Con desprecio republicano

19 jul05

(V.J. Los Arcos Ayape – Sigla) El comentario está referido al pasado 9 de julio, día noticioso en la Asamblea Nacional (AN) en relación al proyecto de reforma de la Ley del Banco Central de Venezuela que, casi con seguridad, terminará siendo aprobado hoy en segunda discusión.

Desde el acontecimiento a comentar median diez días continuos, dos fines de semana semivacacionales y un contratiempo ligero de salud que contribuyó al propósito de dejar “enfriar” las calenturas –si es que hubo alguna- y decir lo que se vaya a decir con frialdad y apego estricto a la verdad.

El citado día 9, el director de la Agencia de Noticias Sigla, es decir, este comentarista, fue a la AN, traspasó la verja de control como en decenas de ocasiones anteriores y, al intentar acceder al palco de prensa, tres elementos de “seguridad” le detuvieron la entrada. Los alegatos eran que se había “coleado” y que el carnet identificatorio (No. 2.934) del Colegio Nacional de Periodistas no tenía validez alguna en aquellos predios. En resumen, se prohibía el acceso.

Hubo cruces de palabras. El episodio se “resolvió” con una decena de funcionarios de “seguridad”, añadidos no identificados y efectivos de la Guardia Nacional empujando y arrastrando al periodista hasta la avenida Universidad. En el trayecto, no faltaron insultos, incluidas “mentadas de madre” de uno de los tres funcionarios de “seguridad”. Por parte de los guardias, destacó un valiente teniente Zavarse, a quien el periodista conoce también por su “respeto” a periodistas en los predios del Consejo Nacional Electoral.

Puro gorila disfrazado de demócratas republicanos.

Es obvio que las solidaridades automáticas se dispararon y por la parte agresora podrá estar rodando cualquier versión. Allá ellos y la credibilidad que merezcan.

Pero nada más escarbar un poco en el estercolero político para encontrar que en los dramas institucionales de la AN van bastante más allá de la presencia tragicómica de “tupamaros”.

En estos momentos, hay una disputa, cada vez menos sorda por los distintos controles del organismo entre el actual presidente de su junta directiva, Nicolás Maduro Moros, e Ismael Concepción García, jefe del indispensable grupo Podemos. Lo que se cocina va desde la presencia “tupamara” hasta el control de fondos administrativos y, en este escenario, la Dirección de Información y Relaciones Institucionales, a la que se participó el percance, es una mueca pintada en la pared.

Si este comentarista fue víctima o no del desbarajuste asambleario, no tiene la menor importancia respecto a los vejámenes que sufren a diario otros periodistas.

Pero el percance y el escenario confirman, sin embargo, su convicción del desprecio republicano que merecen algunas “instituciones” que, con sus actuaciones, justifican, cada vez más y mejor los entrecomillados.

La Asamblea Nacional es una de ellas. Vaya pues, con mente fría y poco ruido, el desprecio republicano de este comentarista.

Y después de haber oído al comandante Hugo Rafael Chávez Frías delinquir con sus expresiones insultantes del pasado domingo a Rosalio Castillo Lara, hacer extensivo el desprecio republicano a la “institución” de la “presidencia”. (VJLA-Sigla)

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