Wall Street Journal, Nueva York, viernes 27 de agosto de 2004; Página A13

Porqué la Unión Europea Evitó el Voto de Chávez

Por Mary Anastasia O'Grady

[VERSION EN ESPAÑOL DE CARLOS EDUARDO RUIZ]
[LEA VERSION ORIGINAL EN INGLES LINK AL FINAL]

    Dado como resultó la presidencia de Jimmy Carter, no debe sorprendernos que él esté desesperado por salvar su legado como observador internacional de elecciones.

    Ese esfuerzo hizo un giro hacia lo peor esta semana cuando emergieron reportes verificables que entran en conflicto directo  con la rendición [de cuentas] de Carter sobre lo que pasó en el referéndum revocatorio venezolano el 15 de agosto.  Carter asegura una observación que lo conoció absolutamente todo. Aparte, testimonios de fuentes independientes confiables muestran que el proceso no alcanzó ningún estándar imparcial de justicia.

    Para comenzar, las normas de observación fueron absurdas, tanto así, que aunque la Unión Europea deseaba jugar el rol de observador, delicadamente declinó en interés de la honestidad.  "Desafortunadamente, no ha sido posible asegurar de las autoridades electorales de Venezuela, las condiciones para llevar a cabo una observación que esté de acuerdo con la metodología estándar de la Unión", declaró la Comisión Europea.  Las restricciones incluían el hecho de que a los observadores no les sería permitido auditar independientemente la totalidad de los votos, como ellos habían demandado en candentes y controversiales batallas como la del Perú, cuando Alberto Fujimori se lanzó [como candidato] por tercera vez en el 2000.; y en el plesbicito de Chile en 1988 que restauró la democracia.  Además, tanto el número de observadores como sus movimientos sería restringidos.  Tales condiciones eran claros impedimentos a los observadores, aún así, inaceptablemente, el Sr. Carter reclamó en una carta a este Diario esta semana, que su centro "observó la totalidad del proceso de votación, sin limitaciones ni frenos".

    La revisión color de rosa del Sr. Carter, sobre el comportamiento del Presidente Hugo Chávez, contrasta agudamente con la de otros observadores. Dos observadores que trabajaron en nombre de la Organización de Estados Americanos, escribiendo en los [diarios] Globe y Mail de Canadá el martes, trataron de responder a la pregunta de si el resultado refleja la voluntad del pueblo.  "Sí", escriben Ken Frankel y John Graham, "si el foco es sobre el proceso del día de la elección".  Los observadores internacionales no han descubierto evidencias de significativa manipulación u hostigamiento de votantes durante el día de la votación.  "Pero nó", dicen ellos, "si el foco incluye a las maniobras pre-electorales del Sr. Chávez que inclinaron la mesa a su favor mediante el control del aparato electoral y la intimidación directa". Hoy, el factor de la intimidación de Chávez es legendario, y la práctica del Sr.Carter de ignorarlo, como él hizo en su carta al [Wall Street] Journal, es incomprensible.

          Los Sres. Frankel y Graham no lo ignoraron.:  "Miles de ciudadanos que habían firmado la solicitud que disparó el referéndum, perdieron empleos, pensiones ó sufrieron hostigamiento. Muchos tuvieron miedo de que su selección fuese conocida por el gobierno; y la ubicua presencia de soldados portando ametralladoras dentro y afuera de los centros de votación, reforzó esta preocupación".

    El más importante perro guardián no gubernamental  vigilante de elecciones de Venezuela, Súmate, también contradice fuertemente muchas de las afirmaciones del Sr. Carter.  Por ejemplo, el Sr. Carter concede que "las máquinas internacionales fueron probadas por anticipado" y que "un cuidado extra fue tomado para asegurar el secreto y la exactitud".  Pero Súmate cuenta una historia muy diferente. Dice que, mientras las normas originales del revocatorio exigían un voto manual, el Sr. Chávez insistió en importar sistemas electrónicos y seleccionó las máquinas de votación de Smartmatic sin un proceso transparente de licitación. Una razón ostensible para seleccionar a Smartmatic fue que sus máquinas también produciáan votos de papel, que podían ser usados para auditar el voto.  Pero resultó ser, que una auditoría imparcial de esos votos no fue permitida. 

    La lista de reclamos de Súmate no se detiene allí, y un número de sus reclamos es irrefutable. Hubo, dice, "severas limitaciones a la participación en la auditoría requerida para un sistema de voto automatizado:  Nunca se permitió auditar el software usado por las máquinas; nunca se dió a conocer el código fuente; y finalmente, nunca se permitió tener acceso a la Sala de Totalización del CNE [Consejo Nacional Electoral]".

    Para apoyar su caso, el Sr. Carter se mantiene repitiendo a la prensa que Súmate tenía el mismo "conteo rápido" que él tenía". Esto sólo crea confusión, porque los totales del "conteo rápido" son meramente las sumas de los totales que salen del software electoral controlado por Chávez.  

    La única forma de chequear la exactitud del reclamo del gobierno de "victoria", era contar los votos.  Pero como Súmate describe en claro detalle, el Sr. Chávez bloqueó ese proceso: "Cuando las autoridades decidieron en contra de contar los votos, el CNE estuvo de acuerdo con una muy limitada auditoría con los otros actores del proceso; [consistente en] contar los votos de sólo el 1% de las cajas de votos; en otras palabras, 192 cajas de votos.  Sólo 76 de las 192 cajas de votos fueron auditadas, concentradas en 20 de las 336 municipalidades de todo el país.   Promotores de 'ST [Oposición a Chávez] estuvieron presentes en sólo 27 de esas auditorías, mientras que los observadores internacionales estuvieron presentes en sólo 10 mesas.  Inexplicablemente, esto no reprentó una causa de preocupación o alarma para los observadores internacionales que avalaron los resultados parciales emitidos por el CNE, sin esa fundamental pieza de información".

    Súmate dice que contrariamente a las afirmaciones del Sr. Carter, nunca estuvo de acuerdo con una segunda auditoría porque, "Una vez más, inexplicablemente, los observadores internacionales diseñaron una auditoría junto con el CNE sin tomar en cuenta las peticiones del grupo que solicitaba la auditoría, trasgrediendo el estándar universal en procesos electorales".  Finalmente, Súmate nos recuerda la dolorosa solicitud de revisión del Sr. Chávez de las firmas que solicitaban el voto revocatorio, "una exhaustiva verificación" en la cual "cada firma fue chequeada, no por uno, sino por tres comités diferentes del CNE.  Ahora ese mismo CNE, inexplicablemente, impide un conteo en salvaguarda de la transparencia, de los votos que representan la prueba definitiva de la voluntad del elector".

    La complicidad del Sr. Carter en impedir un voto confiable fue una traición a la democracia venezolana.
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