COMPARECENCIA DEL MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES, MIGUEL ANGEL MORATINOS, TRAS LA CUMBRE DE SALAMANCA

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·         El indigenismo

·         Los acuerdos parlamentarios de Bilbao

Diario de Sesiones. 27 de octubre de 2005

El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señor presidente.

          Señor ministro, le agradecemos que comparezca en esta Cámara al día siguiente de haberlo hecho en el Congreso, aunque con ello se  demuestre una vez más que sería conveniente que existiera una comisión mixta Congreso-Senado en materia de política exterior con el fin de que usted no tuviera que hacer ese doble papel. Sabemos que somos una Cámara de segunda lectura, pero también de doble discurso, de ahí el que con la creación de esa comisión mixta se agilizarían mucho las cosas.

          Al principio de su intervención ha hecho usted alusión al foro parlamentario iberoamericano celebrado en Bilbao y ha dicho que ha sido un hecho extraordinariamente relevante. Pues bien, en primer lugar debemos reconocer la apuesta que usted, como ministro de Asuntos Exteriores, ha hecho para que ese foro se celebrara en Bilbao, en el País Vasco, algo que agradecemos. También reconocemos el creativo y responsable trabajo realizado;  las cuatro ponencias  fueron serias, consistentes e interesantes. Sin embargo,  no hemos visto que en la Cumbre de Salamanca se haya traducido la relevancia que hemos querido dar a dicho foro,  que creemos ha supuesto  un primer paso --piénsese que a él acudieron 13 presidentes de parlamentos iberoamericanos y personalidades representativas de otros parlamentos--. Y es que el hecho de que en tres meses detrás de lo ocurrido en Costa Rica se haya organizado una cumbre de esas características tiene su importancia, sobre todo si queremos dar eco a ese embrión o principio de formación de un pensamiento iberoamericano, coordinado, lo que, como es lógico, deberá tener una traducción parlamentaria porque los gobiernos,  o nacen del parlamento, o tienen un control parlamentario.

          Llamo su atención que en la apertura de la Cumbre de Salamanca sólo se hizo una alusión al foro  de Bilbao. Y así como el presidente del Parlamento europeo, el señor Borrell, interviene en los Consejos Europeos para expresar el pensamiento parlamentario, como antes  han hecho otros presidentes --usted lo sabe mejor que yo--, creemos que en este caso se ha desaprovechado una oportunidad para que representantes  del Congreso o del Senado o incluso el propio presidente de las Cortes Generales hubiera intervenido por espacio de media hora para referirse a ese importante Foro de Bilbao. Ya sabemos que al Ejecutivo no le gusta nada que el Legislativo, que tiene una función de control político, exprese sus opiniones; pero si verdaderamente creemos en ese invento Iberoamericano, la opinión parlamentaria tiene que evidenciarse e insistirse más en ella para que se conozca.

          Por otra parte, usted hizo un buen discurso en Bilbao que yo seguí con interés, al igual que lo hizo en Salamanca; pero insisto en que faltó énfasis al hablar sobre lo sucedido en Bilbao. Por ello, de cara a la próxima reunión, que seguramente tendrá lugar en Uruguay, quisiera saber qué es lo que usted espera que se pueda llevar a cabo de lo que se aprobó en Bilbao, y qué tipo de seguimiento se va a hacer de esas cuatro ponencias durante este año; que confío no se queden en papel mojado.

          En segundo lugar, no estoy muy de acuerdo con que la sede de esa Secretaría General esté en Madrid. Sé que usted dirá que así se aprobó en su día, pero pienso que se podría haber hecho un esfuerzo de descentralización. A mí me encantaría que estuviera en el País Vasco; pero, habiéndose celebrado la cumbre en Salamanca, en cuya universidad dio clases Francisco de Victoria, padre del Derecho Internacional, y siendo una ciudad que no está tan lejos de Madrid, en la que hay 40.000 estudiantes y muchos latinoamericanos, creo que hubiera sido un lugar muy adecuado.  También me dirá que los embajadores están en Madrid, así como otras autoridades; pero, como digo, estoy en total desacuerdo con esta centralización absoluta de la Secretaría. Y es que luego pasa lo que pasa; por ejemplo, toda  la actual batalla sobre el Estatut también tiene el componente de que Madrid no tolera que nadie le quite una pequeña parte de su poder o la sede de sus instituciones.  En definitiva, aunque ya sabemos que  esta Secretaría General, que empieza a caminar  a partir de este mes, no está territorializada, ¿se va a hacer un esfuerzo para que ciertas cuestiones vinculadas a ella se traduzcan y se hagan en otros lugares y no sólo en Madrid?

          Otra cuestión apuntada por usted es la carta cultural iberoamericana. Nadie duda que la península ibérica y Europa  tienen una presencia absolutamente notable en América --el castellano es un idioma que se habla por  toda ella--, pero también en América hay un componente afroamericano e indígena. Precisamente durante estos días ha sido noticia el fallecimiento de Rosa Parks, una mujer negra que en 1955, en Montgomery, Alabama, no se quiso poner de pie cuando vino a quitarle su sitio el hombre blanco. Y  ahora,  tras su fallecimiento, el presidente Bush ha dicho que se ha perdido a una de las mujeres más inspiradas del siglo XX.

          En América Latina los indígenas, que tienen su idioma, sus costumbres y su presencia,  están preteridos, y  ahí está la situación de Bolivia, Ecuador, Colombia, Méjico o Guatemala. Pero en el comunicado final de la Cumbre de Salamanca se hace una alusión muy somera a lo que podría ser el Fondo Indígena, sin darle un tratamiento específico. Sabemos que se trata de un tema delicado, pero  toda realidad que se ignora prepara su venganza. No sabemos lo que se va a hacer al respecto, pero  creemos que este tema no sólo debe tener un componente europeo sino creemos  también que debe haber otro tipo de actuaciones respecto de un mundo que está ahí y que toca a nuestra puerta; y si ésta sigue cerrada entrará por la ventana.

          Otro de los temas de futuro que usted ha apuntado es  la creación de una escuela de líderes políticos para la democracia en América Latina.  En ese sentido, a mediados de los años 50 un autor apellidado Pitaluga escribió la obra Diálogos sobre el destino, en el que se dice algo muy  significativo: que cuando existen partidos sin política, termina por haber una política sin partidos.  Es una idea desarrollada por el político Rodríguez Iturbe, hoy desterrado en Cooombia.

          La vitalidad de los partidos políticos radica en su política.  Hacen falta partidos con vida, partidos con política,  para la salud de las democracias  --aquí  y en América Latina--.  Y también partidos   con una política basada en el ser humano que resulten una cantera de ciudadanos, porque sólo con ciudadanos se logra la entidad y continuidad de las democracias; porque ciudadanía y democracia se exigen mutuamente, y democracia, verdad y  pluralidad de partidos, también.

          Por otro lado, usted sabe mejor que nadie que los regímenes democráticos en América Latina han tenido dos talones de Aquiles: la ineficacia y la corrupción; la primera, de carácter técnico, y la segunda, de carácter moral. La corrupción, por si fuera poco, ha hecho más profunda la ineficacia del sector público, y frente a la ineficacia resulta impostergable la capacitación técnica del liderazgo político, sobre todo en el campo económico. Frente a la corrupción, la educación democrática de un nuevo liderazgo en América debe poseer un fuerte contenido moral, porque la perversión de lo público por la corrupción de los gobernantes en esos países ha minado la adhesión a la democracia de amplios sectores populares en América Latina.

          Nos gustaría saber cómo se puede concretar todo eso, que todavía se esboza de forma muy tenue, porque lo consideramos fundamental si creemos en sociedades democráticas bien articuladas, con representantes públicos cuya acción política no esté basada en el populismo. Y hablando de populismo, me va a permitir que haga alusión a nuestro común amigo, Hugo Chávez, que nos ha visitado, y afortunadamente no se entrevistó en Salamanca con personas que iban allí poco menos que a elegirle como líder democrático en América Latina. Luego lo hemos visto en Galicia, no precisamente comprando libros para su biblioteca, sino haciendo incursiones en algo tan poco adecuado en nuestra opinión para  el progreso en América Latina como es la compra de patrulleras. Quisiera que nos ilustrara a este respecto, porque, como bien ha dicho el senador Perestelo, nos preocupa la situación de los derechos humanos y de la libertad de prensa en Venezuela, así como la denuncia    que han hecho los medios de comunicación públicos a la sociedad interamericana de prensa por el cierre de canales de televisión, teniendo en cuenta además  la próxima  incursión de Chávez en América Latina, sobre todo en lo que se refiere a Telesur, un canal que pone al servicio de sus intereses.

          Termino con dos apuntes, señor ministro. Le recuerdo que aquí se aprobó una moción, incluso lo hizo el Grupo Socialista, respecto a Méjico y a la deseable conmemoración de la elección del Presidente de la República.  Es decir, también esto es parte del acervo histórico, político y cultural de América Latina y de las relaciones que hay entre Europa, España y América Latina.  Finalmente, permítame hacer una alusión a algo en lo que yo no estoy de acuerdo con usted, en absoluto, en el día de hoy. Ya sé que soy aquí  una especie de llanero solitario, pero no estoy de acuerdo con lo que ha dicho del 30 aniversario de la entronización del Rey Juan Carlos porque, efectivamente, fue así, pero fue ante unas Cortes con procuradores franquistas. El rey constitucional lo es a partir de la aprobación de la Constitución en 1978. Permítame este apunte, a mi juicio, importante desde el punto de vista democrático.

          Muchas gracias, señor presidente.

Contesta el Ministro Moratinos

Al senador Anasagasti quiero agradecerle sus palabras de valoración positiva por los esfuerzos del ministerio en organizar e involucrar al Parlamento en la cumbre y en el sistema iberoamericano. Le diré que apoyo la intervención del Senador Castro, en donde declara de manera muy clara las cuatro mesas que el foro parlamentario de Bilbao tuvo y albergó y las conclusiones del foro parlamentario de Bilbao están, prácticamente en sentido transversal, incorporadas de una manera u otra en la declaración, incluso en el artículo 9 se toma nota muy claramente de las conclusiones del foro parlamentario de Bilbao.

          Dicho esto, que se tenga que mejorar el mecanismo de relación y de participación parlamentaria en las cumbres, pues puede que el senador Anasagasti tenga razón, pero hay que reconocer que estamos en el comienzo, que fue este Gobierno el que invitó en primer lugar a San José a distintos parlamentarios. Después de San José, decidimos y consideramos -con la iniciativa propia de esta comisión, de los senadores y del Congreso de los Diputados- que era positivo crear este foro parlamentario iberoamericano, que así se hizo y era la primera experiencia en donde se abordaba una cumbre justo después, quince días después, de la celebración de un foro parlamentario.

          ¿Qué lecciones tenemos que extraer o qué propuestas podemos llevar de cara a la próxima cumbre, que, como se sabe, se celebrará, en principio, en Montevideo, Uruguay, en el año 2006? Desde luego el Gobierno español se podría comprometer a dos tipos de iniciativas: la primera, instar al secretario general de la cumbre, al señor Enrique Iglesias, que tome en consideración las propuestas y las conclusiones del foro y, por lo tanto, aquellas cosas que no están ya recogidas en la declaración de Salamanca, él pueda animarlas, llevarlas a la práctica, aconsejar su programación. Creo que sería oportuno que esta comisión pudiese invitar al secretario general iberoamericano a discutir y debatir con el propio secretario cuáles son las prioridades adoptadas en el foro parlamentario de Bilbao y así hacer un seguimiento desde Bilbao hasta Montevideo y avanzar en algunas de las líneas propuestas en Bilbao.

          La segunda propuesta que el Gobierno podría asumir y defender sería, como ha propuesto el senador Anasagasti, seguir el modelo de los consejos europeos, en donde el presidente del Parlamento al comienzo del consejo se dirige a los jefes de Estado y de Gobierno y expone la posición del Parlamento Europeo. Creo que no sería nada difícil de conseguir, de proponer al Gobierno de Uruguay, a las autoridades uruguayas que en la próxima cumbre, lo mismo que cuando hay un consejo europeo el señor Borrell se dirige a los jefes de Estado y de Gobierno y después se sale y deja discutir a los jefes de Estado y de Gobierno, propongamos que el presidente en ejercicio de esa asamblea parlamentaria pueda dirigirse a los jefes de Estado y de Gobierno. Ha faltado quizá tiempo, práctica y costumbre para llevar a cabo de Bilbao a Salamanca esta fórmula, pero creo que tiene razón el senador Anasagasti en señalar esta posibilidad y como Gobierno y como ministro vamos a defenderla para que se pueda llevar a la práctica en la próxima cumbre iberoamericana.

          En relación con las sedes y el centralismo, señor Anasagasti, los estatutos se firmaron y se adoptaron y se fijó por consenso y unanimidad que fuese en Madrid. Por lo tanto, no es el momento de reabrir el debate de por qué Madrid y no otra capital. Quizá no hay que olvidar que lo importante era que estuviese en España, ese era el sentimiento general de todos los participantes o los estados. Se podía haber establecido la sede en Guadalajara o en México o en Brasil, pero fue en España. No hay que tomarlo en sentido negativo. Madrid tiene y ofrece, como bien ha señalado su señoría, la facilidad de que los embajadores están cercanos. Una de las conclusiones de la cumbre es que los embajadores latinoamericanos en Madrid tengan reuniones periódicas y sigan el desarrollo de la secretaría general. El tema de la centralización no es la primera vez que se plantea. Cuando llegamos al Gobierno, incluso el presidente del Gobierno me señaló si era posible encontrar otra sede en otro lugar de España, pero los estatutos ya estaban consensuados. Reabrirlo hubiese puesto en cierta dificultad la tramitación parlamentaria y, por lo tanto, la ratificación de los estatutos de sede. Por lo tanto, creemos que la de Madrid es una buena sede y que va a brindar todas las posibilidades para hacer frente al trabajo, a la comunicación y a la participación de todos los actores interesados en el espacio iberoamericano.

          Otra cuestión que señalaba el senador era si se está contemplando la posibilidad de crear antenas o distintas representaciones donde la Secretaría General pudiese encontrar apoyo y, por lo tanto, seguimiento de algunas de las funciones o competencias de trabajo y el futuro desarrollo de las actividades de la Secretaría General. Eso está todavía en formación. Va a corresponder al secretario general el proponer o llevar a la práctica ese tipo de decisiones. Pero ya hay una que está más o menos configurada, que es, a petición del presidente de la Comunidad Autónoma de Canarias, que se abriese una sede sobre la cooperación en materia turística iberoamericana en esa comunidad. El secretario general ha acogido la idea con satisfacción, y se están manteniendo  conversaciones entre la Comunidad Autónoma de Canarias y la Secretaría General. Ese sería un ejemplo de otros que pudiesen surgir, sin olvidar que no todo tiene que estar en España sino que también hay otro lado del Atlántico, y sería bueno para mantener ese equilibrio y esa corresponsabilidad entre las dos fachadas del mar que hubiera otras instituciones u otros organismos que pudieran acompañar el trabajo de la Secretaría General.

          El tercer punto es sobre la Carta Cultural Iberoamericana,  en particular las poblaciones indígenas y afrohablantes. Creo sinceramente que esta es una cumbre en la que se recogen esas preocupaciones de manera más explícita, porque en dicha carta no solamente se habla de promover sino de proteger, y cuando hay una voluntad de proteger es que se quiere hacer con todas las consecuencias jurídicas. En ese sentido se han avanzado muchísimo en cuanto a la preocupación y el interés por permitir esa diversidad de lenguas, de culturas y  fortalecer ese espacio cultural plural que existe en Iberoamérica y del que todos estamos a favor. Como sabe el senador,  España también es muy favorable a la ratificación, en esta legislatura, del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, que recoge esta preocupación sobre los pueblos indígenas, y nosotros, desde luego, vamos a seguir trabajando en ese sentido.  

          Sobre partidos con política o  políticas sin partidos, sobre la creación de esos líderes políticos, sobre cómo podemos favorecer una mayor estabilidad política en Iberoamérica, sobre cómo vamos a combatir la corrupción, sobre cómo vamos a crear líderes políticos, debo decir que esa es una preocupación que se manifestó  en distintos debates, tanto a nivel ministerial como en el de jefes de Estado y de Gobierno. En ese sentido diré que es verdad que hemos cargado al secretario general con una enorme responsabilidad y con una agenda extremadamente ambiciosa, y veremos cómo va atendiéndola y estableciendo sus prioridades. Pero una de las peticiones y queremos incluir en esa agenda del nuevo secretario general es precisamente que nos ayude a defender, a fortalecer toda esa renovación política en Iberoamérica que permita garantizar los derechos humanos, la institucionalidad política y la creación de una cultura política democrática esencial. Para ello, la Fundación Carolina, como sabe su señoría, cuenta con un programa de nuevos líderes políticos. Va a avanzar en esa creación con becas, seminarios y cursos. Esa es una de las prioridades del Gobierno: fortalecer la cultura política democrática, crear políticos que tengan esa capacidad de diálogo y respeto al Estado de derecho. Eso es fundamental.

          Respecto a Venezuela. Hablaba de Telesur. En ese sentido, una de las grandes ambiciones que tendría el espacio iberoamericano y una de las tareas que se han encomendado al secretario general es ver cómo desde el espacio iberoamericano, desde la propia Secretaría General, se podría llegar a crear una concertación, una coordinación, una proyección de una  televisión iberoamericana que tuviese un carácter mucho más plural, mucho más objetivo que el que muchos piensan que puede tener otro tipo de televisiones. Por lo  tanto, creo que si se lograse avanzar en la creación de una televisión iberoamericana con el aval, la aportación y la contribución de todos los países iberoamericanos, esa sería una respuesta muy buena a la preocupación que su señoría acaba de manifestar.

El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Señor presidente, si me permite, tengo que ir a la sede del primer foro iberoamericano; tengo que volver a Bilbao.

          El señor PRESIDENTE: Con sumo gusto, senador Anasagasti, tiene usted la palabra.

          El señor ANASAGASTI OLABEAGA: Muchas gracias, señor presidente.

          Señor ministro, respecto a lo que ha comentado sobre su conversación con el presidente Chávez para la observación de las elecciones, sabe que el 4 de diciembre se van a celebrar éstas en Venezuela, por lo que quisiera conocer qué posibilidades hay, de aquí a esa fecha, de poder ahormar algún tipo de iniciativa al respecto.

          En segundo lugar, lamento que no haya estado presente el presidente de las Cortes Generales en la Cumbre de Salamanca; hubiera sido bueno que, como consecuencia de la iniciativa de Bilbao, hubiera tenido una actuación en Salamanca. Si nosotros, como Bilbao, le prestamos a Salamanca su rector durante muchos años, don Miguel de Unamuno, hubiera estado muy bien que se hubiese hecho ese esfuerzo.

          Respecto a la sede y al centralismo, yo vuelvo a insistir: en este momento hago una consideración incluso de tipo político. Usted sabe que todo es política, y mientras existe un gran desencuentro en Salamanca respecto a sus famosos papeles -que a mí me parece un horror, porque, a fin de cuentas, esa documentación iba a ser utilizada para lo que iba a ser utilizada-, sin embargo algo tan importante como robarles a ellos una sede en Salamanca ha pasado absolutamente desapercibido. Al senador Castro Rabadán, que es de Salamanca, le pediría un poco más de cabreo al respecto.

          Finalmente, señor ministro, yo recuerdo que en Costa Rica, en el documento final se hacía una alusión muy específica a los idiomas de los indígenas, cosa que en esta oportunidad no ha sido así. La declaración que se ha hecho, a pesar de lo que don Luis María Puig ha leído, ha sido sólo de buenas intenciones, muy genéricas, y ojalá se lleven a la práctica, pero son muy genéricas.

          Termino recordándole que no me ha contestado respecto a lo que yo he dicho de México.

          Nada más y muchas gracias.

          El señor PRESIDENTE: Senador Anasagasti, a fin de facilitar su desplazamiento a la ciudad que nos acogió por primera vez, el señor ministro le contestará inmediatamente.

          Tiene la palabra, señor ministro.

          El señor MINISTRO DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Moratinos Cuyaubé): Muchas gracias, señor presidente.

          Brevemente. En cuanto a la primera pregunta, la iniciativa para poder ahormar algún tipo de observación internacional sobre las elecciones en Venezuela ya ha sido asumida por la Unión Europea; está en marcha. A nivel nacional, ayer en el Congreso de los Diputados señalé que se está trabajando y, si hay interés por parte de esta cámara de organizar algún tipo de observación parlamentaria, se podrá llevar a cabo.  Lógicamente, será una observación que dará lugar a la mayor garantía, pero la más importante, por los recursos, por la experiencia, por la tradición, por la exigencia que tienen los equipos de observación, es la prestada por la Unión Europea. Pero, como digo, estamos totalmente a favor -lo apoyaremos y lo lograremos sin ninguna dificultad, estoy seguro- de que, si hay voluntad por parte de las cámaras de estar presentes como observadores en las elecciones, se haga así.

          En segundo lugar, el presidente del Congreso de los Diputados, señor Marín, estuvo presente en la cena; no estuvo en la sala durante la cumbre, pero sí estuvo en la cumbre. Hubo una representación, tanto del presidente Marín como del presidente Rojo, en Salamanca y tuvieron ocasión de intercambiar opiniones y comunicar con los Jefes de Estado y de Gobierno; lo que no hubo fue, como ya he dicho en mi primera intervención, una participación formal en el debate entre Jefes de Estado y de Gobierno, pero también le he indicado cuál sería la vía para corregir esa urgencia, y el Gobierno estaría dispuesto a trabajar en esa dirección.

          En tercer lugar, creo que Salamanca estuvo muy orgullosa de acoger la cumbre. Ha habido un eco y una satisfacción general por parte de todos en cuanto a la organización; va a haber apoyo a institutos y centros de estudios iberoamericanos de Salamanca; la ciudad va a seguir vinculada a todo el espacio iberoamericano, como podrán estarlo muchas otras ciudades y regiones de España. Vuelvo a insistir en que la decisión de la sede fue tomada por los Jefes de Estado y de Gobierno, partiendo de los estatutos que fijaron Madrid como sede, y no hay que tomarlo en sentido negativo. Madrid puede plenamente acoger -y así lo ha demostrado en muchas ocasiones- la sede de un organismo internacional tan importante como es la comunidad iberoamericana.

          Puedo decirle que, aparte de los compromisos que se adquieren en la declaración final, todo es mejorable; que hay que ir avanzando en los mecanismos de observación y protección de los derechos humanos -que es una de las prioridades del Gobierno-; que no diferimos de la preocupación que puede tener su señoría, y que lo que hace falta es aunar esfuerzos, es decir, de qué manera y cómo se defienden y se promueven los derechos humanos. Vuelvo a señalarle que el marco multilateral que tenemos en la comunidad iberoamericana es el mejor método; que ese método ha funcionado, por ejemplo, para movilizar a Cuba y a Venezuela en cuestión tan sensible como la definición del terrorismo o la utilización de la violencia, y que a través del diálogo, la cooperación y el mecanismo multilateral es posible obtener resultados positivos en la defensa de los derechos humanos.

          Por tanto, les agradezco a todos ustedes sus intervenciones, y vuelvo a subrayar que este debate, hoy aquí en el Senado, demuestra que, aunque es verdad que para mí sería más cómodo tener una sola comisión, como ha comentado el senador Anasagasti, en la de hoy me ha demostrado que se puede hablar con mayor profundidad, con mayor esencia sobre las cuestiones fundamentales y, por tanto, por el momento, tener dos comisiones puede resultar más enriquecedor.

          Nada más y muchas gracias.

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