Mensaje de fin de año Presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa Alejandro Miró Quesada C.
El Comercio, Lima, Perú
30 de diciembre del 2004
En materia de libertad de
prensa el año que termina ha sido de grandes avances, pero también de
impresionantes retrocesos en el hemisferio. Nuestro cauto optimismo se hace
evidente con la liberación de sólo un puñado de periodistas independientes en
Cuba y la continua violencia que ha costado la vida de 16 trabajadores de la
prensa, entre ellos Francisco J. Ortiz Franco, colaborador de la SIP, a quien en
forma póstuma se le otorgó el Gran Premio SIP a la Libertad de Prensa 2004.
Este año hubo, en general, una mayor conciencia sobre la libertad de expresión y
de prensa en las Américas. Prueba de ello es la sanción de leyes de acceso a la
información en Ecuador y República Dominicana, la jurisprudencia creada por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, la tendencia a la despenalización de
los delitos de injuria y calumnia como sucedió en El Salvador.
Sin embargo, en contrapartida, en varios países resurgieron medidas legales y
judiciales que alteraron el libre flujo informativo y la labor periodística. En
Venezuela, el gobierno continúa formalizando una arquitectura reglamentaria que
mediante la censura y la censura previa asfixia a medios y periodistas y enajena
el derecho del público a la información. Las limitaciones informativas creadas
por la Ley de Contenidos y la reforma del Código Penal, que prevé mayores penas
y multas contra los periodistas, forman parte de una estrategia oficial para
proteger a los gobernantes y hacerlos inmunes ante la crítica.
Entre las medidas judiciales más atemorizantes, se encuentran las dictadas por
jueces de Estados Unidos que han previsto el arresto y encarcelamiento de
periodistas por negarse a claudicar su secreto profesional. En Brasil, Costa
Rica, Paraguay, Perú y Uruguay, entre otros países, las demandas y sanciones
judiciales sistemáticas y, por lo tanto intimidantes, contra periodistas y
medios, persiguen la autocensura. En Argentina y México los gobiernos utilizan
la publicidad oficial para premiar y castigar a los medios, mientras que en
Guatemala y Honduras se han aprobado leyes que limitan la capacidad de los
medios de informar sobre campañas políticas.
En lo positivo nos complace que Raúl Rivero pueda disfrutar en libertad de su
familia, así como Oscar Espinosa Chepe, Edel José García, Jorge Olivera
Castillo, Carmelo Díaz Fernández, Carlos Alberto Domínguez y Manuel Vázquez
Portal, los periodistas cubanos recientemente liberados, aunque seguiremos
pidiendo por la excarcelación de otros 26 todavía en prisión.
Destacamos los fallos emitidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos
sobre los casos del periodista costarricense Mauricio Herrera y del político
paraguayo Ricardo Canese, que configuran importantes antecedentes jurídicos para
la defensa de la libertad de expresión y de prensa en las Américas.
Sobre Brasil resaltamos algunos avances, entre ellos que la reforma del Poder
Judicial permitirá enviar a la jurisdicción federal aquellos crímenes de lesa
humanidad, incluidos los asesinatos contra periodistas, y que el Congreso haya
archivado el proyecto de ley que procuraba crear un Consejo Federal de
Periodismo.
Situaciones como éstas demandan de nuestra institución una vigilancia
permanente. Este próximo año delegaciones internacionales de la SIP visitarán
varias naciones del continente para reclamar mayor respeto por la libertad de
prensa. Además de Argentina, realizaremos misiones especiales, a través de
nuestro proyecto Chapultepec, en países como Bolivia, Colombia, Chile, Estados
Unidos y Haití donde nos reuniremos con legisladores, jueces y periodistas para
entender, analizar y crear líneas de acción que permitan garantizar el derecho
del público a la información.
En foros internacionales en Suiza y Túnez reclamaremos para que la información
en la Internet pueda fluir sin censura. Seguiremos investigando crímenes contra
periodistas y defenderemos esos casos ante la Comisión Interamericana de Prensa
de Derechos Humanos. Continuaremos entrenando a los profesionales de la prensa
para que informen con mayor calidad e independencia editorial. Profundizaremos
nuestra campaña de educación pública en la que los ciudadanos piden directamente
a los gobiernos por el respeto a la labor periodística; así como también,
mantendremos el entrenamiento para periodistas que trabajan en zonas hostiles.
Somos concientes también que la misión de la prensa a veces se ve amenazada por
los medios que abusan de los derechos que la sociedad otorga, por lo que se cae
en el peligro de la merma de credibilidad. Pero también es cierto que debemos
ser cuidadosos al enfrentar el tema de la responsabilidad de los medios ya que
los gobiernos suelen usar esas debilidades para limitar la labor periodística.
La deontología profesional no es una disciplina que debe imponerse a los medios
y periodistas, sino son éstos los que deben velar por los principios que rigen
la profesión. Y en esto estamos comprometidos.
Como organización de periodistas no tenemos el poder de cambiar leyes, ni de
corregir conductas, pero sí podemos mantenernos vigilantes y señalar principios
para que cada año el respeto por la libertad de expresión y de prensa sea un
derecho de todo ciudadano. Esa es nuestra lucha y continuará siendo nuestro
norte en este 2005
http://www.sipiapa.org/espanol/pressreleases/chronologicaldetail.cfm?PressReleaseID=1281