como
Whitman, cuando cantó asimismo y dijo: aquí estamos yo y este misterio, seguro
como la más segura de las certidumbres que volveremos, decía yo.
Si es que no hemos ido verdaderamente volveremos. Lo único en verdad
honestamente les confieso, que jamás pensé que sería como el rayo. En verdad es
que creo que nunca nos fuimos.
Verdaderamente, pero la esencia de esta anécdota y esta reflexión tiene que ver
con esta reunión de hoy, preparatoria, una reunión preparatoria para la
conformación definitiva, firma una vez aprobada la Ley respectiva en la Asamblea
Nacional de este cuerpo que ya señala la Constitución Nacional como el Consejo
Federal de Gobierno.
Y la esencia de esta inicial reflexión nos lleva a concluir quizás o a arribar a
tocar, a reconocer una fortaleza del proceso democrático de transformaciones que
hoy vive Venezuela, del proceso pacífico, revolucionario y democrático que está
en marcha y que tuvo su origen en la Asamblea Nacional Constituyente, de la cual
siempre hemos dicho que no fue más que la fase de un proceso, y así es en
verdad.
La Asamblea Nacional Constituyente fue un momento de consecuencia, pero fue
causa. La Asamblea Nacional Constituyente puso en marcha un proyecto histórico
para Venezuela, y de allí tenemos que partir para avanzar en esta nueva etapa,
porque creo que así debemos verla como una nueva etapa, después de los tristes
acontecimientos del once de abril, del once y del doce de abril y de la jornada
histórica del trece abril, cuando de manera espontánea mayormente el pueblo
reacción y como él quiere hacerlo, como él gusto de hacerlo, pacíficamente,
porque este pueblo nuestro quiere paz, ese pueblo salió pacíficamente,
espontáneamente, organizadamente a reclamar sus derechos.
Jornada memorable aquélla, la de la restauración del Estado de Derecho de la
Constitución y de las Instituciones, donde la estructura central de la Fuerza
Armada, pues también cumplió con su deber de luchar pro la restitución de la
violada y violentada Constitución Nacional. Es verdaderamente impresionante y
muchas veces emocionante oír las anécdotas, las referencias de como se fueron
desenvolviendo los hechos.
De como por ejemplo, mientras el pueblo se organizaba y salía y se desplazaba y
se movía con sus dirigentes locales, con sus líderes regionales, con sus
dirigentes comunales a reclamar sus derechos, como por ejemplo en el seno de
Instalaciones Militares se llevaba a cabo Asambleas. Si, Asambleas de Soldados.
Aquí en Miraflores hubo una Asamblea de Soldados ¿dónde? Por allá atrás, después
que fueron obligados los soldados a rendir honores. Me cuenta uno de ellos que
rindieron honores, claro obligados rindieron honores, y luego se fueron a
guardar las cornetas, los tambores ¿quiénes son esos soldados? Si alguien los
entrevista verán quienes son, el que toca la tambora, el que toca la corneta a,
el que toca el redoblante, el que toca la lira, los hijos del pueblo.
Así que tocaron honores así obligados, algunos se escondieron por entre los
montes, pero algunos vinieron y tocaron me dijo uno «de mala gana, Mi
Comandante, pero yo toque». Y cuando retornaba allá no iban en formación como
siempre.
Siempre retornan marciales al Cuartel de la Guardia de Honor, tocando el tambor,
con la cara en alto y el pecho afuera.
En esa ocasión me dijeron —no, ni siquiera hicimos formación, tocamos honora
obligados allí, y nos vinimos en desbandada a guardar los instrumentos de la
banda de guerra y luego tiramos los instrumentos al suelo ahí en el deposito
—donde se guardan esos instrumentos— se pusieron a llorar. Y los llamaron a
formación y tocaron otra corneta por allá y dijeron no, no vamos a formación, no
vamos a comer, vamos a llorar.
Pero al rato uno de ellos dijo: «Y que vamos a ser, vamos a llorar nada más y no
somos soldados.— Y entonces comenzó una reacciona que es peligrosa, y que los
que buscan aventura quizás no miden.
Dijo uno de ellos:
—Bueno, nosotros somos soldados, y así como tocamos cornetas, también tocamos
fusiles. Y empezó la tropa desde abajo a pensar el que hacer.
A pensar como enfrentar aquello.
Esos muchachos son el pueblo, pero uniformado y con armas y juramentados para
defender la República, la Constitución y las Leyes. ¿Cómo iban a hacer para
tenerlos ahí quieto, todos los días llorando?
Obligándolos todos los días a tocar y a llorar, imposible. Pero no sólo la tropa
subalterna, los soldados rasos, la tropa regular y estoy seguro que ese
sentimiento en la tropa, no era solo de la Guardia de Honor.
No, fue un sentimiento que se fue generalizando por todas partes y también en
los oficiales bajos y medios y sectores de la alta oficialidad.
Incluso llegaron a hacer Asambleas en Fuerte Tiuna. Asambleas de capitanes,
asamblea de tenientes, asambleas de comandantes. Asambleas de oficiales y
comenzaron a presionar para que se restituyera la Constitución, en toda su
dimensión. Mientras el pueblo también hacia lo mismo, en las calles en grandes
concentraciones, en diversos lugares.
En aquella noche a la que me refería, aquella media noche de Turiamo. Llegue
incluso a pensar en un supuesto negado.
Yo me decía, bueno si es que pueblo venezolano, se queda callado, si es que el
pueblo venezolano se queda absolutamente quieto, y no reacciona antes estos
hechos, si es que la estructura militar se queda callada y no reacciona antes
éstos hechos, pues, eso más o menos significaría que no habría valido la pena
vivir. Así pensaba en aquellos momentos, pero por supuesto que era un supuesto
negado, como ya lo he dicho señores gobernadores, gobernadoras, Alcaldes,
Alcaldesas, Ministros y Ministras, Vicepresidente, Señoras y Señores todos.
Yo estaba convencido que el movimiento popular y de que la estructura militar
harían lo suyo, harían lo propio para lograr lo que se logró y además lo
hicieron de manera grandiosa y heroica, pacifica.
Ha podido ser de otra forma. Tengan en cuenta los aventureros, que ha podido ser
de otra forma, estuvimos allí en los límites de hechos que pudiéramos estar
lamentando muchísimo más.
Así, que gracias a Dios en primer lugar, gracias al pueblo de Venezuela, y
gracias a la estructura central de la Fuerza Armada es que se restituye en
Venezuela como se restituyó el orden Constitucional, el orden público, la paz de
la nación, desapareció aquélla angustia que nos cargaba a todos pendiendo d e un
hilo, de aquélla anarquía a la estábamos entrando de manera peligrosa.
A mi me entró un temor muy grande cuando los helicópteros que venían de La
Orchila, de donde fue rescatado en la noche del sábado por grupos de Comandos
Paracaidistas y otras fuerzas. —Cuando veníamos ya entrando al territorio
después de cruzar al mar Caribe y cuando fuimos entrando al Cañón de Maiquetía,
pro donde vuelan los helicópteros, comencé a percibir un fuerte olor a humo, y
cuando el piloto bajo más vimos una cortina de humo sobre Caracas. Y cuando
atravesamos la barrera de humo muy negro que subían desde la ciudad. Un gran
temor me invadió el alma, lo primero que pensé fue están quemando a Caracas.
Afortunadamente no era tan grave todavía la situación, pero sin duda que íbamos
en esa dirección. Avanzábamos hacia una anarquía incontrolable, afortunadamente
y repito, demos gracias a Dios que la situación llegó a la calma, y ha estado
retornando a la normalidad de manera progresiva, pero hace falta entonces el
esfuerzo de todo y entonces esta convocatoria.
Nosotros no hemos llegado aquí con ánimo retaliatorio y el país lo sabe y el
mundo lo sabe. No, sencillamente ayer alguien me preguntaba, que por que
teníamos en una cárcel a todo ese grupo de personas civiles y militares que
dirigieron y planificaron o planificaron y dirigieron estos hechos.
Yo le dije:
—Bueno, aquí hay unas instituciones y aquí hay una Constitución y todos tienen
derechos.
Algunos pudieran creer que es signo de debilidad, no, todo lo contrario, creo
que es signo de fortaleza y creo en verdad que nuestro país ha dado una lección
de fortaleza, con lo que ha ocurrido, ojalá nunca hubiese ocurrido,
especialmente por la sangre que corrió, y que ya se están aclarando todos esos
hechos, y se aclararán por supuesto.
Tiene que ser un signo de fortaleza. Supongamos que por un instante que
cualquiera de nosotros es un ciudadano de algún país del otro lado del mundo y
que no conoce nada las interioridades de Venezuela, ni detalles de los hechos
que ocurrieron y supongamos que a ese ciudadano del otro lado del mundo, le
cuentan que en Venezuela un país por allá del Caribe de Sudamérica allá hubo un
golpe de Estado y esa personas pregunta.
¿Y como fue eso? Bueno un golpe de Estado ¿y quien lo dirigió? ¿Un general?
—Uno, no cuarenta. Y apoyados por estos, estos y estos.
Lo primero que cualquier persona penaría sin conocer los hechos y los detalles
es que bueno, que aquel gobierno golpeado pues, a lo mejor habría quedado casi
desintegrado. Y sin embargo el caso es todo lo contrario, a pesar de todo, toda
la fuerza que se movió aquí, toda la planificación que hubo aquí, todo el dinero
que se movió aquí , todo el grueso número oficiales, generales y almirante sobre
todo que salieron libremente, por los medios de comunicación, señalando y
diciendo y sin embargo en menos de setenta y dos horas se restituyen el orden
constitucional, eso es signo de fortaleza nacional, de fortaleza institucional,
de fortaleza popular, de fortaleza militar.
Es necesario que lo reconozcamos y que lo apreciemos y que lo cuidemos y que lo
potenciemos, porque se trata del poder nacional. El poder nacional es un cúmulo
de fuerzas y de poderes, ese poder nacional esta allí conformándose y ha
resistido una fuerte embestida, planificada embestida y se ha repuesto
rápidamente y estoy seguro que se seguirá reponiendo.
Ese proceso de crecimiento institucional y Constitucional es que desde el Alto
Gobierno, hemos venido, no desde el once abril, no ya veníamos desde comienzos
de año impulsando diálogo, impulsando debate en diversos espacios, incluso, esta
reunión preparatoria para la definitiva instalación del Consejo Federal de
Gobierno, no fue fijada en las ultimas horas, no ya estaba en Agenda desde hacia
varias semanas. Recuerdo que primero lo habíamos fijado para el diecinueve de
abril como día simbólico de pueblo y de gobierno, pero luego estábamos
planificando como planificamos eventos populares y patrióticos para el día de
mañana y por eso se me recomendó adelantar esta reunión para el día dieciocho,
el día de hoy.
Pero bueno nada más oportuno, verdad que los acontecimientos que hemos vivido, y
el proceso que estamos viviendo para instalar esta reunión preparatoria. La
reunión preparatoria que concibo como el primer paso de un proceso, de un gran
debate nacional, de un gran diálogo nacional, de un sistema de debate nacional.
Pero el debate y el diálogo no puede ser de las cúpulas, no puede limitarse a
las cúpulas, bien sean político y económicas o sociales, no. El debate tienen
que venir de abajo e inundar todos los espacios de la vida nacional, y ese
debate no es nuevo, sólo pudiera yo decir que es una nueva fase del gran debate
del gran dialogo nacional que aquí arrancó con mucha fuerza en mil novecientos
noventa y nueve, sino el año que yo he llamado muchas veces el debate infinito,
porque no tuvo fin ni tiene fin, cuando se destapó el proceso constituyente.
Aquí participaron todos los sectores de la vida nacional, incluso aquellos que
nunca habían participado.
Para poner un ejemplo que nos enorgullece, porque es signo de justicia, nuestros
hermanos aborígenes participaron, pero participaron de verdad de aquel debate,
con sus propios voceros, con sus propias creencias. Aquí se debatió desde las
leyes de Dios, hasta las leyes de los hombres hasta las leyes de la naturaleza.
Aquí se debatió sobre lo humano y lo divino, aquí se debatió lo económico, en
sus más distintas teorías, aquí se debatió lo social, aquí se debatió lo
político, aquí se debatió lo internacional, aquí se debatió el todo, y no creo
que haya quedado parte alguna del todo donde no se haya abierto un debate. Así
que el noventa y nueve fue un año, de grandes debates nacionales y el dos mil,
después de haber concluido el debate, porque el debate debe buscar siempre
conclusiones, de buscar resultados y el noventa y nueve el año del gran debate
nacional, si aquí está ese resultado, una Constitución.
Esa era la meta de aquel año, de aquel debate y la logramos con amplia
participación popular de todos los sectores nacionales, no fue excluido ningún
sector nacional. Luego vino el año de la relegitimación de los poderes, de
manera cristalina, amplia y abierta también de una gran participación y también
debate, claro que en otro escenario, ya con la Constitución como marco, se
inicio el debate en otro nivel.
Fueron campañas electorales por todas partes y surgieron ustedes señores y
señoras elegidos pro el voto popular, alcaldes, alcaldesas, que campaña
electoral aquella, inédita, todos la recordamos, y en el seno de esa campaña un
gran debate a nivel local que hacer con los Municipios, que hacer con las
comunidades, son ustedes alcaldes, alcaldesas, gobernadores y gobernadoras ,
testigos de primera línea de aquel gran debate local, regional, de participación
diversa, plena y amplia, de contradicciones , claro esto es un proceso de cambio
histórico, lleno de contradicciones, necesaria son las contradicciones para que
haya el cambio, para que haya la transformación, para que haya la revolución
democrática y pacifica.
Luego vino el año dos mil uno, también fue una vez hecho el debate constituyente
y aprobada la Constitución, una vez hecho el debate y el diálogo local, regional
y también nacional y los procesos electorales correspondientes para relegitimar
todos los cuerpos de elección popular, incluyendo la Asamblea Nacional y los
demás poderes públicos , entonces entramos al dos mil uno, una nueva fase.
Fue la fase legislativa, vean como hemos venido bajando de niveles y esta
expresión bajando de niveles no tiene ninguna connotación de valor, quizás no es
la mejor.
Hemos venido avanzando en niveles del desarrollo del proceso, del nivel
constitucional, el macro nivel al nivel de los poderes públicos legitimados y de
allí a los niveles de las leyes, las leyes son los instrumentos de concreción
del proyecto nacional , una Constitución sin un cuerpo de leyes naturales o
propias a la naturaleza de las cosas, leyes que sean como el engranaje entre la
gran línea estratégica constitucional y la realidad a ser transformada.
Una Constitución sin un cuerpo de leyes apropiadas a ella misma y a sus
objetivos supremos, seria una Constitución inútil, no sería más que utopía, no
seria más que una letra muerta y fue así como avanzamos en el 2002, en un
proceso de doble carril.
Un proceso en dos dimensiones, la dimensión legislativa y la Asamblea Nacional y
la dimensión legislativa habilitante en el poder ejecutivo y fue así como el dos
mil uno, fue un año muy productivo en ese sentido, en la instalación de las
instituciones de la democracia bolivariana y en la generación de leyes para
comenzar a ser realidad la Constitución de la República.
Bueno, y este año dos mil dos, es un año para continuar esos procesos, es un año
que ya señalábamos como el año de la consolidación de la Revolución democrática
y pacifica, que no es otra cosa, que la consolidación de la Constitución
Nacional, ese es el marco supremo que no ha impuesto el pueblo y este debate que
hoy arranca, porque esta reunión preparatoria la hemos concebido como el primer
acto de un proceso de debate nacional como ya he señalado.
Yo propongo que ese debate como todo debate pues se le coloquen normas
fundamentales, que discutamos de todo y entre todos. No habrá ningún tema tabú,
ni debe haberlo, pero por supuesto que condición sine qua non, para la
participación de este debate, abierto, amplio, profundo como queremos que sea
con la partición del país, de las diversas corrientes políticas, de las diversas
corrientes económicas, sindicales, religiosas, culturales, etc. Condición sine
qua non, debemos exigirle todo a todos, que aceptemos en primer lugar, en primer
y supremo lugar, que aquí hay una Constitución nacional , quien no acepte esto,
no puede venir a este debate.
Y es una exigencia que debemos hacer todos, comencemos reconociendo todos, que
hay una Constitución, comencemos reconociendo todos, que esa Constitución es
legitima de toda legitimada, nadie puede cuestionar la legitimada de esta
Constitución. Yo no tengo dudas y creo que nadie debe tenerla objetivamente
hablando, nuestra Constitución de la República Bolivariana, es la Constitución
legitima por excelencia de nuestra historia, no hay otra como ella, no hay otra
como ella, legitima, hecha por el país, la única, la única aprobada en
Referéndum Nacional y aprobada con el ochenta y dos coma cinco por ciento
(82,5%) de los votantes en el Referéndum.
No fue hecha en conciliábulo como casi todas las anteriores, no fue hecha pro un
Congreso y aprobada en ese mismo Congreso, no fue hecha al calor del debate
nacional infinito, fue hecha al calor de una participación infinita, de todos y
en todos los temas posible, habidos y por haber, entonces como jefe del Estado,
propulso de este debate nacional que hoy comienza y para el que pido apoyo y
comprensión de todos.
Me informaron que alguien vino y se retiró, bueno es parte también del debate,
es una forma de debatir, sin embargo, si alguien viene y se retira y vuelve a
venir y se vuelve a ir, y volviese a venir y se volviese a ir, nunca cerraremos
las puertas, estas puertas están abiertas no para el atropello, no para el
debate constructivo, para vernos las caras, para vernos los ojos y con respeto,
pero con lealtad decirnos nuestras diferencias, respetarnos como una familia por
que de eso se trata.
Porque de eso se trata, se trata de que recuperemos el sentido de familia
nacional y sentados a la mesa, discutiendo y deliberando nuestras diferencias,
nuestros enfoques, nuestros puntos de vista, tengamos la madurez, la fortaleza y
la sabiduría de aceptarlas y buscar un futuro común para todos ya está escrito
en esta Constitución señalado por un pueblo, es un mandato es una obligación
para todo, no se trata del capricho personal de alguien, es un mandado supremo.
No hay otra forma entendámoslo venezolanas y venezolanos de vivir en sociedad,
no hay otra forma de vivir en paz, porque esto tiene siglos, tiene siglos esto,
desde que nacieron las ciudades-estados y de allí nacieron los Estados y luego
las Repúblicas, y de ahí surgieron las Constituciones, como norma suprema y
expresión de las mayorías reconociendo la diversidad.
La única forma de poder avanzar en el juego social.
Bueno como el béisbol, hay un librito, hay un librito y el que vaya a jugar
béisbol, organizado, no la pelota sabanera aquélla, que yo recuerdo que uno en
Sabaneta bateaba entre dos y como no habían muchas reglas la pelota allá al
fondo y como uno daba vueltas, vueltas y anotaba una carrera, van dos, van tres
carreras hasta que no llegaba la pelota, uno anotaba hasta diez carreras. No el
juego es una carrera y si la pelota se fue de jonrón, es una carrera, es una
sola.
No que yo soy muy rápido y doy la vuelta otra vez y anoto dos, no vale es una.
No, que son dos.
Entonces no puedes jugar pues, salte del juego, hay un arbitro, hay unas normas.
Que le estoy lanzando a un bateador del Estado Yaracuy, y el bateador de
Yaracuy, es muy poderoso y me metió jonrón.
Bueno, me metió jonrón, eso no significa que yo ahora lo odie y en el próximo
turno viene el gobernador con un bate y entonces va a lanzarle la pelota a la
cabeza.
Así no se podía jugar, como jugar así, o viene el equipo de Trujillo y hace lo
mismo contra le de Mérida, porque ellos quieren ganar a como dé lugar, no.
Honor al vencido, gloria al vencedor.
El país tiene que marcha en base a unas normas, aceptémoslo todos, los que
tienen aspiraciones políticas, los que tienen aspiraciones políticas de poder,
que son válidas ojalá, porque tienen una idea distinta, ojalá, porque tienen un
proyecto distinto ojalá, una alternativa, muy bien. Si esta Constitución es
sabia al respecto.
A la mitad del periodo se abre la posibilidad de un Referéndum revocatorio, eso
aquí no existía, y eso es para todos nosotros, que si por allá en un Municipio
el Estado Apure, no están de acuerdo con el Alcalde y entonces se van a poner de
acuerdo las fuerzas locales para darles un zarpazo al Alcalde y sacarlo de allí
porque no le gusta a un sector.
Ah, bueno, imagínense entonces como viviríamos nosotros.
Bueno, la Venezuela del siglo diecinueve, de montoneras, de guerras civiles, de
caudillos por todas partes, la imposición del más fuerte y a veces el más fuerte
no es que tiene la mayoría popular.
Que a un gobernador no le gusta a un sector local y van también a hacerle una
emboscada, bueno entonces aquí viviremos de emboscada en emboscada, ¿ese es el
camino? El que tenga capacidad para emboscadas ¿hacia donde queremos llevar al
país? Por eso es que esta reunión es tan importante, porque el país ha dicho una
vez más hacia donde quiere ir, y eso es fundamental.
Queremos democracia, queremos paz, queremos que se cumpla esta Constitución.
Ahora este primer evento, preparatorio, no solo del Consejo Federal de Gobierno,
sino del debate nacional. Lo hemos convocado para pedirle a ustedes señores
gobernadores y gobernadoras, alcaldes, alcaldesas, que se integren en sus
diversos espacios y de manera coordinada, constructiva a este esfuerzo nacional
de debate, de diálogo, pero insisto pongamos todos por delante, la Constitución,
como primer elemento condicionante del debate nacional ¡Ha! Qué alguien pueda
venir al debate a decir: « Mira yo no estoy de acuerdo con esa Constitución «.
Bueno, tú no estas de acuerdo, pero esa es la Constitución dime es en ¿qué? Nos
estás de acuerdo.
Bueno, es que yo tengo un movimiento que prefiere una Constitución distinta.
Bueno preséntenla, ella misma tiene los mecanismos y son bastante amplios para
la reforma e incluso para hacer otra, si el pueblo venezolano lo cree necesario,
bueno una Asamblea Constituyente está prevista aquí.
No estaba prevista en ninguna Constitución anterior, aquí tres maneras de
reformar la Constitución incluyendo su reforma total o más bien su sustitución
por otra, a través de la Asamblea Nacional Constituyente.
En segundo lugar, y en otro nivel también es necesario que los dialogantes,
todos quienes vengamos a este debate a este diálogo también reconozcamos, que
además de la Constitución Venezuela tiene —y es un instrumento constitucional—
un proyecto nacional de desarrollo, económico y social para el periodo
2001-2007, así lo manda la Constitución y así lo hemos cumplido un proyecto
pensado y diseñado desde hace varios años venimos trabajando en él, yo lo he
explicado en bastantes ocasiones, donde hay cinco grandes ejes para avanzar en
el proyecto nacional, el político cuya consigna o cuya lema es, o cuya meta o
gran objetivo es la construcción de la democracia participativa.
El social, cuyo objetivo o gran meta es construir una sociedad e iguales, de
integrados una sociedad justa. Cancelar la deuda social acumulada y como decía
Bolívar: «Darle a nuestro pueblo la mayor suma de felicidad posible» en lo
económico, la gran meta es —a mediano plazo— construir un nuevo modelo
económico, diversificado es decir que no dependa sólo del precio del petróleo o
de la producción petrolera, como dependimos durante cien años.
Necesitamos un país agrícola, un país industrial, un país de micro empresarios y
de medianos empresarios. Necesitamos un país de pescadores, un país turístico,
un país una economía productiva, diversificada, humanista.
En lo territorial como cuarto eje de trabajo de su plan de desarrollo, pues
tenemos la gran meta de desconcentrar el país, y eso tiene mucho que ver con
ustedes señores Gobernadores y Gobernadoras, Alcaldes y Alcaldesas. Un proceso
de desconcentración, descentralizada o de centralización desconcentrada, vamos a
debatir eso, vamos a avanzar en eso.
Y en quinto lugar, el eje internacional, fortalezcamos la Soberanía Nacional en
un mundo pluripolar. Esos cinco ejes, ya no son el programa de Gobierno del
candidato Hugo Chávez, no, eso fue debatido en el seno del Gobierno en primer
lugar fue trabajado por diversos equipos técnicos, y luego como ustedes lo
recordaran fue presentado por este humilde servidor a la Asamblea Nacional, como
manda la Constitución. Eso fue comenzando el tercer trimestre del año pasado si
mal no recuerdo, como manda la Constitución.
Y luego se abrió un debate en la Asamblea Nacional, donde participaron todas las
fracciones políticas Diputados, Diputadas, Asesores y Técnicos, y después de
varios meses de debate donde los Diputados —me constan algunos casos— llevaron
aquel documento a niveles regionales, para recibir opiniones y luego de un
debate en el seno de la Asamblea Nacional fue aprobado por ésta, el Proyecto
Nacional de Desarrollo Económico y Social, es decir que eso es un proyecto de
rango Constitucional, porque es derivado de la Constitución.
Pues discutamos vamos a un debate, a oír las críticas pudiera venir alguien y
decir: «Que hace falta agregar otro elemento estratégico» algunos han dicho por
allí, y hay alguna propuesta para incluir a ese nivel estratégico del plan de
mediano plazo. Una estrategia ecológica por ejemplo, vamos a discutirlo, vamos a
discutirlo, vamos a debatirlo.
Y en tercera instancia después de la Constitución, aceptada como condición sin
ecuanón y marco fundamental y supremo del debate nacional, y pasando por la
segunda instancia del Proyecto Nacional de Desarrollo Económico-Social, para
debatirlo, para enriquecerlo, para ajustarlo, para ampliarlo, para
diversificarlo pues también propongo que además de otros temas —de diversa
índole que surgirán— de batamos del Plan de Desarrollo del 2002 que ya está en
marcha.
Y allí pues, habrá mucha mayor riquezas seguramente en los planteamientos,
porque es el plan de corto plazo, es el proyecto de corto plazo en lo económico,
en lo político, en lo social y que enfrenta por supuesto dificultades serias en
este año, y que estamos dispuestos a debatir los Ministros, lo Gobernadores, los
Alcaldes, los Equipos Técnicos, Miembros de la Sociedad Civil Organizada para
darle mayor eficiencia al Gobierno. Y cuando hablo del Gobierno, me refiero a
todo el Gobierno, y más bien debería decir la Gobernabilidad darle mayor
fortaleza a la Gobernabilidad ¡pa’ ajustar tuercas! Cerrar brechas, precisar
metas, objetivos, trabajar con mayor nivel de coordinación entre el Gobierno
Nacional los Gobiernos Estadales, los Gobiernos Locales, las Instituciones de la
Sociedad en lo económico, lo social, lo político, lo gremial, lo sindical, lo
religioso.
Creo que esa debe ser la meta, la gran meta del debate nacional y nada mejor que
este grupo de ciudadanos y ciudadanas, elegidos por voto popular para dar ese
toque, para dar esa orientación de la gran política. Propongo que hagamos
política de verdad, propongo que hagamos qué el escenario sea copado por la gran
política, por la política verdadera. No por la politiquería que hay que ir
dejando atrás, la verdadera política, la politique o el politique, la vida del
común, la polis el interés de todos.
Y el interés de todos se puede resumir en pocas palabras: Democracia, Paz,
Desarrollo, Seguridad Social, Trabajo, Educación, Vivienda, Salud, Desarrollo
Humano y todos esos conceptos, metas y propósitos están contenidos en nuestra
Constitución de la república Bolivariana de Venezuela.
Así que con esas palabras, llenas de fe, llenas de esperanza, de fortaleza
inauguro esta reunión preparatoria para la instalación del Consejo Federal de
Gobierno, una vez aprobada la Ley que lo regirá y que está en la Asamblea
Nacional, incluso propongo que de este cuerpo sea designado una Comisión que
pudiera ser coordinada por el Ciudadano Vicepresidente, para que en el enlace y
en trabajo coordinado con la Asamblea Nacional, pus sea aligerada, discutida y
perfeccionada la propuesta de Ley que rige o que regirá la instalación y le
funcionamiento de este ente tan importante dentro de la Institucionalidad
venezolana, el Consejo Federal de Gobierno.
Y asumo y pido a todos que asumamos, señores Gobernadores, Gobernadoras,
Alcaldes —alcaldesas, ministros, ministras, Vicepresidente qué asumamos todos
esta reunión con mucho afecto, con mucha fe en todos nosotros, con mucho respeto
por nuestra diferencias, que son validas y son necesarias además. Que asumamos
como razones sustancial, para dejar atrás las tensiones, para dejar atrás las
emboscadas, para dejar atrás las angustias, para dejar atrás los sinsabores,
para dejar atrás definitivamente la sangre ¡por Dios! Y una vez dije —comenzando
el año— cuando hable tomando la expresión bíblica, aquella que dice: «Que algún
día el hierro de las espadas se transformará en hierro de los arados».
Lo dije, comenzando el mes de Febrero —6 de febrero— hoy lo repito, fui obligado
a desenvainar mi espada de nuevo, fui obligado, fui obligado a portar de nuevo
el uniforme de campaña del Ejército, fui obligado. El 6 de Febrero en Maracay yo
pedí ayuda, cuando dije reconociendo, recordándole a todos que soy zurdo y que
mi mano izquierda es la más fuerte, dije en Maracay: «Que me pasaba la espada de
la mano izquierda a la mano derecha», pero que realmente lo que quería —y lo que
quiero y así lo juro ante el país, ante Dios, ante mi familia y ante la familia
venezolana— yo lo que quiero definitivamente y pido que se me ayude, que se me
permita hacerlo es envainar la espada. Y mucho más que envainarla, mucho más que
envainarla guardarla en el baúl de los recuerdos.
Vuelvo a pedir ayuda, ahora con mayor pasión que aquello que hice en Maracay el
6 de Febrero, ayúdenme a envainar la espada y ayúdenme a guardarla para siempre
en el baúl de mis recuerdos. El día 10 de Abril por la noche, yo salí al frente
de Palacio a dar un saludo, a dar un saludo a la multitud que ahí estaba
congregada y como ya presentía lo que venía, y a pesar de que hicimos esfuerzos
supremos para tratar de evitarlo, pero ¡no! Los aventureros, los desesperados
estaban dispuestos a todo, y provocaron todos estos hechos.
Sin embargo, obligado por la circunstancias salí allá a la calle, y lo dije: «Me
veo obligado a pasarme la espada de nuevo, de la mano derecha a la mano
izquierda donde la tuve, o donde la he tenido, en las últimas horas». Hoy me la
vuelvo a pasar a la mano derecha, es más la envaino, la envaino y ahora mi
pedimento al país, y a todos los sectores del país, no es que me ayudan a
envainarla, no la he envainado, ahora pido que no me hagan desenvainarla de
nuevo y es un ruego, es un clamor, quiero guardarla para siempre.
Por allá en una de estas noches, recuerdo que unos soldados que me custodiaban
cargaban un bolso y llegamos a uno de los varios sitios por donde pasamos y uno
de ellos trae un bolso y trae mi uniforme de campaña que porte aquélla noche.
Y él me dijo:
—Mi Comandante, el uniforme, ¿que hago con él?
Y le dije:
—Lléveselo soldado, se lo regalo. Llévese también esas botas de campaña, porque
yo aspiro más nunca ponerme el uniforme de campaña de mi querido ejército.
Y eso lo ratifico hoy, como símbolo, lo repito, no quiero ponerme más nunca mi
querido uniforme de campaña.
Pero para ello pido una suprema ayuda y comprensión de todos, y para ello
haremos todos los esfuerzos entre ellos, y le pido a Dios que nos ilumine a
todos, esta reunión la primera de proceso del gran debate nacional para
continuar fortaleciendo al democracia venezolana y la República Bolivariana de
Venezuela. Muchas gracias