EL NACIONAL - JUEVES 10 DE JUNIO DE 2004
A/4
Política
ROBERTO CHANG MOTA alerta sobre los riesgos de no auditar los
escrutinios “Aquí sólo hace falta transparencia porque los electores
no son pillos”
El ex director general electoral del Consejo Nacional Electoral
considera que es un riesgo automatizar el referéndum revocatorio
porque el software del consorcio SBC no ha sido probado en ninguna
parte del mundo. Asegura que la inclusión de cédulas fraudulentas
incidiría en los resultados de los próximos comicios sólo si el tamaño
de la muestra es pequeño
ALFREDO MEZA
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Pocos venezolanos como Roberto Chang Mota pueden jactarse de poseer el
know how necesario para organizar elecciones en Venezuela.
Gerente de Sistemas Electorales y Director General Electoral, “el
chino Chang”, como era conocido en los corrillos de la burocracia
adeco-copeyana, se acogió a la tranquilidad de la jubilación en 1999.
Pero no por ello ha dejado de seguir de cerca lo que sucede en la que
fue su casa por 27 años.
—¿Es posible realizar un fraude masivo manipulando el sistema
automatizado en un proceso electoral que ha sido estrictamente
supervisado por la comunidad internacional?
— Al automatizar un proceso debe garantizarse la transparencia del
sistema.
¿Cuánto tiempo transcurrió antes de que la banca venezolana instalara
los cajeros automáticos?
Pasaron más de 10 años antes de que el público pudiera hacer retiros
de efectivo y todavía hoy los venezolanos padecen las consecuencias de
las trampas electrónicas.
Aventurarse con un sistema nuevo como el que propone Smartmatic, cuyo
software nadie conoce porque no ha sido probado en otra parte del
mundo, es altamente riesgoso. Aún partiendo de que las cosas se están
haciendo bien hay grandes riesgos.
—¿Usted sugiere que la oposición iría al cadalso ahora que el CNE
aprobó la automatización de los comicios?
—No diría que camina hacia el cadalso. No sería tan extremista.
Diría, sí, que no está garantizada la transparencia. La automatización
de los comicios venezolanos comenzó cuando se celebraron las
elecciones regionales de 1992. Era muy complicado entonces la votación
manual para elegir a los integrantes de los cuerpos deliberantes.
Luego de varias consultas se seleccionó un sistema. No fue una
decisión prepotente del órgano rector, como la que se ha tomado ahora.
—En el pasado el CNE dependía tecnológicamente de Indra.
— El contrato “llave en mano” suscrito con esa empresa en 1998 tenía,
sin embargo, una cláusula expresa que obligaba a Indra a transferir
toda la tecnología al CNE en 1999. No sé por qué razón se incumplió.
—¿Y ese incumplimiento justificaba la selección de otra empresa?
— Por supuesto. Habría que preguntarle a quienes fueron miembros del
CNE después de 1999 por qué no ejecutaron esa cláusula. En caso
contrario, los técnicos del organismo electoral hubieran podido asumir
la tecnología y perfeccionar el sistema. Pero además el que se usó en
las elecciones de 1998 era un software súper probado en muchas
elecciones de muchos países.
—La ecuación parece muy sencilla:
nuevo software igual a fraude — Yo no puedo decirle si puede o no
cometerse fraude. No conozco el software. Tenemos que estar seguros de
que el sistema reflejará la voluntad de la persona cuando realice su
selección. Ahora estamos en el aire porque no sabemos si el sistema es
fiable. La única forma de saberlo sería que el CNE realice una
auditoría externa. Ese trabajo no influiría en la proclamación de los
candidatos. El proceso seguiría su curso, pero al final habrá alguien
que lo audite y que certifique que no hubo fallas de funcionamiento.
—Pero el pasado martes en la noche el directorio del CNE, con los
votos de los rectores Francisco Carrasquero, Jorge Rodríguez y Oscar
Battaglini, no aprobó la auditoría en caliente de los escrutinios.
¿Qué consecuencias tiene esa decisión sobre la credibilidad del
proceso?
— Más allá de que se realice una “auditoría en caliente”, el hecho de
no efectuar una prueba de ingeniería del sistema touch screen aumenta
las dudas que se han generado con la selección de un sistema nuevo.
Puede ser que efectivamente la auditoría en caliente agregue algunos
problemas al proceso, pero no por ello, repito, deben descartarse las
pruebas previas.
—Ahora que no será posible verificar los resultados de la transmisión
de datos con el conteo de las papeletas, ¿aumenta el riesgo de que no
coincidan las cuentas?
—Si nos apartamos del campo de la ingeniería y entramos en el de la
política, conviene que tanto el Gobierno como a la oposición se
cercioren de que la voluntad de los sufragantes esta siendo respetada.
¡Imagínese que no coincidan la totalización! Desde el punto de vista
de los partidos políticos es imprescindible hacer una auditoría en
caliente para que todo el mundo esté tranquilo —Tomando en cuenta
todas esas variables, ¿sería más recomendable para la oposición
utilizar un sistema manual para el referéndum revocatorio?
— Tratándose de una cosa tan sencilla como el referéndum, donde la
boleta electoral debe tener tres opciones –” estoy de acuerdo”, “en
desacuerdo” o “nulo” – el escrutinio es sencillo. Si tomamos en cuenta
que por cada mesa participarán 600 electores, el acta de escrutinio
también es sencilla.
La transmisión de los datos es instantánea mediante el uso de la
tecnología celular. Los escrutinios provisorios, que se transmiten a
través de teléfonos móviles, son muy fiables. De manera que para
tranquilidad de todo el mundo lo más recomendable es que el proceso
sea manual. Con todas sus bondades, el sistema automatizado es
inseguro en Venezuela porque no es transparente.
Del universo electoral —Hace poco menos de quince días, los rectores
Jorge Rodríguez y Sobella Mejías polemizaron sobre la depuración del
registro electoral. Quedó una sensación de que fue una disputa estéril
porque nadie acepta las culpas — En Venezuela fallecen 100.000
personas al año que están inscritas en el registro electoral y también
sabemos que la tasa de crecimiento es de aproximadamente 360.000
venezolanos cada 365 días. Al registro electoral se incorporan, pues,
260.000 individuos cada 12 meses. Esos parámetros deben cumplirse.
Pero si el CNE no recaba la información correspondiente a los
fallecidos y esa información no está en forma automatizada, ¿qué se
puede esperar? Yo recuerdo que cuando trabajé en el CNE hubo
oportunidades en las cuales se registraba el nombre de la persona que
presentaba al difunto, pero se “mataba” al presentante y no al
fallecido. Los procesos electorales siempre están marcados por un
estado de paranoia y por ello los venezolanos creen que un caso como
el que acabo de citar representa la totalidad del universo.
—Aun cuando el Gobierno entregue cédulas sin el debido control de
calidad o se presenten dudas sobre su validez, ¿la inclusión de
documento de identidad presuntamente forjados en el registro electoral
resulta determinante para inclinar el resultado de una elección a
favor de uno u otro contender?
— Hay muchos mitos. Dependerá del tamaño de la muestra que las
impurezas del registro electoral incidan en el resultado de los
comicios. A medida que el número de votantes disminuya, podría haber
alguna incidencia, como sucede en las elecciones regionales.
La selección de uno u otro aspirante a alcalde, uno u otro concejal se
define por un margen estrecho de votos, en un universo electoral muy
pequeño. En los reparos se trabajó con un universo cerrado. No había
posibilidad, pues, de alterar el registro electoral con inclusiones de
última hora.
En todo caso, quien pudiera haberlo hecho es el propio emisor de la
cédula de identidad. Para emitir un documento con el método clásico
hace falta un equipo que vale varios millones de dólares, y el
vendedor de esos aparatos, una firma norteamericana, sólo hace
negocios con el Gobierno. La única opción es falsificar las cédulas de
identidad con máquinas chimbas, cosa que tampoco es fácil de hacer.
—¿Por qué?
— Porque el sistema tradicional tiene mecanismos de seguridad que un
experto en el área de identificación puede identificar rápidamente.
Hoy en día existe tecnología súper segura para producir documentos de
identidad, pero no sé por qué el Estado no ha dado ese paso.
—¿Tiene sentido aquella denuncia que presentó el oficialismo sobre
clonación de cédulas?
— Para poder clonar una cédula hace falta una organización que ahora
está en manos del Gobierno.
Principes medievales —¿Cómo evalúa el trabajo del actual Consejo
Nacional Electoral?
—Los rectores desconocen cuál es el rol que le toca desempeñar.
En primer lugar, su labor ha de ser transparente. EL CNE no puede
estar jugando a ocultar información.
En segundo lugar, los directivos no deben conducirse con prepotencia,
como si fueran príncipes medievales. Ellos no tienen la verdad
absoluta.
—Pero Carrasquero siempre remarca que es un hombre honorable y que
actúa con transparencia, apegado a la ley...
— No participé en la organización de los reparos, pero me llamó la
atención, por ejemplo, los constantes cambios en la data del
revocatorio y la tardanza en la entrega de las cifras definitivas, a
pesar de que menos de 10% de los electores venezolanos participó en el
proceso.
La organización de un referéndum revocatorio es una cosa
extremadamente sencilla. Venezuela no es precisamente un país con
pocos recursos económicos. Al CNE no se le niega presupuesto en estos
tiempos. Aquí sólo hace falta transparencia y no partir del supuesto
de que los electores son unos pillos.
¡No puede ser! El pueblo sólo quiere expresar su voluntad. Los
rectores del CNE son empleados de los venezolanos.
—La ley dice que una vez convocado el revocatorio deberá desarrollarse
dentro de los 97 días siguientes a la aprobación del informe que
presentará la Junta Nacional Electoral. Aunque el plazo que se impuso
el CNE es mucho menor que el establecido en la norma, ¿es posible
efectuarlo incluso antes del 8 de agosto?
— En 45 días se puede organizar una consulta de ese tipo sin mayores
problemas. Sólo se necesita actualizar el registro electoral, producir
los cuadernos de votación –proceso que se extiende por siete días– la
boleta electoral con las opciones, cuya confección es sencilla, y
regular la transmisión de propaganda. Los miembros de mesa ya están
nombrados. El CNE tiene mucha experiencia en el ensamblaje del
material.
—El CNE no ve las cosas tan fáciles como usted —Quieren ponerle cinco
patas a la mesa.
—¿Por qué?
— Habría que preguntárselo a ellos, pero el norte de los rectores
debería ser la transparencia.
—¿De qué cosas deberían estar pendientes los negociadores de la
oposición?
—Deben prestar atención a la conformación de las mesas electorales y
exigir una copia de los cuadernos de votación. Luego cerciorarse de la
capacitación de los miembros de mesa y saber llenar el acta de
escrutinio, la cual debe tener el máximo número de copias posible.
Así, todo el mundo podría sacar sus cuentas.
Desde el punto de vista de los partidos políticos es imprescindible
hacer una auditoría en caliente para que todo el mundo esté tranquilo
Aquellos viejos tiempos La vieja sentencia que adjudica al pasado el
esplendor que no tiene el presente se encarna en Roberto Chang Mota.
“Hubo una época en que los partidos políticos estaban dentro del CNE.
Ahora no es así. Sería preferible que volvieran al organismo y que los
rectores sean verdaderamente independientes.
No debería haber duda alguna acerca de la autonomía política de los
directivos. Es importante que su actuación no sea sospechosa y
sesgada”, pontifica el consultor en temas electorales.
Para el funcionario jubilado, al CNE se ha olvidado de hacer reuniones
periódicas con los actores del proceso. “El organismo debería abrir
las
puertas para que se aprecie el trabajo que se está haciendo. En el
caso concreto del Departamento de Informática, que se ha creado toda
una mitología alrededor su desempeño, es necesario que la gente
conozca quiénes son expertos en el área que representan a los
distintos partidos. Porque todos las toldas políticas tienen
funcionarios destacados allí. El directorio también debería hacer un
esfuerzo extra por consultar las decisiones fuera de las cámaras. El
diálogo es extremadamente importante, pero sin tensiones”.
La organización de un referéndum revocatorio es una cosa
extremadamente sencilla. Venezuela no es precisamente un país con
pocos recursos económicos |