Varios reportajes de El Universal sobre los exiliados
En exilio
A Francisco Volcán, un venezolano común, Inglaterra le
otorgó asilo político por considerar que en Venezuela sí existe
persecución política
GIULIANA CHIAPPE
EL UNIVERSAL
El nombre de Francisco Volcán puede decirle muy poco a la
mayoría de los venezolanos. Son escasos los interlocutores que
pueden ofrecer algo más que una mirada de despiste cuando les
preguntan por él. Incluso en los buscadores del ciberespacio se
torna difícil encontrar un par de párrafos que cuenten su
historia.
Pero Francisco Javier Volcán Ramírez, para más señas, tuvo mucho
que decir y que contar en Londres, donde convenció a las
autoridades de otorgarle asilo como perseguido político del
gobierno de Hugo Chávez. Le fue concedido porque las autoridades
británicas determinaron que el Estado venezolano no puede
garantizar, e incluso puede llegar a romper, el respeto a los
derechos humanos que contemplan las legislaciones
internacionales.
Así que Venezuela, de ser un país cobijo, albergue, amparo, de
otrora refugiados políticos, pasó a ser origen de ellos. Y, ante
los jueces internacionales, a pintarrajearse con características
de lo que se denomina Estado Forajido.
Un refugiado como cualquiera
Lo particular de Francisco Volcán es que no se trata de un Pedro
Carmona o un Carlos Ortega, hartamente conocidos en el proceso
político local. Es el caso de un venezolano de 36 años, técnico
superior en Organización Empresarial, vecino del kilómetro 4 de
El Junquito, integrante del movimiento Gente de Pueblo (el mismo
de Carlos Melo) que promovía el voto revocatorio en los barrios
del oeste caraqueño.
Durante el paro, formó parte del grupo de Seguridad de Carlos
Ortega y Patricia Poleo. Pese a su bajo perfil público, o
precisamente por ello, fue perseguido y acorralado por la
policía política, recibió amenazas telefónicas e incluso vio
morir a amigos cercanos, según su propio testimonio.
Volcán habla, ahora, desde su casa en Newcastle, ciudad ubicada
al norte de Londres. En sus palabras se amalgaman decepción,
agradecimiento y alivio. Se entremezclan malos recuerdos,
experiencias desagradables y decisiones favorables. Se vierten
toneladas de esperanza sobre el futuro personal mientras
contempla, forzosamente desde lejos, el turbio panorama
venezolano.
Volcán recuerda claramente el día que estalló el infierno: el 24
de agosto de 2003, cuando se entregaron, ante el CNE, aquellas
primeras firmas contra el presidente Chávez. "Desde Miraflores
nos declararon objetivo político, y aunque después anularon las
firmas, la persecución continuó. Al mes y medio del acto, uno de
los coordinadores del grupo fue golpeado y baleado. Es Luis
Eduardo Goncalves, hoy en situación de asilo en Estados
Unidos".
Miedo tenían, dice, pero estaban tan esperanzados con el
referendo que "nos echamos Dencorub y seguimos adelante". La
persecución era constante, a cualquier hora llegaban a su casa
funcionarios policiales a amedrentar, lo marcaban en
restaurantes, lo interceptaban con camionetas amarillas sin
placas. "En febrero de 2004 acudí dos veces al Ministerio
Público, y fui atendido por la fiscal 86 nacional, Esther María
Pucci, que investigó mi caso y me dijo que en la Disip me
acusaban de ser el brazo armado de Carlos Melo. Pero será armado
de banderas, pancartas y pitos, porque yo no cargaba armas".
Los nervios se duplicaban en la pareja Volcán: "Mi esposa estaba
en crisis. Llegó a decirme que resolvía definitivamente las
cosas o compraba ya la urna para mí". Eso fue después que
mataron, de cinco tiros, a uno de sus amigos más cercanos,
Manuel Campos. A Volcán lo acababan de dejar en la parada del
bus cuando ocurrió el ataque.
La decisión de marcharse la tomaron después del referendo. "Ni
mi esposa ni yo habíamos salido nunca de Venezuela. Decidimos
venir a Londres porque tenemos unos amigos aquí. Los llamamos y
nos ofrecieron su casa. Buscamos asesoría de la asociación VIVE,
de Alfredo Romero y Mohamad Merhi, quienes nos ayudaron a
escribir cartas y presentar documentos sobre nuestra situación".
Con sus amigos apenas estuvieron una semana. Enseguida, el
Gobierno británico los envió a un "hotel de refugiados" donde
debían firmar asistencia diaria y compartir con exiliados de
todo el mundo. "Fue una experiencia horrible. Había iraquíes
baleados, africanos que comían sobre la mesa en el comedor
común, gente muy distinta a nosotros. Allí estuvimos desde el 24
de noviembre hasta principios de enero. Cuando el caso pasó a un
tribunal, nos mudaron a un apartamento en Newcastle. Mucho
mejor...".
Por esto y por aquello
La sentencia favorable a los esposos Volcán fue promulgada el 20
de junio de 2005. Al decir del juez, el "solicitante" (Volcán)
cumple cinco condiciones: se encuentra fuera de su país por
miedo a ser maltratado; el maltrato que temía era
suficientemente grave como para considerarlo persecución; su
miedo de persecución era bien fundamentado; la persecución
respondía a una de las causas establecidas en la Convención
Internacional de DDHH (en este caso, opinión política) y el
solicitante estaba incapacitado, o debido al miedo, renuente a
buscar protección en su propio país.
El juez dijo más, fundamentado en el Reporte que el Departamento
de Estado de EEUU presentó sobre Venezuela el 28 de febrero de
2005, donde se habla de torturas, violaciones a derechos
humanos, actos ilegales por parte del Gobierno, ataques verbales
protagonizados por Hugo Chávez, presuntos ajusticiamientos
extrajudiciales y sucesos violentos como los ocurridos en los
terribles días que los venezolanos bautizaron como La Guarimba.
Antecedente firme
Aunque es, todavía, una diáspora tímida, la condición de
perseguidos políticos de algunos venezolanos ya es reconocida
formalmente en diferentes países. Y la sentencia del tribunal
londinense que otorga asilo a Volcán es un antecedente firme en
pro de los demás refugiados del régimen de Hugo Chávez, según
Alfredo Romero, abogado miembro de VIVE y de Fuerza Integradora.
"Esta sentencia confirma lo planteado ante instancias
internacionales: El clima de persecución política y los actos
ilegales de amedrentamiento e intimidación del Gobierno actual",
afirma Romero.
Volcán no es el único venezolano que ha huido por sentirse
víctima de la persecución política. En VIVE, manejan los casos
de familiares de víctimas del 11 de abril, de activistas de
plaza Francia, de miembros de partidos políticos, que son pocos
conocidos en la opinión pública. Los que han logrado salir se
han refugiado, en su mayoría, en España y Estados Unidos.
"El de Volcán es un antecedente firme para casos similares de
persecución política. En VIVE hemos recibido denuncias
importantes de torturas, que han sido presentadas ante el
Tribunal Penal Internacional de La Haya. Tenemos denuncias que
han sido comprobadas dentro de lo razonable y que tienen
elementos en común", explica.
Este surgimiento de exiliados políticos venezolanos va en contra
de la tendencia mundial. Según cifras de Acnur, la organización
de las Naciones Unidas para los refugiados, el número total de
solicitantes de asilo en 2004 fue el más bajo desde 1998,
reportando 368 mil personas en esta situación. Y a Europa nunca
habían llegado tan pocos refugiados desde 1986.
Mientras tanto, Volcán inicia una nueva vida, bajo la condición
de refugiado político venezolano. El gobierno británico les
facilita la adaptación: "Ya machucamos el inglés porque
estudiamos el idioma en Cambridge y tenemos empleo (suministrado
por las autoridades). Por ahora, trabajo en un almacén de
alfombras pero cuando mejore mi dominio del idioma, mejorarán
también los oficios que me asignen. No podemos salir de Gran
Bretaña, y menos volver a Venezuela, durante cinco años pero al
menos estamos vivos. Y por eso, le agradeceré todos los días al
gobierno inglés y a la organización VIVE porque, si no fuera por
ellos, estaría muerto".
gchiappe@eluniversal.com
En exilio II
En 1999, Estados Unidos otorgó asilo por persecución a sólo 13
venezolanos. En 2004, concedió 1.204. En sesis años, hasta
octubre del 2005, los refugiados pasan de 2.149, la
mayoría por razones políticas
OSCAR MEDINA
ENVIADO ESPECIAL/EL UNIVERSAL
Miami._ El diácono interrumpe brevemente su almuerzo y clava una
mirada entre dura y compasiva en el visitante. Ya está más que
acostumbrado a la presencia de latinos que preguntan por el
padre Peter. "¿Pero lo buscas para pedir ayuda con el asilo o
qué?", pregunta. Y dispara la negativa al saber que el asunto es
periodístico: en esta iglesia no se dan declaraciones a la
prensa porque _explica_ "esta es una labor religiosa y
humanitaria". Fin de la conversación, el diácono vuelve a su
plato.
Celosos de su trabajo, el equipo de la "Protocatedral de las
misiones apostólicas de Cristo" _en el 261 de la calle 23 (NE)
de Miami_ no oculta, sin embargo, las estadísticas de su éxito
ayudando a quienes salieron de sus países en viajes sin boleto
de retorno. Y los venezolanos se revelan como un boom: en 2003
las autoridades de inmigración estadounidenses otorgaron asilo a
346 venezolanos que buscaron la ayuda de esta iglesia (la cifra
de colombianos fue de 520); en 2004 obtuvieron el beneficio 785
venezolanos y 600 colombianos; y entre enero y septiembre de
2005 ya se habían concedido 443 asilos a naturales de la
República Bolivariana y a 340 colombianos.
El ejemplar más reciente de una rústica publicación de la
iglesia añade una hoja con las "buenas noticias" parciales de
octubre: otros 50 venezolanos y 18 colombianos lograron asilo en
Estados Unidos.
Estos 493 paisanos que ya obtuvieron la condición de
refugiados en lo que va de año, no son los únicos.
La estadística oficial de la Citizenship and Inmigration
Services (USCIS) amplía el panorama. Al cierre del año fiscal
2004, la USCIS recibió 1.418 solicitudes nuevas de asilo
para venezolanos y se reabrieron otros 14 casos. Finalmente,
1.204 personas recibieron respuesta positiva directa de los
oficiales de inmigración y 734 casos fueron referidos a una
instancia superior.
El incremento de solicitudes habla por sí mismo: en 1999 hubo
18; en el 2000 hubo 23; en 2001 ya eran 39; en 2002 fueron 67; y
en 2003 sumaron 305.
Crea fama
En la "protocatedral" de la calle 23 tienen un dibujo claro de
por qué están huyendo los venezolanos. A Chávez lo identifican
como el gran articulador del movimiento socialista-comunista
latinoamericano, apadrinado por el dictador Fidel Castro, con
las arcas llenas de petrodólares y apertrechándose de armas para
consolidar lo que califican como una dictadura en marcha que
aplasta todo signo de oposición interna: "Gracias a Dios muchos
venezolanos se salvan ganando asilo en Miami".
Más allá de esta apasionada visión eclesiástica, la abogada
Linda Osberg-Braun, experta en materia de inmigración, concede
que en Estados Unidos las autoridades ya manejan la percepción
de que Venezuela no es un lugar donde la justicia _y algunas
otras cosas_ funcione correcta e imparcialmente: "Las
autoridades estadounidenses están comparando a Chávez con
Castro. Están observando cómo Chávez toma los mismos pasos que
Castro, pero de manera menos severa y lentamente. Está
terminando con la industria en general y está dejando que se
vaya la gente con mayor nivel de educación. Está armando una
base sólida y leal a través de planes básicos, de repartición de
comida y ayuda médica a personas muy pobres a quienes necesita
como apoyo, mientras les quita otros derechos civiles".
Osberg y su socia Florence Chamberlin manejan numerosos casos de
venezolanos en Florida: "Antes nunca se oía de personas
venezolanas pidiendo asilo", advierte Osberg: "Yo diría que se
ha duplicado el número de clientes venezolanos que atendemos. Y
de ese total, entre 10% y 20% son casos de asilo y el resto
tiene que ver con solicitudes de visas de no inmigrante, que
también han tenido un incremento. El asilo es una medida
drástica, porque no puedes regresar a Venezuela, así que los
venezolanos también están optando por otros tipos de visa".
Chamberlin hace una precisión: "Mucha gente prefiere aplicar por
el asilo, aun cuando en principio son elegibles para otros tipos
de visa. Lo que buscan es un nivel de seguridad más alto en el
caso de que el gobierno de Chávez intente posteriormente usar el
mecanismo de la extradición. Y especialmente los cubanos con
nacionalidad venezolana tienen mucho más miedo a esto porque
piensan que Venezuela los puede extraditar a Cuba".
El abogado Kurt Hermanni, de la firma Inmigration Law Group,
coincide en la apreciación del incremento: "De acuerdo con mi
experiencia y a la de los abogados de la American Inmigration
Lawyers Association, puedo decir que sí se ha incrementado el
asilo a venezolanos. Y también de personas del Medio Oriente".
Según Hermanni, a los casos políticos de venezolanos se suman
otros que tienen que ver más bien con persecución por
orientación sexual y falta de atención por parte del Estado en
el caso de personas que son HIV positivos. Claro, el factor
político puntea: "Se tiene que comprobar con evidencias o por
sus propias palabras ante un juez o un oficial de inmigración,
que tienes un miedo creíble de persecución. Ese miedo tiene que
ser razonable. En el caso de Venezuela personas de la oposición
han recibido asilo porque han demostrado ese miedo creíble de
persecución. Algo similar pasa con los colombianos, aunque es
diferente porque ahí el miedo no es por el gobierno, sino que el
gobierno no puede detener la persecución de individuos por parte
de la guerrilla".
¿Cómo hago?
En esencia, para solicitar asilo hay que tener un caso serio y
documentado que demuestre ese miedo creíble de persecución por
razones políticas, religiosas, culturales o étnicas. La
recomendación profesional es que la persona haga la aplicación
estando legalmente en Estados Unidos y que asuma con seriedad el
proceso y sus consecuencias: puede ser costoso si lo hace a
través de abogados, debe estar consciente de que no podrá
regresar a Venezuela y de que si pierde el caso _hay varias
instancias de apelación_ son altas las probabilidades de que sea
deportado. "A quien no tenga un caso legítimo, un caso fuerte,
no le será fácil ganar. No es una cosa tan sencilla como dicen
por ahí", advierte Hermanni: "El análisis de los casos de
venezolanos está siendo estudiado cada vez con más detenimiento,
porque implica muchas cosas políticas".
El procedimiento es más o menos estándar: se presenta la
aplicación ante las autoridades que fijarán una fecha para una
entrevista directa con un oficial de inmigración que estudia el
caso por escrito y mediante un encuentro cara a cara. Si ese
oficial encuentra suficientemente sólida la argumentación, por
vía administrativa puede conceder el asilo. De lo contrario,
puede remitirlo a un juzgado. Las respuestas negativas son
susceptibles de apelación y pueden pasar años hasta que llegue
el momento del último "no". Pero durante ese tiempo el
solicitante _si entró legalmente al país_ permanece en libertad
en territorio estadounidense. Al transcurrir 150 días de
formulada la aplicación, el aspirante recibe permiso de trabajo.
Además de la opción de la iglesia o de acudir directamente a un
abogado experto, el aspirante a asilado puede encontrar
orientación en organizaciones de venezolanos asentados en
Florida como Orvex e Ivac (orvex.org,
ivac.org), que además
ya están empezando a hacer lobby para lograr que el gobierno
estadounidense conceda beneficios _al menos temporales_ para los
venezolanos que intentan radicarse en ese país, al estilo de
normativas que anteriormente beneficiaron, por ejemplo, a los
nicaragüenses que huían del sandinismo.
Orvex, por ejemplo, comenzó un plan de reuniones con
congresistas sensibilizados con el tema Chávez-Castro. "Queremos
lograr lo que se llama DED, una protección temporal que
congelaría la deportación de venezolanos en situación de
ilegalidad. Es como un tiempo de gracia de al menos 16 meses",
explica Elio Aponte, presidente de Orvex: "Es un beneficio que
puede otorgar de un plumazo el Presidente. Además, para el año
próximo estamos proyectando una especie de firmazo para
presentar la solicitud directamente a Washington".
Por estos días está a punto de comenzar operaciones en Miami una
nueva organización encabezada por el presidente de Unapetrol,
Horacio Medina, quien está tramitando su asilo.
"Aquí quien llega no tiene la información que necesita y las
cosas se van aprendiendo a los golpes", explica Medina:
"Queremos además documentar las violaciones a los derechos
humanos por parte del gobierno venezolano para que se entienda
en el mundo cuál es la realidad del país". Aún sin nombre, este
es un proyecto hermanado con la asociación civil Familias Unidas
(Funac.org) que opera desde Caracas.
Funac, explica su coordinadora Maritza Casas, aspira a
convertirse "en una plataforma que preste ayuda a los
perseguidos y presos políticos, a la gente que está en la
clandestinidad, a los exiliados, a quienes salieron del país por
persecución y dar orientación para las solicitudes de asilo en
Estados Unidos".
ommedina@eluniversal.com
HORACIO MEDINA
"Los venezolanos sabemos resolver"
La decisión de salir de Venezuela rumbo a Miami la tomaron en
menos de 24 horas. Horacio Medina y Edgar Quijano, los
conocidos líderes de Unapetrol, llegaron a la conclusión de que
era inútil aspirar a dar la pelea en el campo legal.
En febrero de 2003 se les libró orden de captura y pasaron a la
clandestinidad hasta que en junio el Tribunal Supremo dejó sin
efecto la medida. "Pero el 21 de diciembre de 2004 el mismo
fiscal inmoral José Benigno Rojas solicitó una nueva medida
privativa de libertad en contra de Juan Fernández, Mireya
Ripanti y en mi contra, acusándonos con un expediente que
sólo tenía declaraciones parcializadas".
Nuevamente a la sombra, Medina entendió en marzo de 2005 que ya
se habían agotado los recursos en tribunales: "Mis opciones eran
seguir en la clandestinidad o salir del país. Y salí por
Colombia. Allí dimos varias vueltas hasta que ingresamos de
manera legal a Estados Unidos".
Al llegar a Miami un amigo les prestó ayuda para conseguir
hospedaje: un aparto-hotel en el que vivieron durante tres
semanas. Luego pasaron a un apartamento en Miami Beach del que
fueron desalojados porque el edificio fue declarado inseguro.
Ahora ocupa un departamento prestado por unos amigos, pero que
ya muy pronto deberá desocupar.
"Nosotros hacemos entregas de sobres bancarios y paquetes. Con
eso tenemos un mínimo de ingresos, para gasolina y los gastos
menores. Pero con lo que he subsistido básicamente es con los
ahorros que tenía luego de 25 años en Pdvsa. Con eso y con la
ayuda solidaria de los amigos".
El 13 es la cosa
Estamos en una mesa del Café Canela, un pequeño comedero
venezolano en Weston, propiedad en parte de una ex alta
funcionaria del CNE, en el que cocina el ex tercera base del
Magallanes, Dimas Gutiérrez, y en el que atiende otra compañera
de Medina de los tiempos de Pdvsa. En otra mesa está Maritza
Casas, su esposa, y en una silla de ruedas está su madre: "Tenía
casi un año sin ver a mi mamá. Ella tiene ya 80 años y padece de
diabetes y alta tensión. Le pedí a mi esposa que la trajera de
visita".
Vista así, la vida en Miami se va despojando de apreciaciones
erradas: Medina está aquí solicitando asilo y su caso depende de
la decisión de un juez a quien le verá la cara el 13 de abril
del año próximo. En Caracas permanecen 5 hijos de dos
matrimonios y una esposa que tras la orden de captura contra
Horacio y un allanamiento a su casa, encontró que la empresa
privada en la que trabajaba había decidido prescindir de sus
servicios.
Y está otra situación ya conocida: el carcinoma en la lengua por
el cual fue operado _y ayudado por mucha gente_ el pasado 6 de
septiembre: "Me deprimí por 24 horas, pero después eso no ha
vuelto a ocurrir. Sentí una fuerza interior muy grande
proveniente de todo ese apoyo que me dieron tantos venezolanos y
el de mi propia familia".
Asesorado por un abogado, Medina preparó durante casi dos meses
su solicitud de asilo y la presentó en junio. Pero el oficial de
inmigración que le hizo la entrevista _primer paso del proceso_
argumentó que tenía que pasar a un juzgado, una medida común en
los casos de personajes de mayor notoriedad pública del
antichavismo: el peso político de la decisión se debe asumir en
instancias superiores.
"Tuve la cita en la corte el 13 de septiembre y obtuve la
audiencia para el 13 de abril de 2006. De acuerdo con la norma,
ya a partir del 13 de diciembre puedo obtener el permiso de
trabajo y la tarjeta de seguro social".
Eso indica que durante este tiempo no ha podido trabajar de
manera regular: "Yo me crié en el 23 de Enero. Toda esa mentira
que se armó en Venezuela sobre los trabajadores petroleros
vistos como oligarcas forma parte de la estrategia de los
gobiernos totalitarios que es calumniar, porque eso hace que
quede la duda en las personas. Mi mamá es emigrante de España,
perseguida durante la guerra, y llegó a Venezuela y empezó desde
cero. Eso hizo que yo tuviera que enfrentar y hacer muchas cosas
para poderme graduar. Fui repartidor, lonchero, pintor,
cobrador, zapatero. Mil cosas hice, por eso no tengo ningún
problema en volver a empezar. A mí no me da pena decir que he
hecho transfers y delivery, yo lo digo abiertamente.
Seguramente, cuando tenga la oportunidad de trabajar legalmente,
me va a ir mucho mejor porque nosotros sabemos resolver y esa es
la gran ventaja de los venezolanos adondequiera que vayan en el
mundo"._OM
MARTIN PEREZ
"Asumí el riesgo de volver a empezar"
La primera en volar a Estados Unidos fue la hija mayor, Mercedes
Pérez: "Porque su esposo, Francisco Noguera, quien
trabajaba en el Ipsfa, fue amenazado y acosado por presentar
oposición a la situación que se vivía en el país. Se vinieron en
diciembre de 2002, justo en la época del paro".
Ahora Martín Pérez, su esposa y sus dos hijos menores de
edad viven "al norte de Miami" ya con la condición de asilados
concedida el 8 de agosto pasado. "En este momento estoy más
convencido de que esa fue la decisión adecuada ante un régimen
de ese tipo. Antes de ver caer muerto a uno de mis hijos o de
vivir arrodillado prefiero volver a empezar, aunque no por eso
pierdo el deseo de ver a mi patria libre".
¿Y quién es este Martín Pérez que habla de esa manera?
Desde 1983 su nombre formaba parte de la nómina de la industria
petrolera, es graduado en Administración Comercial y tiene un
master en tecnología gerencial. Para el momento del paro
petrolero, Pérez ocupaba el cargo de asesor mayor general de
sistemas financieros de Pdvsa "y estaba a cargo del desarrollo
de nuevas tecnologías y todo lo que tuviera que ver con SAP".
¿Y qué hizo este Martín Pérez? Lo mismo que muchos de sus
entonces compañeros de la industria: "Participamos en todas las
manifestaciones con Gente del Petróleo y Unapetrol, hasta el
momento en que definitivamente fuimos echados a un lado. Todos
estábamos convencidos de que lo hacíamos por la libertad, por
nuestro país, hasta que en el referendo las luchas por el poder
de los diferentes grupos de oposición hicieron inviable toda
salida democrática, constitucional y pacífica".
Pérez, quien además participó activamente en las protestas de la
plaza de Altamira, se vio en una difícil situación: "Toda la
Gente del Petróleo ha sido amenazada, el Gobierno ha buscado el
asesinato físico, moral y psicológico de todos, poniéndonos como
traidores y terroristas. Desde el punto de vista moral, porque
castró nuestras carreras. Y psicológico porque toda esa campaña
propició, incluso en los niños, una situación de mucha
inestabilidad. Eliminó nuestros seguros y, en el caso de mi
esposa que padece una enfermedad incurable, nos negaron el
derecho a la salud. Y nos eliminaron el derecho al trabajo
porque presionaron para que nadie nos contratara. Además, hubo
amenazas directas, llamadas, seguimiento, una vez cortaron el
cable de teléfono de mi apartamento y hasta nos pincharon los
cauchos del carro en el apartamento donde vivíamos en La
Urbina".
La elección
Luego de dos años sin empleo, aniquilando los ahorros y sin
perspectivas de mejoría alguna, en enero decidió explorar
opciones en Miami. Estando aquí su esposa recibió el mensaje de
un buen amigo que le indicaba que era mejor que no regresara a
Venezuela.
Y a empezar en tierra ajena: "Los de Pdvsa, pese a que dicen que
somos gente de narices muy levantadas, venimos de hacer nuestras
carreras a punta de trabajo y estudios. Aquí ahora hago trabajos
de carpintería, algo que aprendí como hobby desde niño y ahora
me sirve de algo. Ya también, con otros compañeros, estamos
haciendo mantenimiento de sistemas de computación. Aunque ahora
estoy buscando un poco más en mi área.
En algún momento fui al Programa de Ayuda al Asilado (SAVE)
donde entregué mi documentación para que me ayudaran a conseguir
empleo. Pero ellos no están preparados para el nivel de
formación que tenemos los de Pdvsa. Sin embargo, con lo que
consigo hacer, alcanza para cubrir los gastos básicos y ya mis
hijos están tranquilos, algo que no podía decir dos meses atrás
porque fue en septiembre cuando finalmente recibí el permiso de
trabajo".
Una de las abogadas que le asesoró durante el proceso de
solicitud, Florence Chamberlin, explica que "Martín es elegible
para varios tipos de visa, pero pidió el asilo porque quiere más
protección".
La visión que Pérez tiene de la situación venezolana explica que
haya optado por la decisión más drástica: "Soy amenazado y el
Estado que se supone me debe proteger me acusa de ser traidor a
mi patria, ¿qué puedo esperar de eso? En Venezuela por salir a
la calle a expresar tu opinión eres tiroteado, amedrentado y las
fuerzas policiales no te protegen".
"Teníamos dos alternativas: esperar a que nos asesinaran
lentamente en ese proceso político o correr el riesgo de volver
a empezar. Y eso fue lo que escogimos"._OM
ROGER VIVAS
"Me convertí en un delincuente peligroso"
Que se enteren los fiscales que lo andan buscando en estos días
para imputarlo por "la presunta comisión del delito de rebelión
civil" por lo sucedido en el Palacio de Gobierno de Mérida el 12
de abril de 2002: Roger Vivas está en Florida amparado
bajo el estatus de asilado concedido por las autoridades de
inmigración estadounidense.
En una cafetería de Biscayne Boulevard, el ex diputado, locutor
y articulista de prensa merideño muestra una carpeta en la que
acumula las escandalosas denuncias que, según él, le granjearon
enemigos de peso pesado en el chavismo: para empezar, el general
Jorge Luis García Carneiro, a quien Vivas denunció "por la
corrupción en el Plan Bolívar 2000 cuando él era el jefe de la
22 Brigada en Mérida".
Cuenta Vivas que el uniformado se presentó tanto en Radio
Universidad como en el diario Cambio de Siglo a pedir que se le
quitaran los espacios que en ambos mantenía el diputado. La
enumeración de casos que muestra Vivas pasa también por
denuncias sobre el fraude electoral en las regionales, el
"extravío" de 2.600 millones de bolívares destinados a atender
la emergencia causada por las lluvias en 2001, la presencia de
cubanos en posiciones de poder, los vínculos de figuras del
chavismo con la guerrilla colombiana, la cedulación ilegal de
colombianos y hasta un acto de "corrupción por 481 millones de
bolívares cometido por uno de los protagonistas del 4F, el mayor
del Ejército Rubén Avila, cuyo padre es la máxima autoridad del
MVR en Mérida".
Maleante express
En noviembre de 2004, Roger Vivas decidió salir de
Venezuela luego de haber pasado al menos tres meses en la
clandestinidad. Ya en 2003, cuenta, "pedí protección porque no
podía ni ir al Consejo Legislativo, no podía atravesar la plaza
Bolívar de Mérida. En una oportunidad los círculos bolivarianos
me golpearon, tanto que tengo un brazo todavía afectado". Su
presencia en los sucesos del 12 de abril lo hacía candidato a
una imputación: "Tanto Florencio Porras como el diputado Renny
Pedreáñez decían que se encargarían de que yo fuera directo a la
cárcel de Lagunillas y de que allí me violaran. Hasta que recibí
una llamada de alerta desde Ca racas".
Vivas salió de Venezuela rumbo a Cúcuta y de allí pasó a Bogotá,
desde donde tomó un vuelo a Miami a comienzos de este año.
Eligió esta ciudad porque aquí le esperaba el apoyo de una hija
que hace más de diez años vive en Estados Unidos. Y ahora le
ayuda un paisano: "Estoy durmiendo provisionalmente en casa de
un venezolano, un tachirense, por cierto. Ahí duermo, porque esa
no es mi vivienda. Aquí una especie de anexo puede costar, el
más barato, 400 a 500 dólares. Y yo no gano eso, no he
conseguido trabajo. Me he mantenido con lo poco que traje de mis
ahorros. Pero eso se acabó. El primer consejo que me dieron
cuando llegué fue que no gastara lo poco que había traído. Pero
es imposible, ¿cómo comes?, ¿cómo te movilizas? El idioma ha
sido una limitante terrible. He presentado mi currículo y les
parece interesante, pero el idioma me mata. Entonces tienes que
morir siendo obrero o haciendo delivery. Me ha tocado hacer de
mesonero en fiestas privadas gracias a un amigo argentino.
También he hecho cobranzas para otro amigo que me da algo por
ese servicio".
Ya con su permiso de trabajo, una buena puerta parece abrirse:
"Hace una semana que estoy entrenándome en el sistema de la
emisora de radio La Poderosa 670 AM. Pareciera que voy a tener
trabajo allí. Dios quiera".
Ayudado por una abogada de origen centroamericano _"que
afortunadamente se interesó por mi caso y no me quiso cobrar ni
un dólar"_, Vivas presentó una sólida solicitud de asilo que
evidenció el "miedo creíble de persecución" con pruebas
gráficas, muestras de amenazas y hasta el relato de que se había
pagado a un sicario para asesinarlo tras la denuncia de un
hallazgo de armas: "Hace un mes me llegó el asilo". Pero esta
historia tiene otros flancos trágicos: "Dejé a un bebé de 16
meses de nacido, Juan Antonio. Y no puedo volver al país. Esto
es muy duro, esto es muy arrecho aquí".
Además de la acusación recién formalizada por rebelión, Vivas se
enteró de que desde mediados de año su nombre figura en el
registro policial de San Antonio del Táchira como solicitado por
"complicidad en atraco a bancos, narcotráfico y violación de
menores. En otras palabras, me convertí en un delincuente
peligroso en cuestión de días"._OM