INFORME VENEZUELA - Febrero
2002
28/02/2002
De: Oficina Regional FIP/AL
Estimados compañeros: Reciban un cordial saludo y nuestros deseos de muchos
éxitos en todas sus actividades profesionales y sindicales.
Como seguramente ustedes han podido conocer a través de las informaciones
internacionales, la compleja situación política, social y económica de Venezuela
se ha agudizado en este comienzo del año 2002. Especialmente en lo económico las
recientes medidas de orden fiscal adoptadas por el gobierno del Presidente Hugo
Chávez Frías hacen prever una mayor recesión, un encarecimiento del costo de la
vida y pérdidas de puestos de trabajo, así como grandes dificultades para
cumplir los compromisos contraídos con los trabajadores del Estado y, por tanto,
una mayor conflictividad.
La agudización de la crisis económica, expresada a través de una devaluación de
la moneda superior al 20 % (12-02-02) , llega en momentos en que simultáneamente
y desde hace varios meses, entre el Jefe del Estado y los sectores empresarial,
sindical, eclesiástico, docente, agropecuario y de los medios de comunicación se
mantiene una confrontación permanente, y que lejos de bajar de tono pareciera
anunciar nuevos y mayores choques en las semanas por venir.
Desde diciembre del 2001 a esta parte ha crecido ostensiblemente la oposición al
Presidente Chávez. La aprobación de 49 decretos-leyes a través de una Ley
Habilitante, sin mayores consultas con los sectores involucrados, condujo a la
convocatoria de un paro cívico nacional por parte del empresariado, y al cual se
fueron sumando los más variados sectores hasta concretarse al 90 % de la
paralización del país. Hubo una fuerte negativa por parte del Ejecutivo a
revisar o a declarar algunas leyes en receso y tal negativa se mantiene.
El 23 de enero de este año, cuando se conmemoraban los 44 años de la caída de la
última dictadura, la sociedad civil tomó las calles de Caracas en una marcha que
reunió a más de doscientas mil personas de todas las clases sociales, que han
comenzado a exigir, cada vez con mayor vehemencia, la renuncia del Jefe del
Estado. Adicionalmente, las señales de que las Fuerzas Armadas Nacionales
rechazan mayoritariamente el proyecto presidencial ha aumentado sensiblemente la
incertidumbre nacional.
Toda esta situación ha tenido como marco un fuerte enfrentamiento del sector
oficial con los medios de comunicación y un reiterado ataque formulado de manera
genérica por el Presidente Chávez contra los periodistas venezolanos, lo que ha
provocado airadas agresiones verbales y físicas de grupos de exaltados parciales
del gobierno contra los reporteros de los distintos medios de comunicación,
colocando su integridad física en grave riesgo.
Aunque todavía - por fortuna - no ha habido lesiones que lamentar, algunos
colegas han sido golpeados y en una ocasión le fueron lanzadas excretas. También
en ocasiones se les ha pretendido arrebatar sus instrumentos de trabajo, por
personas identificadas como del entorno del Poder Ejecutivo, según pruebas
aportadas por medios audiovisuales. Se lanzan objetos contundentes contra los
vehículos de los medios y es frecuente que se le vacíen los neumáticos. El
discurso del Presidente señala, genéricamente, que los periodistas venezolanos
no tienen respeto por la ética, que son tarifados para mentir y manipular y que
son utilizados de manera indiscriminada para ponerlos al servicio de los
intereses amarillistas, sensacionalistas y mercantilista de los dueños de los
medios de comunicación. Por supuesto, rechazamos tajantemente esta aseveración
absolutamente desmedida y desconsiderada del Jefe del Estado para con los
comunicadores venezolanos.
Como contraparte, el Presidente hace un uso desmedido de los medios de
comunicación del Estado, donde la oposición no tiene cabida, y encadena con
frecuencia casi cotidiana a todo a los medios audiovisuales del país para
transmitir inclusive los actos de su partido político, como ocurrió el pasado 4
de febrero, cuando se cumplieron diez años de su frustrado alzamiento militar.
Chávez se caracteriza por hacer alocuciones de entre 3 y 5 horas de duración.
Estas agresiones permanentes han terminado por estigmatizar la figura del
reportero, del hombre que recoge las noticias en la calle, al punto que el sólo
hecho de portar sus instrumentos de trabajo (grabadores, cámaras fotográficas o
de televisión, etc.), genera las agresiones de turbas dirigidas desde el partido
de gobierno. Esta situación fue denunciada y rechazada públicamente mediante un
Manifiesto presentado al país por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Prensa (SNTP), el pasado 23 de enero, y que fue suscrito por más de quinientos
profesionales de la comunicación social. Oportunamente enviamos copia de este
Manifiesto a los sindicatos de la región.
Esta situación se vio agravada por las agresiones contra los diarios El Nacional
(07-01-02), frente al cual manifestaron de manera amenazante un centenar de
militantes del partido de gobierno, y el lanzamiento de una artefacto explosivo
contra el diario Así es la Noticia (31-01-02), ambos, propiedad del editor
Miguel Henrique Otero. De igual manera se produjeron ataques y hostigamientos
contra reporteros del canal de televisión, Globovisión (20-01-02) y reporteros
de radio.
A solicitud de los medios agredidos, fue solicitada la intervención de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados
Americanos (OEA), que emitió medidas cautelares a favor de los diarios El
Nacional, El Universal, Así es la Noticia, Radio Caracas Televisión y
Globovisión. En días posteriores el relator de la CIDH, doctor Santiago Cantón,
se trasladó a Venezuela con la finalidad de levantar un informe. En reunión
privada, el doctor Cantón recibió un informe de parte del SNTP y del Colegio
Nacional de Periodistas de Venezuela (CNP). El propio emisario de la OEA
presenció la intolerancia de los copartidarios del gobierno, y se vio obligado a
suspender la rueda de prensa en la que presentaba una información preliminar
sobre la labor cumplida en Venezuela.
En estos momentos, la demanda del gremio periodístico venezolano es para que el
Presidente cese en sus agresiones verbales, pues encuentran que sus palabras
inducen a las atropellos cotidianos en las calles, situación que jamás habían
vivido los periodistas de este país. El Presidente Chávez sostiene que la
pérdida de su popularidad, que en un momento llegó a casi un 80 % y hoy ronda el
20 % , se debe a la manipulación de los medios de comunicación. El presidente se
niega a reconocer hoy los resultados desfavorables de las mismas encuestas que
en el pasado reflejaban su inmensa popularidad.
A fin de que la FIP y los sindicatos de la región se mantengan atentos a la
situación de Venezuela y a que eventualmente puedan manifestar su solidaridad en
el sentido arriba indicado, cumplimos con hacerles llegar este informe y
quedamos a la disposición de ustedes para ampliar cualquier información que se
nos requiera.
Fraternalmente,
Gregorio Salazar
Coordinador Regional FIP/AL
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