El fraude con las
“cazahuellas”
No hay manera de explicar por qué el Consejo Nacional Electoral está empeñado
en utilizar –a pesar de los diversos argumentos en contra– las máquinas
cazahuellas de la empresa Cogent Systems, que estarían conectadas a una
computadora central vía satélite a través de la empresa israelí Gilat
Communications.
La idea del CNE es captar digitalmente la huella dactilar de cada elector y
transmitirla a la computadora central, la cual se compararía con todas las
demás recibidas ese día y si no se encuentra otra “igual”, se le permitiría al
elector ejercer su derecho de voto. El propósito de este aparatoso proceso es
identificar a los que intentan votar una segunda vez durante la jornada de
votación.
Esto serviría si no fuera porque está mundialmente demostrado que existen
huellas dactilares similares y que las impresiones de las huellas de las
personas de mayor edad no son claras por cuanto, las marcas se han ido
aplanando con los años. Tan es cierto esto, que hace poco se acusó
injustamente a una persona por haber participado en los actos terroristas de
Madrid usando como prueba su huella dactilar, hecho que fue certificado por
tres expertos del FBI. Esta organización tuvo que pedir disculpas a esa
persona, cuando las autoridades españolas detuvieron al verdadero culpable,
cuya huella era similar a la del detenido por error.
Estados Unidos está implementando un sistema “cazahuellas” donde se compara la
huella del viajero con la de esa misma persona en el banco de datos. Se trata
de una comparación de uno a uno, lo que acepta cierto margen de error. (Basta
que las huellas sean muy similares). En el caso del CNE, se estaría comparando
cada huella con hasta diez millones registradas ese mismo día en condiciones
no óptimas.
Expertos consultados por VenEconomía estiman que el sistema adoptado
por el CNE produciría no menos de 200.000 “igualdades falsas”, a quienes
supuestamente se les negaría su derecho constitucional a votar, sin
posibilidad alguna de ejercer su derecho –también constitucional– de defensa.
Resulta capcioso que el oficialismo esté llamando a su gente a pasar la noche
del 14 de agosto en las colas de los centros de votación. Podría sospecharse
que se están preparando para llenar el sistema con sus huellas para que éstas,
al llegar primero, no puedan ser invalidadas por otras similares de la
oposición que ingresen más tarde a la máquina.
Para colmo, el sistema satelital de transmisión tampoco es fiable, ya que
factores climáticos como la lluvia pueden distorsionar las transmisiones en la
banda “Ku”, al igual como ocurre con la banda de Direct TV y otras similares.
Para resumir, si no se prescinde de estas máquinas diabólicas como condición
para el ejercicio del voto, no habrá referendo.
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