Al día siguiente de que los 25 ministros de Asuntos Exteriores de
la Unión Europea (UE) decidieran suspender las sanciones adoptadas
contra Cuba en 2003, para conseguir la libertad de los 75
disidentes y periodistas encarcelados, Reporteros sin Fronteras
quiere manifestarles su decepción y pide al presidente de la
Comisión Europea, José Manuel Barroso, que se ocupe
escrupulosamente de que "la anunciada intensificación de las
relaciones con la oposición y la sociedad civil no se limite a
simples reuniones".
1° de febrero de 2005
Señor Presidente,
Reporteros sin Fronteras quiere manifestarle su profunda decepción
por la decisión, aprobada el 31 de enero de 2005 por el Consejo
de ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), de
suspender durante seis meses las sanciones * adoptadas por la UE
en junio de 2003, en protesta por la detención en marzo de 2003 de
75 disidentes y periodistas.
En una carta, dirigida el 27 de enero a los 25 Estados miembros,
nuestras organización pidió que "se mantenga e incluso se
profundice" la política de apoyo a la disidencia frente "a la
falta de progresos sensibles en materia de respeto a la libertad
de prensa en el país".
Aunque la decisión del 31 de enero prevé "desarrollar relaciones
más intensas con la oposición política" y "sectores más amplios de
la sociedad civil cubana", representa un paso atrás al poner fin a
las invitaciones de disidentes a las ceremonias organizadas en La
Habana con ocasión de las fiestas nacionales de los países
miembros. En particular, esa medida permitía a los disidentes
salir de la confrontación Cuba/Estados Unidos en que intenta
encerrarles el poder del presidente Castro.
Ahora le pedimos que se ocupe escrupulosamente de que la anunciada
intensificación de relaciones con la oposición, y la sociedad
civil cubana, no se limite a simples reuniones. Esperamos, por
ejemplo, que la UE esté representada en la próxima reunión general
de la disidencia, convocada para el próximo 20 de mayo por la
Asamblea para Promover la Sociedad Civil (no reconocida), dirigida
por la economista Marta Beatriz Roque.
Por otra parte, le pedimos que los programas de cooperación
europea con Cuba beneficien también a la sociedad civil que no
reconocen las autoridades. Para trabajar a partir de hoy en pro de
una transición democrática en Cuba, nos parece indispensable que
la UE apoye a las agencias independientes de prensa, así como a
las organizaciones de sindicalistas, bibliotecarios, médicos,
economistas, etc, cuyas libertades de asociación, reunión y
expresión, se ven constantemente burladas.
Reporteros sin Fronteras considera que la UE debe adoptar estas
medidas desde ahora mismo dando a entender a las autoridades
cubanas que, si se oponen, se verá en la obligación de restablecer
las sanciones.
A falta de tales medidas, la decisión de la UE se asemejaría
efectivamente a una "capitulación" frente al gobierno cubano, como
hoy teme una parte de la oposición cubana. Le recordamos que la
liberación de una decena de disidentes en 2004 no ha ido
acompañada de ninguna evolución significativa en materia de
respeto a las libertades políticas, y al multipartidismo. Todavía
continúan encarcelados 61 de los 75 disidentes y periodistas
detenidos en marzo de 2003, cuya libertad ha exigido la UE.
Nuestra organización espera que usted se comprometerá
personalmente en este asunto. Vigilará las consecuencias de la
decisión de la UE en los próximos meses.
Convencido de que no permanecerá insensible a este correo le ruego
acepte, Señor Presidente, la expresión de mi mayor consideración.
Robert Ménard
Secretario general.
* Para exigir la libertad de los 75 periodistas y disidentes detenidos en marzo de 2003, los estados miembros de la UE decidieron, el 5 de junio de 2003, reducir la cooperación con las autoridades cubanas, limitar las visitas gubernamentales de alto nivel efectuadas en el marco bilateral, reducir la importancia de la participación de los Estados miembros en las ceremonias culturales e invitar a los disidentes cubanos a las ceremonias organizadas con motivo de sus fiestas nacionales. En los días siguientes a su detención, los 75 disidentes fueron condenados a penas que van de 6 a 28 años de cárcel.