¿Dónde se
metieron las cuatriboleadas?
Olga K
Yo las vi. No eran muchas pero estaban resteadas.
Yo las vi. Estaban asustadas, pero iban imparables.
Las vio el país. Que las admiró primero y las imitó después.
Las vio el gobierno y supo al punto que había que neutralizarlas.
Ese 19 de Enero de 2001, 4 años ya, nos citamos en Capitolio. En el mero
centro de Caracas ¡que bolas!
Allí estábamos, sentando un ejemplo que sería replicado en toda la
geografía nacional ¡que orgullo!
Caminando decididas rumbo al Ministerio de Educación, entre chavistas
que nos gritaban de todo ¡que apretás!
Convocadas por Leonardo Carvajal y unidas bajo la consigna con mis
hijos no te metas ¡cuatriboleadas!
Ese día prendió la semilla de todo lo que sucedería en estos 4 intensos
años.
¿Qué pasó con esa fuerza?
No me refiero al bululú que después de eso colmó calles y avenidas a
nivel nacional por centenares de miles y por mil razones diversas.
Me pregunto hoy, cuatro años después, qué se hicieron las mamás.
Si, sencillamente las mamás.
Las cuatriboleadas que vieron en el 1011 una amenaza para sus hijos y no
dudaron en salir a defenderlos como leonas.
A instancia de esas mamás, las cuatriboleadas, escuelas, colegios
y universidades se vieron forzadas a convertirse en centros vivos y
efervescentes para satisfacer la necesidad de información, de
aclaratorias, de acción.
A instancia de esas mamás, el gobierno tuvo que acudir
–nariceado- a los planteles a sentarse, a explicar la Ley de Educación
y a enfrentar descarnados cuestionamientos.
Y lo sentamos.
Lo obligamos a dar la cara a preguntas que no quería responder pero más
aun, se trabajó un nuevo documento, hijo del diálogo (difícil pero
diálogo), que culminó en un terreno intermedio: algo del gobierno y
algo de la oposición. Tal como lo manda la democracia.
Las mamás no son una fuerza a la que nadie, revolucionario u
opositor, pueda oponerse sin consecuencias. Ni los colegios las podían
detener, ni el gobierno quería alborotar ese animal.
Aquella pequeña movilización del 19 de Enero 2001, no fue solo
una marcha. A ella debemos que diputados oficialistas terminaran
sumándose a las filas de la oposición. Las mamás, reconociéndose entre
ellas primero, obligaron a los dos bandos a compartir mesa. Las
cuatriboleadas mujeres obligaron a la dirigencia a salir de su simplón
discurso político-electorero para ponerlos a rendirnos cuentas. El
primer puente, óiganlo bien, que se tendió a los sectores populares, lo
construyeron esas mujeres, madres, tías, abuelas, hermanas, que hicieron
de cada niño su hijo y no cayeron en la trampa oficialista que
distinguía perversamente entre la educación privada o pública. Esas
mujeres impusieron un solo apellido a la educación: de calidad. Ni
privada, ni pública, ni bolivariana, ni chavista, ni cuartorepublicana.
Esas mujeres, no otros, fertilizaron el terreno para la participación
ciudadana en su mas acabada expresión.
¿Qué pasó con todo eso?
Hoy veo a las mamás cuatriboleadas de entonces en organizaciones con
fines diversos. Estupendo. Crecimiento natural de quien despertó al
compromiso ciudadano.
¿Y el resto qué se hizo? ¿Dónde están? ¿ Eran aquellas las únicas cuatriboleadas
y ahora solo quedan lindas-mamitas-que-preparan-suculentas-luncheras-ponen-primorosos-lacitos-pulen
zapatitos-y-preparan-canastillas-para-la-obra-social-del- colegio? Me
niego a aceptarlo.
¡Despierten carajo!¿o es que esperamos todavía que alguien nos haga la
tarea?
Que cada quien libre su propia batalla.
Cuando así arrancamos lo hicimos bien.
Nos volvimos agua y sal cuando se apoderó de nosotros(¡horror!) la
mentalidad cardúmen y todos a una nos metimos a trabajar en todo sin
coronar las tareas precedentes . Cuando nos dejamos marear por el
gobierno, que desde entonces nos ahoga y embasura con aludes de
noticias a cual mas escandalosa distrayéndonos, debilitándonos y
atomizándonos en la multiplicidad de esfuerzos. Cuando olvidamos el
efecto de presionar a nuestros representantes y exigirles resultados .
Perdimos y nos dejamos meter fraude, mucho antes del referendo, cuando
nos dejamos enredar en la bien calculada estrategia del oficialismo
con la proliferación de issues, y dejamos de aferrarnos a una
bandera, solo una. Cualquiera, pero una. La nuestra. Con todas las
fuerzas. Con todo el talento. Con indesviable resolución. Con
inquebrantable tenacidad.
Si.
No me cabe duda que el gobierno entendió mejor que nosotros y nuestros
líderes, el peligroso alcance de aquellas cuatriboleadas mujeres que
un 19 de Enero caminamos del Capitolio al Ministerio con una sola
demanda, que decía con ferocidad y decisión ¡con mis hijos no te metas!
No solo lo entendió, actuó en consecuencia. Justo lo que no hemos hecho
nosotros. Desde entonces los escándalos hacen montaña mientras en
paralelo el gobierno bordaba su estrategia mas exitosa: las misiones.
¡Investíguenlas caramba! Hagan clic en
http://www.minci.gov.ve/logros.asp?t=1 sacúdanse el letargo.
No están diseñadas para dar a nuestros niños y jóvenes nada parecido a
educación de CALIDAD, que fue nuestra demanda. Lo están para convertir
a nuestros niños y jóvenes en zombies, milicia, rebaño, robots y
esbirros a sueldo de una revolución que les arroja migajas para
encubrir la galopante corrupción, los convierte en mendicantes de
favores cuando son titulares de derechos . Y tristemente los hará
poseedores de una inservible “educación revolucionaria” a cambio de
incondicionalidad, sumisión, y vasallaje absoluto. La calidad, no
está en el paquete.
¡¡¡Mamitas!!! Sacudan a sus colegios y escuelas, pongan a su Sociedad
de Padres a valer, tomen las riendas si las rodean pusilánimes,
cobardes, cómodos u oportunistas. Sacúdanse ustedes mismas el
embotamiento.
Porque el tema de educación no ha terminado ni fue resuelto con la
presunta (mas no práctica) derogación del 1011. Paséense por la Ley de
Comunidades Educativas.
Si. También yo estoy furiosa con la pusilánime dirigencia. También yo me
deprimí y padecí la traición y la incompetencia. Pero mis hijas están
por encima de todo eso y no las arrojaré al pajón por errores ajenos.
Hoy, enero de 2005, las mamás tenemos mas razones para preocuparnos por
nuestros hijos que entonces. Muchas mas.
Yo dejé el ámbito escolar hace un par de años. Esa bandera es hoy de
otras mamás.
Mis hijas, ahora universitarias, están amenazadas por la Ley de
Servicio Comunitario del Estudiante Universitario. ¿Qué no saben qué es?
Buenísimo. No seré yo quien se los diga.
Quiero escribir en el futuro cercano las mismas líneas del principio con
un solo cambio en la última frase:
Yo las vi. No eran muchas pero estaban resteadas.
Yo las vi. Estaban asustadas, pero iban imparables.
Las vio el país. Que las admiró primero y las imitó después.
Las vio el gobierno y supo al punto que estaba perdido.
Olgak_a@cantv.net
18 Enero, 2005.