Varios reportajes de El Universal sobre los exiliados

En exilio
A Francisco Volcán, un venezolano común, Inglaterra le otorgó asilo político por considerar que en Venezuela sí existe persecución política

GIULIANA CHIAPPE

EL UNIVERSAL

El nombre de Francisco Volcán puede decirle muy poco a la mayoría de los venezolanos. Son escasos los interlocutores que pueden ofrecer algo más que una mirada de despiste cuando les preguntan por él. Incluso en los buscadores del ciberespacio se torna difícil encontrar un par de párrafos que cuenten su historia.
Pero Francisco Javier Volcán Ramírez, para más señas, tuvo mucho que decir y que contar en Londres, donde convenció a las autoridades de otorgarle asilo como perseguido político del gobierno de Hugo Chávez. Le fue concedido porque las autoridades británicas determinaron que el Estado venezolano no puede garantizar, e incluso puede llegar a romper, el respeto a los derechos humanos que contemplan las legislaciones internacionales.

Así que Venezuela, de ser un país cobijo, albergue, amparo, de otrora refugiados políticos, pasó a ser origen de ellos. Y, ante los jueces internacionales, a pintarrajearse con características de lo que se denomina Estado Forajido.

Un refugiado como cualquiera
Lo particular de Francisco Volcán es que no se trata de un Pedro Carmona o un Carlos Ortega, hartamente conocidos en el proceso político local. Es el caso de un venezolano de 36 años, técnico superior en Organización Empresarial, vecino del kilómetro 4 de El Junquito, integrante del movimiento Gente de Pueblo (el mismo de Carlos Melo) que promovía el voto revocatorio en los barrios del oeste caraqueño.

Durante el paro, formó parte del grupo de Seguridad de Carlos Ortega y Patricia Poleo. Pese a su bajo perfil público, o precisamente por ello, fue perseguido y acorralado por la policía política, recibió amenazas telefónicas e incluso vio morir a amigos cercanos, según su propio testimonio.

Volcán habla, ahora, desde su casa en Newcastle, ciudad ubicada al norte de Londres. En sus palabras se amalgaman decepción, agradecimiento y alivio. Se entremezclan malos recuerdos, experiencias desagradables y decisiones favorables. Se vierten toneladas de esperanza sobre el futuro personal mientras contempla, forzosamente desde lejos, el turbio panorama venezolano.

Volcán recuerda claramente el día que estalló el infierno: el 24 de agosto de 2003, cuando se entregaron, ante el CNE, aquellas primeras firmas contra el presidente Chávez. "Desde Miraflores nos declararon objetivo político, y aunque después anularon las firmas, la persecución continuó. Al mes y medio del acto, uno de los coordinadores del grupo fue golpeado y baleado. Es Luis Eduardo Goncalves, hoy en situación de asilo en Estados Unidos".

Miedo tenían, dice, pero estaban tan esperanzados con el referendo que "nos echamos Dencorub y seguimos adelante". La persecución era constante, a cualquier hora llegaban a su casa funcionarios policiales a amedrentar, lo marcaban en restaurantes, lo interceptaban con camionetas amarillas sin placas. "En febrero de 2004 acudí dos veces al Ministerio Público, y fui atendido por la fiscal 86 nacional, Esther María Pucci, que investigó mi caso y me dijo que en la Disip me acusaban de ser el brazo armado de Carlos Melo. Pero será armado de banderas, pancartas y pitos, porque yo no cargaba armas".

Los nervios se duplicaban en la pareja Volcán: "Mi esposa estaba en crisis. Llegó a decirme que resolvía definitivamente las cosas o compraba ya la urna para mí". Eso fue después que mataron, de cinco tiros, a uno de sus amigos más cercanos, Manuel Campos. A Volcán lo acababan de dejar en la parada del bus cuando ocurrió el ataque.

La decisión de marcharse la tomaron después del referendo. "Ni mi esposa ni yo habíamos salido nunca de Venezuela. Decidimos venir a Londres porque tenemos unos amigos aquí. Los llamamos y nos ofrecieron su casa. Buscamos asesoría de la asociación VIVE, de Alfredo Romero y Mohamad Merhi, quienes nos ayudaron a escribir cartas y presentar documentos sobre nuestra situación".

Con sus amigos apenas estuvieron una semana. Enseguida, el Gobierno británico los envió a un "hotel de refugiados" donde debían firmar asistencia diaria y compartir con exiliados de todo el mundo. "Fue una experiencia horrible. Había iraquíes baleados, africanos que comían sobre la mesa en el comedor común, gente muy distinta a nosotros. Allí estuvimos desde el 24 de noviembre hasta principios de enero. Cuando el caso pasó a un tribunal, nos mudaron a un apartamento en Newcastle. Mucho mejor...".

Por esto y por aquello
La sentencia favorable a los esposos Volcán fue promulgada el 20 de junio de 2005. Al decir del juez, el "solicitante" (Volcán) cumple cinco condiciones: se encuentra fuera de su país por miedo a ser maltratado; el maltrato que temía era suficientemente grave como para considerarlo persecución; su miedo de persecución era bien fundamentado; la persecución respondía a una de las causas establecidas en la Convención Internacional de DDHH (en este caso, opinión política) y el solicitante estaba incapacitado, o debido al miedo, renuente a buscar protección en su propio país.

El juez dijo más, fundamentado en el Reporte que el Departamento de Estado de EEUU presentó sobre Venezuela el 28 de febrero de 2005, donde se habla de torturas, violaciones a derechos humanos, actos ilegales por parte del Gobierno, ataques verbales protagonizados por Hugo Chávez, presuntos ajusticiamientos extrajudiciales y sucesos violentos como los ocurridos en los terribles días que los venezolanos bautizaron como La Guarimba.

Antecedente firme
Aunque es, todavía, una diáspora tímida, la condición de perseguidos políticos de algunos venezolanos ya es reconocida formalmente en diferentes países. Y la sentencia del tribunal londinense que otorga asilo a Volcán es un antecedente firme en pro de los demás refugiados del régimen de Hugo Chávez, según Alfredo Romero, abogado miembro de VIVE y de Fuerza Integradora.

"Esta sentencia confirma lo planteado ante instancias internacionales: El clima de persecución política y los actos ilegales de amedrentamiento e intimidación del Gobierno actual", afirma Romero.

Volcán no es el único venezolano que ha huido por sentirse víctima de la persecución política. En VIVE, manejan los casos de familiares de víctimas del 11 de abril, de activistas de plaza Francia, de miembros de partidos políticos, que son pocos conocidos en la opinión pública. Los que han logrado salir se han refugiado, en su mayoría, en España y Estados Unidos.

"El de Volcán es un antecedente firme para casos similares de persecución política. En VIVE hemos recibido denuncias importantes de torturas, que han sido presentadas ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya. Tenemos denuncias que han sido comprobadas dentro de lo razonable y que tienen elementos en común", explica.

Este surgimiento de exiliados políticos venezolanos va en contra de la tendencia mundial. Según cifras de Acnur, la organización de las Naciones Unidas para los refugiados, el número total de solicitantes de asilo en 2004 fue el más bajo desde 1998, reportando 368 mil personas en esta situación. Y a Europa nunca habían llegado tan pocos refugiados desde 1986.

Mientras tanto, Volcán inicia una nueva vida, bajo la condición de refugiado político venezolano. El gobierno británico les facilita la adaptación: "Ya machucamos el inglés porque estudiamos el idioma en Cambridge y tenemos empleo (suministrado por las autoridades). Por ahora, trabajo en un almacén de alfombras pero cuando mejore mi dominio del idioma, mejorarán también los oficios que me asignen. No podemos salir de Gran Bretaña, y menos volver a Venezuela, durante cinco años pero al menos estamos vivos. Y por eso, le agradeceré todos los días al gobierno inglés y a la organización VIVE porque, si no fuera por ellos, estaría muerto".

gchiappe@eluniversal.com

En exilio II
En 1999, Estados Unidos otorgó asilo por persecución a sólo 13 venezolanos. En 2004, concedió 1.204. En sesis años, hasta octubre del 2005, los refugiados pasan de 2.149, la mayoría por razones políticas

OSCAR MEDINA

ENVIADO ESPECIAL/EL UNIVERSAL

Miami._ El diácono interrumpe brevemente su almuerzo y clava una mirada entre dura y compasiva en el visitante. Ya está más que acostumbrado a la presencia de latinos que preguntan por el padre Peter. "¿Pero lo buscas para pedir ayuda con el asilo o qué?", pregunta. Y dispara la negativa al saber que el asunto es periodístico: en esta iglesia no se dan declaraciones a la prensa porque _explica_ "esta es una labor religiosa y humanitaria". Fin de la conversación, el diácono vuelve a su plato.

Celosos de su trabajo, el equipo de la "Protocatedral de las misiones apostólicas de Cristo" _en el 261 de la calle 23 (NE) de Miami_ no oculta, sin embargo, las estadísticas de su éxito ayudando a quienes salieron de sus países en viajes sin boleto de retorno. Y los venezolanos se revelan como un boom: en 2003 las autoridades de inmigración estadounidenses otorgaron asilo a 346 venezolanos que buscaron la ayuda de esta iglesia (la cifra de colombianos fue de 520); en 2004 obtuvieron el beneficio 785 venezolanos y 600 colombianos; y entre enero y septiembre de 2005 ya se habían concedido 443 asilos a naturales de la República Bolivariana y a 340 colombianos.

El ejemplar más reciente de una rústica publicación de la iglesia añade una hoja con las "buenas noticias" parciales de octubre: otros 50 venezolanos y 18 colombianos lograron asilo en Estados Unidos.

Estos 493 paisanos que ya obtuvieron la condición de refugiados en lo que va de año, no son los únicos.

La estadística oficial de la Citizenship and Inmigration Services (USCIS) amplía el panorama. Al cierre del año fiscal 2004, la USCIS recibió 1.418 solicitudes nuevas de asilo para venezolanos y se reabrieron otros 14 casos. Finalmente, 1.204 personas recibieron respuesta positiva directa de los oficiales de inmigración y 734 casos fueron referidos a una instancia superior.

El incremento de solicitudes habla por sí mismo: en 1999 hubo 18; en el 2000 hubo 23; en 2001 ya eran 39; en 2002 fueron 67; y en 2003 sumaron 305.

Crea fama
En la "protocatedral" de la calle 23 tienen un dibujo claro de por qué están huyendo los venezolanos. A Chávez lo identifican como el gran articulador del movimiento socialista-comunista latinoamericano, apadrinado por el dictador Fidel Castro, con las arcas llenas de petrodólares y apertrechándose de armas para consolidar lo que califican como una dictadura en marcha que aplasta todo signo de oposición interna: "Gracias a Dios muchos venezolanos se salvan ganando asilo en Miami".

Más allá de esta apasionada visión eclesiástica, la abogada Linda Osberg-Braun, experta en materia de inmigración, concede que en Estados Unidos las autoridades ya manejan la percepción de que Venezuela no es un lugar donde la justicia _y algunas otras cosas_ funcione correcta e imparcialmente: "Las autoridades estadounidenses están comparando a Chávez con Castro. Están observando cómo Chávez toma los mismos pasos que Castro, pero de manera menos severa y lentamente. Está terminando con la industria en general y está dejando que se vaya la gente con mayor nivel de educación. Está armando una base sólida y leal a través de planes básicos, de repartición de comida y ayuda médica a personas muy pobres a quienes necesita como apoyo, mientras les quita otros derechos civiles".

Osberg y su socia Florence Chamberlin manejan numerosos casos de venezolanos en Florida: "Antes nunca se oía de personas venezolanas pidiendo asilo", advierte Osberg: "Yo diría que se ha duplicado el número de clientes venezolanos que atendemos. Y de ese total, entre 10% y 20% son casos de asilo y el resto tiene que ver con solicitudes de visas de no inmigrante, que también han tenido un incremento. El asilo es una medida drástica, porque no puedes regresar a Venezuela, así que los venezolanos también están optando por otros tipos de visa".

Chamberlin hace una precisión: "Mucha gente prefiere aplicar por el asilo, aun cuando en principio son elegibles para otros tipos de visa. Lo que buscan es un nivel de seguridad más alto en el caso de que el gobierno de Chávez intente posteriormente usar el mecanismo de la extradición. Y especialmente los cubanos con nacionalidad venezolana tienen mucho más miedo a esto porque piensan que Venezuela los puede extraditar a Cuba".

El abogado Kurt Hermanni, de la firma Inmigration Law Group, coincide en la apreciación del incremento: "De acuerdo con mi experiencia y a la de los abogados de la American Inmigration Lawyers Association, puedo decir que sí se ha incrementado el asilo a venezolanos. Y también de personas del Medio Oriente".

Según Hermanni, a los casos políticos de venezolanos se suman otros que tienen que ver más bien con persecución por orientación sexual y falta de atención por parte del Estado en el caso de personas que son HIV positivos. Claro, el factor político puntea: "Se tiene que comprobar con evidencias o por sus propias palabras ante un juez o un oficial de inmigración, que tienes un miedo creíble de persecución. Ese miedo tiene que ser razonable. En el caso de Venezuela personas de la oposición han recibido asilo porque han demostrado ese miedo creíble de persecución. Algo similar pasa con los colombianos, aunque es diferente porque ahí el miedo no es por el gobierno, sino que el gobierno no puede detener la persecución de individuos por parte de la guerrilla".

¿Cómo hago?
En esencia, para solicitar asilo hay que tener un caso serio y documentado que demuestre ese miedo creíble de persecución por razones políticas, religiosas, culturales o étnicas. La recomendación profesional es que la persona haga la aplicación estando legalmente en Estados Unidos y que asuma con seriedad el proceso y sus consecuencias: puede ser costoso si lo hace a través de abogados, debe estar consciente de que no podrá regresar a Venezuela y de que si pierde el caso _hay varias instancias de apelación_ son altas las probabilidades de que sea deportado. "A quien no tenga un caso legítimo, un caso fuerte, no le será fácil ganar. No es una cosa tan sencilla como dicen por ahí", advierte Hermanni: "El análisis de los casos de venezolanos está siendo estudiado cada vez con más detenimiento, porque implica muchas cosas políticas".

El procedimiento es más o menos estándar: se presenta la aplicación ante las autoridades que fijarán una fecha para una entrevista directa con un oficial de inmigración que estudia el caso por escrito y mediante un encuentro cara a cara. Si ese oficial encuentra suficientemente sólida la argumentación, por vía administrativa puede conceder el asilo. De lo contrario, puede remitirlo a un juzgado. Las respuestas negativas son susceptibles de apelación y pueden pasar años hasta que llegue el momento del último "no". Pero durante ese tiempo el solicitante _si entró legalmente al país_ permanece en libertad en territorio estadounidense. Al transcurrir 150 días de formulada la aplicación, el aspirante recibe permiso de trabajo.

Además de la opción de la iglesia o de acudir directamente a un abogado experto, el aspirante a asilado puede encontrar orientación en organizaciones de venezolanos asentados en Florida como Orvex e Ivac (orvex.org, ivac.org), que además ya están empezando a hacer lobby para lograr que el gobierno estadounidense conceda beneficios _al menos temporales_ para los venezolanos que intentan radicarse en ese país, al estilo de normativas que anteriormente beneficiaron, por ejemplo, a los nicaragüenses que huían del sandinismo.

Orvex, por ejemplo, comenzó un plan de reuniones con congresistas sensibilizados con el tema Chávez-Castro. "Queremos lograr lo que se llama DED, una protección temporal que congelaría la deportación de venezolanos en situación de ilegalidad. Es como un tiempo de gracia de al menos 16 meses", explica Elio Aponte, presidente de Orvex: "Es un beneficio que puede otorgar de un plumazo el Presidente. Además, para el año próximo estamos proyectando una especie de firmazo para presentar la solicitud directamente a Washington".

Por estos días está a punto de comenzar operaciones en Miami una nueva organización encabezada por el presidente de Unapetrol, Horacio Medina, quien está tramitando su asilo.

"Aquí quien llega no tiene la información que necesita y las cosas se van aprendiendo a los golpes", explica Medina: "Queremos además documentar las violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno venezolano para que se entienda en el mundo cuál es la realidad del país". Aún sin nombre, este es un proyecto hermanado con la asociación civil Familias Unidas (Funac.org) que opera desde Caracas.

Funac, explica su coordinadora Maritza Casas, aspira a convertirse "en una plataforma que preste ayuda a los perseguidos y presos políticos, a la gente que está en la clandestinidad, a los exiliados, a quienes salieron del país por persecución y dar orientación para las solicitudes de asilo en Estados Unidos".

ommedina@eluniversal.com

HORACIO MEDINA

"Los venezolanos sabemos resolver"

La decisión de salir de Venezuela rumbo a Miami la tomaron en menos de 24 horas. Horacio Medina y Edgar Quijano, los conocidos líderes de Unapetrol, llegaron a la conclusión de que era inútil aspirar a dar la pelea en el campo legal.

En febrero de 2003 se les libró orden de captura y pasaron a la clandestinidad hasta que en junio el Tribunal Supremo dejó sin efecto la medida. "Pero el 21 de diciembre de 2004 el mismo fiscal inmoral José Benigno Rojas solicitó una nueva medida privativa de libertad en contra de Juan Fernández, Mireya Ripanti y en mi contra, acusándonos con un expediente que sólo tenía declaraciones parcializadas".

Nuevamente a la sombra, Medina entendió en marzo de 2005 que ya se habían agotado los recursos en tribunales: "Mis opciones eran seguir en la clandestinidad o salir del país. Y salí por Colombia. Allí dimos varias vueltas hasta que ingresamos de manera legal a Estados Unidos".

Al llegar a Miami un amigo les prestó ayuda para conseguir hospedaje: un aparto-hotel en el que vivieron durante tres semanas. Luego pasaron a un apartamento en Miami Beach del que fueron desalojados porque el edificio fue declarado inseguro. Ahora ocupa un departamento prestado por unos amigos, pero que ya muy pronto deberá desocupar.

"Nosotros hacemos entregas de sobres bancarios y paquetes. Con eso tenemos un mínimo de ingresos, para gasolina y los gastos menores. Pero con lo que he subsistido básicamente es con los ahorros que tenía luego de 25 años en Pdvsa. Con eso y con la ayuda solidaria de los amigos".

El 13 es la cosa
Estamos en una mesa del Café Canela, un pequeño comedero venezolano en Weston, propiedad en parte de una ex alta funcionaria del CNE, en el que cocina el ex tercera base del Magallanes, Dimas Gutiérrez, y en el que atiende otra compañera de Medina de los tiempos de Pdvsa. En otra mesa está Maritza Casas, su esposa, y en una silla de ruedas está su madre: "Tenía casi un año sin ver a mi mamá. Ella tiene ya 80 años y padece de diabetes y alta tensión. Le pedí a mi esposa que la trajera de visita".

Vista así, la vida en Miami se va despojando de apreciaciones erradas: Medina está aquí solicitando asilo y su caso depende de la decisión de un juez a quien le verá la cara el 13 de abril del año próximo. En Caracas permanecen 5 hijos de dos matrimonios y una esposa que tras la orden de captura contra Horacio y un allanamiento a su casa, encontró que la empresa privada en la que trabajaba había decidido prescindir de sus servicios.

Y está otra situación ya conocida: el carcinoma en la lengua por el cual fue operado _y ayudado por mucha gente_ el pasado 6 de septiembre: "Me deprimí por 24 horas, pero después eso no ha vuelto a ocurrir. Sentí una fuerza interior muy grande proveniente de todo ese apoyo que me dieron tantos venezolanos y el de mi propia familia".

Asesorado por un abogado, Medina preparó durante casi dos meses su solicitud de asilo y la presentó en junio. Pero el oficial de inmigración que le hizo la entrevista _primer paso del proceso_ argumentó que tenía que pasar a un juzgado, una medida común en los casos de personajes de mayor notoriedad pública del antichavismo: el peso político de la decisión se debe asumir en instancias superiores.

"Tuve la cita en la corte el 13 de septiembre y obtuve la audiencia para el 13 de abril de 2006. De acuerdo con la norma, ya a partir del 13 de diciembre puedo obtener el permiso de trabajo y la tarjeta de seguro social".

Eso indica que durante este tiempo no ha podido trabajar de manera regular: "Yo me crié en el 23 de Enero. Toda esa mentira que se armó en Venezuela sobre los trabajadores petroleros vistos como oligarcas forma parte de la estrategia de los gobiernos totalitarios que es calumniar, porque eso hace que quede la duda en las personas. Mi mamá es emigrante de España, perseguida durante la guerra, y llegó a Venezuela y empezó desde cero. Eso hizo que yo tuviera que enfrentar y hacer muchas cosas para poderme graduar. Fui repartidor, lonchero, pintor, cobrador, zapatero. Mil cosas hice, por eso no tengo ningún problema en volver a empezar. A mí no me da pena decir que he hecho transfers y delivery, yo lo digo abiertamente. Seguramente, cuando tenga la oportunidad de trabajar legalmente, me va a ir mucho mejor porque nosotros sabemos resolver y esa es la gran ventaja de los venezolanos adondequiera que vayan en el mundo"._OM


MARTIN PEREZ
"Asumí el riesgo de volver a empezar"

La primera en volar a Estados Unidos fue la hija mayor, Mercedes Pérez: "Porque su esposo, Francisco Noguera, quien trabajaba en el Ipsfa, fue amenazado y acosado por presentar oposición a la situación que se vivía en el país. Se vinieron en diciembre de 2002, justo en la época del paro".

Ahora Martín Pérez, su esposa y sus dos hijos menores de edad viven "al norte de Miami" ya con la condición de asilados concedida el 8 de agosto pasado. "En este momento estoy más convencido de que esa fue la decisión adecuada ante un régimen de ese tipo. Antes de ver caer muerto a uno de mis hijos o de vivir arrodillado prefiero volver a empezar, aunque no por eso pierdo el deseo de ver a mi patria libre".

¿Y quién es este Martín Pérez que habla de esa manera? Desde 1983 su nombre formaba parte de la nómina de la industria petrolera, es graduado en Administración Comercial y tiene un master en tecnología gerencial. Para el momento del paro petrolero, Pérez ocupaba el cargo de asesor mayor general de sistemas financieros de Pdvsa "y estaba a cargo del desarrollo de nuevas tecnologías y todo lo que tuviera que ver con SAP".

¿Y qué hizo este Martín Pérez? Lo mismo que muchos de sus entonces compañeros de la industria: "Participamos en todas las manifestaciones con Gente del Petróleo y Unapetrol, hasta el momento en que definitivamente fuimos echados a un lado. Todos estábamos convencidos de que lo hacíamos por la libertad, por nuestro país, hasta que en el referendo las luchas por el poder de los diferentes grupos de oposición hicieron inviable toda salida democrática, constitucional y pacífica".

Pérez, quien además participó activamente en las protestas de la plaza de Altamira, se vio en una difícil situación: "Toda la Gente del Petróleo ha sido amenazada, el Gobierno ha buscado el asesinato físico, moral y psicológico de todos, poniéndonos como traidores y terroristas. Desde el punto de vista moral, porque castró nuestras carreras. Y psicológico porque toda esa campaña propició, incluso en los niños, una situación de mucha inestabilidad. Eliminó nuestros seguros y, en el caso de mi esposa que padece una enfermedad incurable, nos negaron el derecho a la salud. Y nos eliminaron el derecho al trabajo porque presionaron para que nadie nos contratara. Además, hubo amenazas directas, llamadas, seguimiento, una vez cortaron el cable de teléfono de mi apartamento y hasta nos pincharon los cauchos del carro en el apartamento donde vivíamos en La Urbina".

La elección
Luego de dos años sin empleo, aniquilando los ahorros y sin perspectivas de mejoría alguna, en enero decidió explorar opciones en Miami. Estando aquí su esposa recibió el mensaje de un buen amigo que le indicaba que era mejor que no regresara a Venezuela.

Y a empezar en tierra ajena: "Los de Pdvsa, pese a que dicen que somos gente de narices muy levantadas, venimos de hacer nuestras carreras a punta de trabajo y estudios. Aquí ahora hago trabajos de carpintería, algo que aprendí como hobby desde niño y ahora me sirve de algo. Ya también, con otros compañeros, estamos haciendo mantenimiento de sistemas de computación. Aunque ahora estoy buscando un poco más en mi área.

En algún momento fui al Programa de Ayuda al Asilado (SAVE) donde entregué mi documentación para que me ayudaran a conseguir empleo. Pero ellos no están preparados para el nivel de formación que tenemos los de Pdvsa. Sin embargo, con lo que consigo hacer, alcanza para cubrir los gastos básicos y ya mis hijos están tranquilos, algo que no podía decir dos meses atrás porque fue en septiembre cuando finalmente recibí el permiso de trabajo".

Una de las abogadas que le asesoró durante el proceso de solicitud, Florence Chamberlin, explica que "Martín es elegible para varios tipos de visa, pero pidió el asilo porque quiere más protección".

La visión que Pérez tiene de la situación venezolana explica que haya optado por la decisión más drástica: "Soy amenazado y el Estado que se supone me debe proteger me acusa de ser traidor a mi patria, ¿qué puedo esperar de eso? En Venezuela por salir a la calle a expresar tu opinión eres tiroteado, amedrentado y las fuerzas policiales no te protegen".

"Teníamos dos alternativas: esperar a que nos asesinaran lentamente en ese proceso político o correr el riesgo de volver a empezar. Y eso fue lo que escogimos"._OM


ROGER VIVAS
"Me convertí en un delincuente peligroso"

Que se enteren los fiscales que lo andan buscando en estos días para imputarlo por "la presunta comisión del delito de rebelión civil" por lo sucedido en el Palacio de Gobierno de Mérida el 12 de abril de 2002: Roger Vivas está en Florida amparado bajo el estatus de asilado concedido por las autoridades de inmigración estadounidense.

En una cafetería de Biscayne Boulevard, el ex diputado, locutor y articulista de prensa merideño muestra una carpeta en la que acumula las escandalosas denuncias que, según él, le granjearon enemigos de peso pesado en el chavismo: para empezar, el general Jorge Luis García Carneiro, a quien Vivas denunció "por la corrupción en el Plan Bolívar 2000 cuando él era el jefe de la 22 Brigada en Mérida".

Cuenta Vivas que el uniformado se presentó tanto en Radio Universidad como en el diario Cambio de Siglo a pedir que se le quitaran los espacios que en ambos mantenía el diputado. La enumeración de casos que muestra Vivas pasa también por denuncias sobre el fraude electoral en las regionales, el "extravío" de 2.600 millones de bolívares destinados a atender la emergencia causada por las lluvias en 2001, la presencia de cubanos en posiciones de poder, los vínculos de figuras del chavismo con la guerrilla colombiana, la cedulación ilegal de colombianos y hasta un acto de "corrupción por 481 millones de bolívares cometido por uno de los protagonistas del 4F, el mayor del Ejército Rubén Avila, cuyo padre es la máxima autoridad del MVR en Mérida".


Maleante express
En noviembre de 2004, Roger Vivas decidió salir de Venezuela luego de haber pasado al menos tres meses en la clandestinidad. Ya en 2003, cuenta, "pedí protección porque no podía ni ir al Consejo Legislativo, no podía atravesar la plaza Bolívar de Mérida. En una oportunidad los círculos bolivarianos me golpearon, tanto que tengo un brazo todavía afectado". Su presencia en los sucesos del 12 de abril lo hacía candidato a una imputación: "Tanto Florencio Porras como el diputado Renny Pedreáñez decían que se encargarían de que yo fuera directo a la cárcel de Lagunillas y de que allí me violaran. Hasta que recibí una llamada de alerta desde Ca racas".

Vivas salió de Venezuela rumbo a Cúcuta y de allí pasó a Bogotá, desde donde tomó un vuelo a Miami a comienzos de este año. Eligió esta ciudad porque aquí le esperaba el apoyo de una hija que hace más de diez años vive en Estados Unidos. Y ahora le ayuda un paisano: "Estoy durmiendo provisionalmente en casa de un venezolano, un tachirense, por cierto. Ahí duermo, porque esa no es mi vivienda. Aquí una especie de anexo puede costar, el más barato, 400 a 500 dólares. Y yo no gano eso, no he conseguido trabajo. Me he mantenido con lo poco que traje de mis ahorros. Pero eso se acabó. El primer consejo que me dieron cuando llegué fue que no gastara lo poco que había traído. Pero es imposible, ¿cómo comes?, ¿cómo te movilizas? El idioma ha sido una limitante terrible. He presentado mi currículo y les parece interesante, pero el idioma me mata. Entonces tienes que morir siendo obrero o haciendo delivery. Me ha tocado hacer de mesonero en fiestas privadas gracias a un amigo argentino. También he hecho cobranzas para otro amigo que me da algo por ese servicio".

Ya con su permiso de trabajo, una buena puerta parece abrirse: "Hace una semana que estoy entrenándome en el sistema de la emisora de radio La Poderosa 670 AM. Pareciera que voy a tener trabajo allí. Dios quiera".

Ayudado por una abogada de origen centroamericano _"que afortunadamente se interesó por mi caso y no me quiso cobrar ni un dólar"_, Vivas presentó una sólida solicitud de asilo que evidenció el "miedo creíble de persecución" con pruebas gráficas, muestras de amenazas y hasta el relato de que se había pagado a un sicario para asesinarlo tras la denuncia de un hallazgo de armas: "Hace un mes me llegó el asilo". Pero esta historia tiene otros flancos trágicos: "Dejé a un bebé de 16 meses de nacido, Juan Antonio. Y no puedo volver al país. Esto es muy duro, esto es muy arrecho aquí".

Además de la acusación recién formalizada por rebelión, Vivas se enteró de que desde mediados de año su nombre figura en el registro policial de San Antonio del Táchira como solicitado por "complicidad en atraco a bancos, narcotráfico y violación de menores. En otras palabras, me convertí en un delincuente peligroso en cuestión de días"._OM

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