Exterminio en Caracas
Ibéyise Pacheco
El Nacional,
Pidieron clemencia, se
identificaron como estudiantes de la Universidad Santa María y
fueron acribillados.
Desarmados, indefensos, Leonardo
González Lárez, Edgar
Quintero Torrealba y
Erick Miguel Montenegro Sánchez fueron asesinados a mansalva.
Elizabeth Rosales,
Danitza Buitriago e
Irúa Coromoto Moreno resultaron
heridas; una de ellas de gravedad.
Frente al inmenso dolor de los familiares de las víctimas, voceros
del Gobierno se apresuraron a lamentar el suceso en el participaron
26 efectivos de organismos de seguridad. Tan amparados en la
impunidad se sentían que cumplieron con su modus operandi: sembraron
armas alrededor de los cuerpos. No contaban con una docena de
testigos de la urbanización Kennedy, parroquia Macarao.
Registros de prensa detallan que en la reconstrucción parcial del
suceso se encontró gran cantidad de casquillos y proyectiles que,
además de dejar el vehículo en que se transportaban los jóvenes como
un colador, alcanzaron las paredes de algunas casas.
El asunto es que los voceros del Gobierno se refieren a una alcabala
de seguridad en la zona. ¿Alcabala de seguridad es un grupo de
hombres con armas largas, sin uniformes y con pasamontañas? ¿Es ese
el concepto de alcabala de seguridad frente al cual se tienen que
detener unos jóvenes estudiantes que, de acuerdo con las terribles
estadísticas de inseguridad, con sobrada razón se sintieron objeto
de un asalto?
Las lamentaciones de los voceros gubernamentales no me las creo.
Prometerán medidas judiciales y disciplinarias, para evitar tomar
alguna decisión sobre la gravedad del verdadero problema. Y es que
desde hace mucho tiempo este régimen viene armando a equipos
parapoliciales alimentados por su eterna paranoia y convencidos de
que esos personajes armados hasta los dientes van a “defender” la
revolución.
Han creado unos monstruos con permiso para matar.
No es casual que entre los señalados como autores de estos
asesinatos estén miembros de varios cuerpos de seguridad.
¿Por qué no han hecho públicos los nombres? La manera de actuar es
propia de los grupos bautizados como Exterminio, que tantos muertos
han dejado en el interior del país. El comando que operó en el
barrio Kennedy es uno más de muchos que actúan bajo el amparo del
Gobierno. Que han sido armados y hasta entrenados por el Gobierno.
Hay que ser muy firmes frente a estos asesinatos. Y hay que estar
atentos a la posibilidad de que el Gobierno tergiverse los hechos.
Fíjense cómo anda ya la versión del accidente de Eliézer Otaiza.
Como dijo Isa Dobles:
cierren los ojos y suplanten por un segundo a Otaiza por alguien de
la oposición.
Por supuesto que hubiera sido molido por los voceros oficialistas y,
claro está, por el peso de la ley “revolucionaria”.
Versiones de Isaías A su regreso de China, el fiscal general de la
República, Isaías Rodríguez, llegó con una nueva hipótesis del
asesinato de Danilo Anderson: “Se comenzó a planificar en septiembre
de 2003 en Panamá y Miami y los últimos toques fueron concretados el
año pasado en el estado Zulia”. La guinda de esa hipótesis es que se
trató de un globo de ensayo para preparar un atentado contra Chávez.
Quisiera recordar algunas de las declaraciones del fiscal desde el
asesinato de Anderson el 18 de noviembre del año pasado.
“Prometo hacer todo cuanto esté a mi alcance para encontrar la
justicia suplicada por quienes acompañan el féretro del valiente...
lo lloré más que a mi madre” (20-11-2004).
“Las investigaciones están bien adelantadas. Hay elementos que
indican que alguien sustrajo documentos que servirían para
determinar las autorías intelectuales” (18-12-2004).
Sobre la denuncia del concejal Carlos Herrera, dijo: “Si es cierta
puede ser una pista bien interesante, si no es cierta nos va a dar
mucha luz sobre lo que estamos investigando (...) no descartamos
ninguna hipótesis en el caso de Danilo Anderson, incluso que
estuviera involucrado en casos de extorsión” (24-12-2004).
“Personajes allegados al fiscal asesinado podrían haber abusado de
la confianza para extorsionar a alguno de los firmantes del decreto
Carmona” (6-1-2005).
“Carlos Herrera manipula información del caso Anderson” (26-22005).
“El Ministerio Público tiene nuevos elementos, bastante
interesantes, que permiten determinar con precisión quiénes pudieran
ser los autores intelectuales del atentado contra Anderson”
(9-3-2005).
“Hay elementos nuevos bien importantes con los cuales nos estamos
acercando a definir la autoría intelectual, pero no es posible que
los dé a conocer públicamente (...) en los siguientes días estaremos
perfilando esos nuevos datos que, con toda seguridad, van a ser muy
definitorias en cuanto a la precisión de la autoría intelectual”
(10-3-2005).
“En los próximos días comenzaremos a citar a los banqueros que
asistieron a la boda de Luis Alfonso de Borbón y María Margarita
Vargas, celebrada en noviembre pasado en República Dominicana. Están
precisadas las personas que estuvieron en la mesa, conversaron sobre
un fiscal”.
Y sentenció: “El silencio de los Guevara me dan la certeza de la
responsabilidad material de ellos en el atentado” (11-3-2005).
Prometo buscar bajo las piedras a los asesinos de Danilo”
(18-6-2005).
“La red de extorsión, se ha llamado así informática y mediáticamente,
pudiera ser una red de soborno” (296-2005).