Declaración de Manaus
01/06/2002
Manaus, Amazonas, Brasil, 1° de junio de 2002.
El Grupo América Latina de la Federación Internacional de Periodistas (GAL/FIP),
reunido en el marco del XXX Congreso de la Federación Nacional de Periodistas de
Brasil (FENAJ), acuerda emitir la siguiente
Expresamos nuestra preocupación por el deterioro de las condiciones laborales de
los periodistas y trabajadores de la prensa, como consecuencia de la crisis
económica y financiera de los países de la región, que se expresa en despidos
masivos, inestabilidad laboral, disminución de los salarios, aumento de las
horas de trabajo, apropiación de los aportes para la seguridad social, así como
la utilización de estudiantes en sustitución de profesionales y la contratación
de personas no idóneas para el ejercicio del trabajo profesional. El periodista
es un profesional y como tal tiene derecho a un trabajo en condiciones dignas, a
firmar acuerdos de contratación colectiva, a percibir salarios acordes a la
categoría profesional y al respeto de sus derechos de autor.
Gran parte de la crisis económica en los medios es producto de la falta de
creatividad e interés de los empresarios para generar nuevas fuentes de ingresos
que garanticen un periodismo de calidad y una remuneración digna a los
profesionales.
El periodismo es fundamental para el fortalecimiento de la democracia y el
periodista es el profesional responsable de cumplir con esta función. En tal
sentido, apoyamos los esfuerzos que realizan nuestras organizaciones afiliadas
para impulsar Leyes en cuyo marco se establezcan los parámetros inherentes a
nuestra profesión. Destacamos la lucha que por la defensa de la reglamentación
profesional desarrollan actualmente la Federación Nacional de Periodistas del
Brasil (FENAJ), el Sindicato de Periodistas de Panamá (SPP), la Asociación
Nacional de Periodistas del Perú (ANP) y el Sindicato Nacional de Periodistas de
Nicaragua (SNP).
Rechazamos la utilización de los medios de comunicación social en provecho de
intereses políticos y económicos particulares, que afectan sensiblemente la
libertad de expresión, de información y de prensa que debe tener la sociedad en
conjunto. Es alarmante la exclusión de informaciones sobre determinados actores
sociales y luchas populares de la agenda de algunos medios de comunicación
social.
Condenamos las agresiones que cotidianamente sufren los periodistas en el
ejercicio de la profesión. Estos hechos deben ser asumidos no sólo como una
violación a los derechos humanos, sino como un atentado contra el derecho de
informarse que tiene toda sociedad. En el caso de Paraguay, exigimos que los
Fiscales asuman estos atentados como delitos de acción penal pública y sancionen
a los responsables. En el caso de Colombia, condenamos la violencia que se
ejerce sistemáticamente en contra de los periodistas.
En el marco de estas agresiones, condenamos el asesinato del periodista Jorge
Tortosa, así como los casos de lesiones graves e irreversibles ocasionadas a
otros colegas, en el cumplimiento del ejercicio profesional, durante los hechos
acaecidos el 11 de abril en Caracas, Venezuela. Exigimos a las autoridades
políticas y judiciales de Venezuela la investigación y el esclarecimiento a
fondo de estos hechos y el castigo a quienes resulten responsables.
Condenamos igualmente, el silencio, omisión o distorsión que ejercieron algunos
medios de comunicación nacionales y transnacionales, que impidieron conocer con
fidelidad los acontecimientos ocurridos recientemente en Venezuela. Observamos
que esta práctica se ha agravado desde los hechos del 11 de septiembre pasado,
llegando a un grado de generalización preocupante.
Hacemos un llamado a los periodistas latinoamericanos para que en el ejercicio
de la profesión mantengan sus principios éticos, respetando los derechos
fundamentales de la persona humana y aíslen todo intento de contaminación del
periodismo con prácticas de corrupción, en aras del fortalecimiento de la
legitimidad del Periodismo como instrumento social y de desarrollo humano. En
este sentido, destacamos el esfuerzo de los periodistas argentinos y sus gremios
por su alto ejemplo de coraje en el ejercicio profesional, en medio del
sufrimiento económico y otras dificultades para dar a conocer a la población
hechos de la dolorosa realidad social que tiene génesis precisamente en la
corrupción.
Nos solidarizamos con el gremio de Paraguay que a consecuencia de la persecución
penal de los hechos de corrupción que llevaron al vaciamiento del Banco Nacional
de Trabajadores, fueron expulsados de la Central Unitaria de Trabajadores.
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