Tras la Sombra de los Barrotes:

Al observar cada mañana el reflejo de los barrotes que cubren la ventana de la celda en la cual me encuentro recluido desde hace 14 meses, llega a mi alma una profunda reflexión sobre el significado que ha tomado la justicia en Venezuela en los últimos años y he visto con profunda tristeza como el dinero, el poder o la simple adhesión a un cargo es suficiente motivo para que nuestros administradores de justicia destruyan la vida de ciudadanos honestos cuyo único delito cometido ha sido pensar diferente a las personas que actualmente gobiernan. Al ser sentenciado a 6 años de prisión  por el supuesto delito de cooperador inmediato de Rebelión Civil en los hechos acaecidos en la Residencia de Gobernadores del Estado Táchira el 12 de Abril del 2002 en donde nunca se demostró quién o quiénes  fueron los autores de dicho delito  y lo aún peor, donde la fiscalía  del Ministerio Público me solicitara 3 años de prisión por considerar absolutamente mi participación  como facilitador de este inexistente delito, y sin embargo el Juez, sin ninguna justificación  ni lógica ni jurídica  decidió duplicar dicha pena para cumplir el cometido de mantenerme en prisión, siempre se ha dicho que en Venezuela no se paga el delito sino la pobreza, hoy puedo corroborar con mi propio sufrir esta realidad, nadie puede imaginar lo terrible que puede ser como a un joven humilde que con mucho sacrificio logró ser profesional, de la noche a la mañana sin ninguna razón arrancaron de su vida  llena de sueños e ilusiones para ser sepultado en vida en este lugar de tormento como lo es la prisión; lugar en donde lo bueno no existe, donde las leyes  y reglamentos establecidos por la sociedad no funcionan, donde el derecho a la vida esta supeditado por la fuerza de las armas, en donde el hambre y la miseria humana prevalecen y en donde el olvido y la desidia es lo que se espera.

La Prisión es un mundo distinto que uno cree que no existe hasta que lo vive, en donde es más fácil perder la vida que mantenerla y donde suceden los hechos más aberrantes y crueles  y la ley por excelencia  es el silencio.  A veces se cree que Dios no visita  estos lugares y se entra en una profunda confrontación entre tus valores y creencias; Es terrible saber que no existe u juez que cumpla su compromiso con la justicia, y tal vez fuera mejor estar recluido por un delito común ya que pudiera  conocer la fecha del final de esta pesadilla, pero desgraciadamente soy un preso político sin el más mínimo derecho a recobrar mi libertad a pesar de los esfuerzos realizados  y de la demostración fiel de nuestra inocencia, jamás podré entender el odio que alguien puede sentir como para  hacer padecer, sin ningún motivo de envergadura , el infierno que significa la cárcel, por ello le pido a Dios  que nunca me deje sentir lo mismo.  Ojalá  y algún día se acaben los odios y entendamos que todos somos hermanos; es posible que mi voz no sea escuchada a pesar del bondadoso apoyo de amigos periodistas y sus dignos medios que lo trasmiten, pero todo lo que existe bajo el sol  pasa y solo queda para siempre el Amor que sentimos y lo bueno que hagamos por los demás; los Venezolanos tenemos derecho a ser felices, a tener oportunidades y a alcanzar nuestros sueños, aunque los mismos sean concebidos en la prisión.  Se que hay gente buena en todas partes, tanto en el gobierno como en la oposición, ojalá y sean estos los que se impongan para devolverle la paz a Venezuela y para que nos ayuden a recobrar nuestra preciada LIBERTAD y así poder despertar lejos de la sombra de los barrotes.

“ Las acciones viles como las hiervas venenosas, en el aire de la prisión florecen, es solo lo que de bueno hay en el hombre lo que se disipa y se pierde allí; la pálida angustia sostiene la pesada puerta y su guarda es la desesperación…………………………………………………...
Todos lo que sabemos quienes sufrimos prisión es que la espera es dura; y que cada día es como un año, un año cuyos días son largos”
 Oscar Wilde. 

Dios Bendiga a Nuestro Pueblo.

Atentamente…….
 Ing. DANNY RAMIREZ
 Preso de conciencia en el Táchira – Venezuela.
2005.01.11

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