Comentarios sobre CBs
Milagros Mata Gil
Cualquiera que tenga experiencia vital cotidiana y la cumpla, específicamente,
en los alrededores de instalaciones desde donde se ejerce el poder local y
regional, puede tener evidencias de que existen los Círculos Bolivarianos.
Cualquiera que viva en un sector de clase media baja o en territorios donde hay
pobreza extrema, e inclusive en algunas aldeas del campo, ha podido ver cómo los
facilitadores del MVR insisten hasta conformar Círculos Bolivarianos.
Cualquiera que tenga acceso al manejo de las finanzas (las dedicadas a seguridad
y acción social, en los más amplios sentidos de la expresión) tiene acceso,
igualmente, a verificar las líneas de financiamiento de los Círculos
Bolivarianos.
Cualquiera que lea la prensa nacional, bien ciertas declaraciones de los
ciudadanos Diosdado Cabello y Freddy Bernal, bien otras declaraciones de gente
como Lina Ron, Iris Varela, o cualquier vocero del gobierno que asista a los
programas televisivos de la mañana, puede percibir no solamente la confirmación
de lo que ellos consideran la necesidad de los Círculos Bolivarianos, sino el
apoyo irrestricto a estas organizaciones de base.
Cualquiera que haya escuchado al ciudadano Chávez, bien en su declaración del 10
de Marzo de este año, bien en su declaración del 12 de Mayo de este año, o en
las mediad as conversaciones con Urdaneta y Arias Cárdenas, puede entender no
solamente lo importante que son para él los Círculos Bolivarianos, a los que
ofreció abiertamente 141 millardos de bolívares y de los que dice son los únicos
con los que puede contar para que lo defiendan. De paso, el folleto sobre estos
Círculos costó 50 millones de bolívares.
Cualquiera que haya escuchado el relato del general Rosendo de cómo el ciudadano
JV Rangel ordenó, sugirió, solicitó, lo que sea, al ciudadano Bernal
(presuntamente, aunque hay pocas evidencias, alcalde de Libertador) que
convocara a los Círculos Bolivarianos para que impidieran a como diera lugar que
la marcha pacífica del día 11 de Abril llegara a Miraflores, territorio sagrado
al cual sólo tienen acceso los iniciados del Señor de Sabaneta, puede concluir
cuál es la naturaleza y cuáles son las ramificaciones de los Círculos
Bolivarianos.
Según el ministro Cabello, hay 143 mil CBs en todo el país, constituidos por
unos 18 integrantes cada uno. Según un informe de la FAN, hay unos 7.632 CBs en
todo el país, cifra que parece más racional. En el análisis de la FAN, muy
ajustado a la realidad, se dice que sólo una parte de ellos, o de sus
integrantes, que serían más o menos cien mil en todo el país, son violentos o
están armados. Muchos, son personas que buscan aprovecharse de las prebendas que
ofrecen las alcaldías a sus integrantes (bolsas de comida, dádivas económicas
eventuales) Todos, sin embargo, son sistemáticamente adoctrinados mediante un
modelo conductista: asisten a tres reuniones semanales, dirigidas por un líder
local y un facilitador. En esas reuniones, nocturnas generalmente y generalmente
apoyadas por una logística proveniente de las alcaldías, son inducidos mediante
videos preparados obviamente por especialistas, para reforzar su común
denominador ideológico: el culto a la personalidad de Hugo Chávez. Las reuniones
suelen durar cerca de dos horas.
Las declaraciones de Otaiza (El Nacional, domingo 19 de Mayo del 2002) son
bastante llamativas: en una especie de delirio, señala que en la DISIP se han
formado grupos de eliminación étnica adiestrados por el Mossad y la CIA (¿...?)
los cuales -llamados anillos negros- hacen un seguimiento de los chavistas
mediante fotografías de las personas, de sus casas, direcciones donde funcionan
radios (y tal vez centros) de la comunidad y cosas por el estilo, para eliminar
al chavismo. Dos cosas destacan allí: una, ¿cómo es posible que a un tan
competente hombre de inteligencia y contrainteligencia como él se le haya podido
filtrar esa gente en las estructuras del gobierno? La otra, ¿cómo es posible que
el Manual de los Círculos Bolivarianos tenga las mismas estrategias y tácticas
de estos anillos negros mencionados por Otaiza, pero aplicadas a los
antichavistas? Las posiciones de Otaiza pueden parecer divertidas en una primera
lectura, por lo descabelladas, pero luego uno nota la presencia ostensible de
Cabello allí y dejan de ser una vía de divertimento.
Los Círculos Bolivarianos son estructuras organizativas de base, como lo son los
Comités de Base de Acción Democrática, los Comités de Defensa de la Revolución
en Cuba, o como lo fueron las Células del Partido Comunista, los Círculos
Descamisados de Argentina, las SS alemanas y los Camisas Negras de Mussolini,
por citar algunos modelos. Tienen varias cosas en común: son centros de
formación ideológica más o menos intensa, según los casos; son centros de
formación de delatores de todo aquel que no esté con los procesos que ellos
defienden; son núcleos de adoctrinamiento, también más o menos intenso, que
señalan que a veces la violencia y la muerte de propios y contrarios son
sacrificios necesarios para un futuro mejor; son tomados por algunas personas
como vías de ascenso económico, social y político ; administran a discreción
ayudas económicas en los sitios donde están funcionando (empleos, becas, dádivas
y otros) y pueden actuar como órganos de disciplina en casos como las invasiones
programadas; son financiados por el gobierno al que defienden, más que por el
partido, y tienen varios niveles dentro de sí, en estructuras piramidales. En
los más modernos, o en los urbanos, tienen vías de comunicación directa por fax,
teléfono y, en menor caso, e-mails (por razones culturales) con los líderes
regionales y con los líderes regionales. De hecho, tienen una comunicación
directa con Diosdado Cabello. Por otra parte, en algunos sitios se han
relacionado informalmente con las pandillas de delincuentes y con los jíbaros,
para lograr ciertos fines, para negociar correlaciones de protección y para
negociar en algunos espacios.
Los facilitadores, muchos de ellos maestros, o técnicos medios y/o superiores,
aunque a veces hay profesionales universitarios (aproximadamente un 2% del
universo serían estos) reciben en ocasiones un sueldo de la institución
financiante, bien por horas de clase o adscritos a una nómina. Por ejemplo, el
señor JD (nombre en reserva) tiene una Gestoría de Documentos, una empresa
pequeña, y su pago lo recibe gestionando ciertas cosas para la alcaldía del
municipio donde trabaja. Él tiene tercer año de Derecho aprobado hace años y
funge, a veces, debido a su facilidad de palabra, de vocero ante los medios de
comunicación de los CBs. Pero también coordina un grupo de facilitadores. Una
información adicional: aunque esos niveles son menos permeables, se dice que los
facilitadores son, a la vez, instruidos por expertos en propaganda, en
estrategias bélicas, en uso de armamentos tradicionales y no tradicionales,
inclusive explosivos, y que estos expertos suelen ser no venezolanos. De hecho,
si uno conversa en confianza con los más adelantados de ellos, demuestran un
conocimiento más extenso que el normal acerca de esos asuntos, además de la
terminología que utilizan.
Un capítulo aparte lo merecería el esquema de adoctrinamiento que tienen los CBs.
Pero muy aparte. Por otra parte, es relativamente fácil insertarse en uno de
ellos para observarlos, lo cual es una falla de seguridad por su parte. La otra
falla es que los fines de semana, dentro de esa constante cultural que es el
alcoholismo de fin de semana, potenciado ahora por el consumo de drogas como
piedra, hay entre ellos pleitos a veces con heridos y muertos, por razones muy
variadas. Su misma falta de preparación ideológica, la baja autoestima de sus
integrantes, las pasiones que se exacerban con las ebriedades, los cotidianos
enfrentamientos entre vecinos por motivos que van desde la ropa robada del
tendedero a la infidelidad de las parejas, salen a flote los fines de semana.
Curiosamente, en las casas de familia de los espacios de menores recursos , la
imagen de Chávez está en el altar familiar, compartiendo honores con José
Gregorio Hernández, María Lionza, la Santísima Trinidad, el Negro Felipe, Miguel
el Arcángel y, a veces, el Che Guevara.
Quizá por eso, casi ningún Círculo se reúne los lunes, sino que se reúnen
mayoritariamente martes, miércoles y viernes. En las periferias, en los barrios.
Los que funcionan en escuelas, en fábricas, en hospitales o en universidades, se
reúnen dos noche s a la semana y como sus integrantes no conviven
territorialmente sino en las horas de labor, los conflictos internos son
menores.
En cuanto a número, quizá puedan ser veinte o treinta registrados por CB, pero
la asistencia regular fluctúa entre cinco y quince personas en el nivel máximo.
Hay mayor regularidad de asistencia en los Círculos del medio rural, que son los
menos, porcentualmente. Y en los CBs universitarios, muchas veces las reuniones
no se dan, aunque los profesores del proceso suelen presionar a los estudiantes
de una u otra forma. Mientras más pobres y más alejados del centro son sus
integrantes, el resentimiento social es mayor. Los facilitadores les refuerzan
la creencia de que los profesionales, los periodistas, los intelectuales y los
comerciantes, no solamente les han robado las oportunidades durante años, sino
que son los responsables directos de que el presidente Chávez no haya podido
mejorar sus condición es de vida. En algunos estados del país, como en el estado
Bolívar, se ha ido desarrollando un odio especial hacia las personas de origen
italiano. Los CBs de San Félix, por otra parte, han adquirido la franquicia de
los secuestros de grupos de la FARC que muy tranquilamente parecen vivir entre
San Félix, Upata y Caicara del Orinoco. Pero nada es como parece, parafraseando
el slogan de la telenovela Luzbel.
Hay personas que poseen en la actualidad los archivos de encuestas, fotografías,
grabaciones abiertamente hechas en las reuniones y entrevistas, o grabaciones
clandestinas, copias de documentos, números de faxes desde donde envían sus
comunicaciones y copias de algunos de estos faxes, hechos en el seno de CBs.
Estos archivos están bien respaldados y cuidados hasta culminar la
investigación, que comenzó, un poco por curiosidad y un poco para responder a la
estrategia que ellos comenzaron a desarrollar, indagando sobre las vidas
públicas y privadas de los disidentes del régimen.