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Nuevas agresiones contra
periodistas y trabajadores de la prensa LOS DERECHOS HUMANOS EN JUEGO |
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), en cumplimiento de un deber cívico e institucional, quiere llamar la atención de la comunidad nacional e internacional y al mismo tiempo apelar a la conciencia y la responsabilidad de las autoridades civiles y militares del país sobre la gravedad de las acciones represivas que han tenido lugar a partir del pasado viernes 27 de febrero, con un doloroso saldo de muertos, heridos de gravedad, lesionados y detenidos. Corresponde a los organismos jurisdiccionales y a las organizaciones especializadas en la defensa de los Derechos Humanos el cumplimiento de sus respectivos deberes y funciones, pero en el caso del SNTP, organización fundada y dirigida por periodistas, con compromisos históricos e inquebrantables en la defensa de la libertad de expresión y todo cuanto involucre la lucha por las condiciones idóneas para el ejercicio de la profesión periodística, no podemos dejar de elevar nuestra voz de reclamo y condena por la evidente desproporción con la cual se ha arremetido contra los reporteros que han laborado en la cobertura de estos acontecimientos. Apenas se había concluido ayer un primer balance sobre el número de periodistas agredidos con disparos de arma de fuego, perdigones e impactos de bombas lacrimógenas y objetos contundentes, cuando nuevas agresiones, tan alevosas como las primeras, vinieron a sumarse a esos agravios. Nos referimos al ataque dirigido por efectivos de la Guardia Nacional contra el joven reportero JUAN CARLOS AGUIRRE y el camarógrafo, FRANCISCO MARCANO, ambos del canal CMT, quienes al ser avistados efectuando la grabación de la acción policial que se desarrollaba en inmediaciones de Altamira, fueron arrinconados por un grupo de uniformados en la planta baja de un edificio, maltratados y pateados, despojados de sus máscaras antigases y en el caso de Aguirre golpeado a culatazos en la cabeza, donde le ocasionaron una herida que ameritó cuatro puntos de sutura. Una vez despojado de las máscaras antigases se les lanzó una bomba lacrimógena. La reportera PAULA ANDREA JIMENEZ (Televén) también fue objeto de atropellos y al camarógrafo se le golpeó y despojó de su instrumento de trabajo, en la avenida Rómulo Gallegos. Fue obra de policías. ¿Qué puede justificar esta agresión
desalmada contras los trabajadores de la
prensa?. ¿En qué se ennoblece la ejecutoría de
una administración gubernamental si sigue
permitiendo desbordes represivos como éste?.
Todo lo contrario: una cosa es tratar de
preservar el orden público, otra es vulnerar
con saña y deprecio los derechos humanos y
profesionales de quienes se encuentran
cumpliendo un servicio para la colectividad y
que, adicionalmente, no constituyen ninguna
amenaza física para autoridades policiales o
militares que actúen responsablemente en
resguardo de la paz ciudadana. Al elevar nuestra voz de alerta y condenar de la manera más rotunda el desencadenamiento de la violencia y la represión exacerbada, demandamos el cese de tales acciones contra ciudadanos y trabajadores de la prensa y las investigaciones que conduzcan de manera clara y precisa al establecimiento de las responsabilidades a que haya lugar. Por la Junta Directiva,
Gregorio Salazar
M. |