General de División (GN) Felipe Orlando Rodríguez Ramírez

 

         En Agosto del año 1971, ingresé a la Escuela de Formación de Oficiales de las Fuerzas Armadas de Cooperación, mejor conocida en aquel tiempo como  la EFOFAC.  Allí conocí al cadete de segundo año Felipe Orlando Rodríguez Ramírez, quien por su desempeño integral y por haber satisfecho todos los requisitos exigidos durante su primer año de estudios militares, portaba con orgullo su jerarquía de cadete distinguido.

         El 05 de julio de 1974 obtuvo el grado de sub teniente con altas calificaciones que lo ubicaron entre los primeros en el orden de mérito de su promoción denominada “Toma de las Flecheras”.

         Ya en el plano profesional, como es normal en esta carrera, prestó sus servicios en diversos lugares y rincones de la geografía nacional, caracterizándose siempre por una gran vocación, responsabilidad, espíritu de cuerpo, iniciativa y muy especialmente por un profundo afecto a nuestra institución, la Guardia Nacional de Venezuela, centinela permanente de la Patria.

         Por sus méritos y previa aprobación de los respectivos concursos, realizó entre otros los siguientes estudios militares: comunicaciones y electrónica en el ejército de los Estados Unidos; Comando y Estado Mayor en el ejército de Alemania; Curso Superior de Altos Estudios para la Defensa Nacional (IAEDEN). Asimismo, obtuvo el título de Ingeniero Electrónico en el Instituto Politécnico de las FAN, hoy  UNEFA.

         En el grado de General de Brigada, ocupó importantes cargos tanto en el área administrativa como operacional. En el grado de General de División, (por cierto el grado más alto que se otorga en circunstancias normales a un oficial de la FAN) se desempeñó como Jefe del Estado Mayor General del componente y posteriormente como director del IAEDEN.

         Esta breve reseña, permite apreciar que estamos en presencia de un oficial general  meritorio, quien prestó importantes servicios al país, durante casi treinta años.

         Actualmente, el G/D Felipe Rodríguez, se encuentra detenido en las instalaciones de la DIM, de acuerdo con algunas versiones hechas públicas, en condiciones indeseables para cualquier ser humano. Mucho antes, su residencia fue allanada y como hecho curioso, cabe señalar que mientras algunos tiranos como por ejemplo Robert Mugabe  y quizás también Fidel Castro, ostentan airosos sendas réplicas de la espada de nuestro Libertador Simón Bolívar, la del General Rodríguez fue sustraída durante ese allanamiento. Felipe se fue a la clandestinidad porque su vida corría peligro, percibiéndolo así en varias ocasiones, más aún cuando se hizo público, notorio y comunicacional  el “pasquín” en el cual se fijó la cantidad de cincuenta millones de bolívares (después elevada a cien m.) por su captura; panfleto éste que fue colocado en la entrada de la mayoría de los cuarteles de la Guardia Nacional, para vergüenza de muchos de sus integrantes. Felipe ha sido hostigado, vilipendiado, expuesto al escarnio público y acusado de crímenes abominables, que jamás ha cometido. La causa en pocas palabras:  pensar de manera democrática, así como fuimos formados y elevar siempre su voz de protesta.

         He aquí una antinomia, un antagonismo, una contradicción.  Mientras  muchos trasgresores de la ley, violadores de los derechos humanos, corruptos, golpistas convictos y confesos forman parte de este régimen y detentan el poder groseramente y sin limitaciones, el G/D  Felipe Rodríguez está preso por sus ideas. Un preso político más, para quien solicito respeto porque se lo merece, igualmente válido para todos aquellos compañeros que se encuentran en la misma situación.  ¿Justicia?  Ahora está ausente, ya no es ciega y mira hacia un solo lado…pero vendrá.

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