Presentación Del Canciller
Roy Chaderton Matos
Durante La Sesión Protocolar Del Consejo Permanente
De La Organización De Estados Americanos
Washington, D.C
19 de agosto de 2002
Señor Presidente
Señor Secretario General
Señoras y Señores.
En nombre de todos los demócratas venezolanos y de su Gobierno legítimo,
encabezado por el ciudadano Presidente Hugo Chávez Frías, presento en este foro
de las Américas nuestro reconocimiento por las sucesivas expresiones de respaldo
a la democracia representativa y participativa de la República Bolivariana de
Venezuela, contenidas en la Resolución del Consejo Permanente en Sesión
Extraordinaria del 13 de abril de 2002, en la Resolución de la Asamblea General
Extraordinaria en el marco de la Carta Democrática Interamericana del 18 de
abril del mismo año y en la "Declaración sobre la Democracia en Venezuela"
propuesta por nuestro Representante Permanente ante la OEA, Embajador Jorge
Valero, aprobada por aclamación en la Asamblea General, celebrada en Bridgetown,
Barbados y más recientemente la Resolución del Consejo Permanente en "Apoyo al
Proceso de Diálogo en Venezuela" del 14 de agosto. Gracias por sus inequívocas
palabras de solidaridad con nuestro pueblo y nuestra legitimidad, frente a las
amenazas golpistas y desestabilizadoras que intentaron e intentan usurpar la
voluntad popular en nuestra patria.
Nuestras relaciones con Colombia, con estímulo oficial, y también de manera
espontánea crecen y mejoran día a día en medio de su no siempre comprendida
complejidad; sin embargo, hay un espacio donde vamos en un rumbo de colisión.
Algunas colombianas y colombianos se convencieron de que Gabriel García Márquez
encontró en Colombia el suelo fértil para que germinase el realismo mágico.
Nosotros disputamos esa fantasía y afirmamos que fue Venezuela, donde vivió
muchos años de su maduración intelectual, la que le presentó el estallido de
colores, sonidos, aromas, fantasías y emociones que, a manera de cronista pintó
con tinta de imprenta y le abrió paso a un Premio Nóbel adornado con liquilique,
nuestro traje nacional.
Sin el realismo mágico venezolano no podríamos hoy concebir los fantasmas que de
manera planificada, organizada y bien respaldada, asaltaron las instituciones
democráticas de Venezuela y las destruyeron temporalmente, violaron derechos
humanos fundamentales, fracasaron por la reacción popular y militar y se
desvanecieron como si nunca hubiesen existido.
El Presidente de Venezuela fue secuestrado, incomunicado, paseado por
guarniciones, bases e islas del Caribe venezolano, bajo una latente amenaza de
muerte, mientras un gobierno golpista se juramentaba en medio de los desbordados
vítores de conspicuos miembros de nuestra antigua clase dirigente, la cual en su
momento, había sido substituida por los medios más legítimos y democráticos en
repetidas elecciones y en presencia de los más calificados observadores
internacionales.
Ocurre que en nuestra tierra mágica tuvimos un Presidente secuestrado sin
captores, encarcelado sin carceleros, unas autoridades auto juramentadas sin
usurpadores, parlamentarios, gobernadores y alcaldes atrapados y aporreados sin
linchadores, es decir, responsabilidades sin responsables, asaltos sin
asaltantes y violaciones sin violadores. Cómo entonces sorprendernos invirtiendo
la lógica de esa secuencia, al encontrar a jueces sin justicia? No hay
responsables. No hay responsabilidades. Sólo fantasmas en la enfebrecida
fantasía garciamarquiana.
Montaje tras montaje y medio de comunicación tras otro, se ha tratado de
convencer a los venezolanos y a la comunidad internacional de que al frente de
nuestro país está un feroz y sanguinario dictador híbrido de Hitler y Stalin.
Todas las mañanas, algunas de nuestras televisoras comerciales presentan a una
mayoría de invitados opositores -a quienes se une el propio entrevistador
parcializado- y con el índice levantado y expresión iracunda, nos anuncian que
en Venezuela no hay libertad de expresión para luego regresar seguros y
confiados, como debe ser, a sus hogares y despachos en pleno ejercicio de sus
derechos constitucionales. Se ufanaban antes del golpe de que iban a sacar al
Presidente mientras prometían un espacio político para los chavistas. Fracasaron
en lo primero y mintieron en lo segundo. Secuestrado el Jefe de Estado, abolida
la Constitución y disueltos todos los Poderes Públicos, sentimos muy de cerca,
el aliento de la dictadura, a Dios gracias sólo por pocos días.
Recordemos al ladrón que huye y confunde a los peatones con el grito de "al
ladrón, al ladrón!". Hasta el 11 de abril de este año, la intensa polémica
democrática, había transcurrido sin un solo muerto ni un preso político,
situación por cierto novedosa, a pesar de una conspiración sin sonrojos, debido
a las libertades políticas ampliadas por la Constitución bolivariana. Ese día,
una multitud inicialmente pacífica, fue desviada siete kilómetros de la ruta
oficialmente autorizada, y lanzada a la toma del Palacio Presidencial para sacar
al gobernante legítimo. Se produjo una balacera donde participaron elementos
extraños y cayeron muertos como carne de cañón, compatriotas venezolanos cuya
pérdida nos afecta a todos, seguidores y adversarios del gobierno democrático.
Cuánta manipulación señor Presidente!! Al final de la marcha, los manifestantes
que ingenuamente creían que podían tomar por la fuerza el Palacio de Gobierno
eran encajonados hacia sus vías de acceso por expertos tácticos y algunos
militantes de los sectores golpistas de la derecha y la extrema izquierda,
comprometidos en la jugada. No hay ninguna foto que muestre a los líderes
fundamentales de la marcha en la fase final del asalto. Los resguardaron
oportunamente a sabiendas del riesgo premeditado y provocado.
Y es que alguien puede imaginar que en alguna parte del mundo se permita el
asalto sobre una sede de gobierno a una multitud hostil? Qué pasaría si en
Washington una multitud de manifestantes se desviara de sus límites autorizados
alrededor del Monumento Lincoln y marchase, en violación de sus permisos legales
y de manera agresiva sobre la Casa Blanca? Por qué está limitado el acceso a las
calles Downing en Londres y a otras muchas sedes de gobierno en diversas partes
del mundo? A cuántas Misiones Diplomáticas se limita el acceso de multitudes
para evitar hechos como el asalto alevoso sobre la Embajada de Cuba en Caracas
por los "victoriosos golpistas" el pasado 12 de abril? Es que ha pasado
inadvertido el intento de toma violenta de la sede del gobierno democrático en
Georgetown, Guyana, durante la Cumbre de la CARICOM por parte de manifestantes
violentos?
Señor Presidente, días de horror para Venezuela durante el gobierno golpista
entre el 11 y el 13 de abril. Acciones policiales exacerbadas y un frenesí
represivo causaron muchas bajas entre quienes salieron a la calle a pedir la
liberación del Presidente Chávez y la restauración de la democracia. Esa lista
de víctimas no ha podido ser debidamente difundida en Venezuela, hoy la presento
ante esta Organización.
Civiles, de esos civiles que aman dar golpes de Estado con bravura prestada,
utilizaron a altos militares que perdieron su carrera. Estos, se quedaron sin su
futuro profesional; aquellos gozando del amplísimo régimen y la protección
jurídica que garantiza la Constitución bolivariana, duermen tranquilos mientras
se aprestan para otra embestida inútil contra la institucionalidad. Todavía, en
su realismo mágico hilvanan el sueño de que primero vendrán los militares para
hacerles el trabajo sucio y, después, una vez consumado todo, entregarán el
poder a esos civiles golpistas para su uso, disfrute y disposición.
Insisto, si por sus frutos los conoceréis como dice el texto bíblico ¿qué
esperar de quienes en pocas horas persiguieron, apalearon, destruyeron y
lincharon?; ¿de quienes de un solo plumazo abolieron todas las instituciones
democráticas y revocaron todas las representaciones de elección libre y popular?
Mientras millones de venezolanos se lanzaban a las calles en todo el país para
recuperar la democracia junto con la Fuerza Armada, ¿qué podían ver los
observadores internacionales en las pantallas de la televisión venezolana? Tom y
Jerry, el Pato Lucas y Porky, el canario Piolín y el gato Silvestre, y también,
el Correcaminos y el Coyote. Dibujos animados, señoras y señores, mientras las
fuerzas represivas del golpismo disparaban contra nuestra gente. Pero el
inconsciente es traicionero y los dibujos animados, o comiquitas como le decimos
en casa, también representaban escenas de violencia entre los personajes de
ficción que alimentan la cultura comercializada de los niños de hoy. Mientras
Tom y Jerry intercambiaban tortazos, Silvestre lanzaba dentelladas y zarpazos
contra Piolín, Porky disparaba su escopeta de dos cañones contra el Pato Lucas
y, el inmisericorde Correcaminos le hacía tragar al desesperado Coyote su propia
bomba, se consumaba la matanza concertada por los sectores golpistas de la
oposición.
De pronto apareció en esta historia un caballero colombiano, el enviado especial
de Radio Caracol de Colombia, Antonio José Caballero, quien comenzó a decirle al
mundo la verdad que silenciaban los medios venezolanos, mientras otro caballero,
el corresponsal de CNN en Caracas, Otto Neustadt, de otro país bolivariano, el
Perú, pasó la información al mundo vía Atlanta. Así fue como pudimos saber los
venezolanos, lo que pasaba en nuestra propia casa.
El resto es historia conocida, el gobernante legítimo regresa a Palacio con
respaldo popular y militar, las instituciones democráticas son restablecidas y
los prisioneros políticos liberados, mientras que los responsables del crimen
constitucional regresan a sus casas protegidos por los derechos y garantías
consagrados en la Constitución bolivariana, que tan solo horas antes habían
pretendido suprimir.
El Presidente Hugo Chávez Frías se dirige al país para dar gracias a Dios, a su
pueblo y a sus compañeros de armas por la recuperación de la democracia,
reconoce ante la opinión pública errores cometidos, tiende la mano y extiende
sus brazos al sector democrático de nuestra oposición.
Inicia entonces el gobierno democrático un proceso de diálogo interno con
facilitación de instituciones de la comunidad internacional como el Centro
Carter, la Organización de las Naciones Unidas y la Organización de los Estados
Americanos, aunque encuentra una reacción renuente de los opositores.
Necesitamos desmontar la animosidad, oxigenar los espíritus y abrir las mentes
para poder comprometernos en un proceso de diálogo democrático, enrumbado hacia
una reconciliación que amplíe espacios comunes entre venezolanos y procure la
solución de conflictos y diferencias dentro del amplísimo marco de la
Constitución y las leyes, en el entendido de que la palabra final sobre el
destino de un país le corresponde al pueblo soberano a quien ningún compatriota
venezolano debería temer apelar.
En días recientes se intentó ofuscar el carácter pacífico y democrático del
proceso de transformaciones adelantadas en mi país. Hago referencia a la
decisión adoptada por 11 magistrados del Tribunal Supremo de Justicia que,
contrariando principios contenidos en la Constitución bolivariana y en
contravención al elemental deber de administrar justicia en nombre del poder
soberano del cual emanan sus magistraturas, inexplicable según toda lógica
jurídica, negó la posibilidad de juzgar a los imputados del delito de rebelión.
Aquí quiero hacer una pausa para aclarar a la comunidad internacional que, para
pesar de los sectores que aún persisten en su afán irracional de atentar contra
las instituciones democráticas, el Estado Constitucional venezolano contiene en
sí mismo formas y medios de autotutela y autoprotección, justamente para evitar
que actuaciones desmedidas e irresponsables de titulares del poder público
atenten contra la estabilidad democrática.
La sentencia que inventa figuras inexistentes como el vacío de poder, nos coloca
en la risible situación de pensar, como indicaría la lógica, que el Presidente
Hugo Chávez, legitimado en seis procesos electorales, derrocó al gobierno
golpista. Más allá de la comedia, el Presidente constitucional, quien fue
víctima de una privación de libertad con oscuros objetivos, entre otros la
salida de Venezuela de la OPEP, amenazado de muerte y coaccionado a una renuncia
que jamás suscribió, tiene derecho a acudir a los órganos jurisdiccionales.
Nuestro ordenamiento jurídico ofrece vías para resolver este atentado a la
justicia y a ellas recurriremos con la responsabilidad y seriedad que debe
privar en todo ejercicio del poder público, en una sociedad democrática.
En realidad, lo extraordinario que vive hoy nuestro país es la refundación de la
República, pero, estamos también refundando la democracia, sus formas y su
contenido.
Nadie piensa que sea fácil, tenemos mucho que aprender de otros países pero
también tenemos mucho que mostrar. Hoy exhibimos en nuestro texto constitucional
la consulta popular para materias de trascendencia nacional, abrimos también la
vía cierta para revocar el mandato otorgado mediante elecciones a sus
representantes.
Mostramos las bondades de una participación política cuyo ejercicio está
ampliamente resguardado en libertades y garantías civiles reconocidas en las
convenciones internacionales de derechos humanos; somos protagonistas en el
forjamiento de nuestra nueva historia, de una democracia con justicia social.
Señor Presidente, hago un llamado a mis compatriotas venezolanos de la oposición
a organizarse y procurar el apoyo del pueblo venezolano para librar sus batallas
políticas, jugando las reglas del juego democrático y a retomar expresiones
desafortunadamente desaparecidas de su vocabulario, como justicia social.
Los llamo también a comprender que el empeño del gobierno bolivariano no es
excluir a los incluidos sino incluir a excluidos, porque en la democracia
venezolana hay espacio para todos.
A la Organización de Estados Americanos, conjuntamente con el Centro Carter y la
Organización de las Naciones Unidas, le ratifico la invitación recibida de
nuestro Vice-Presidente para que nos apoyen en la facilitación del diálogo y en
los esfuerzos de reconciliación desplegados por el gobierno nacional.
Confío en que la OEA lo hará a través de personalidades con imaginación y
sensibilidad social, que no lleven cartillas burocráticas preconcebidas sino que
vayan con un sentido de solidaridad democrática y social. Recordemos bien que
las cartillas burocráticas, por ejemplo, dicen que sólo el Estado viola los
derechos humanos por lo que, un atropello de un policía venezolano contra un
ciudadano califica, mientras que los crímenes del terrorismo, como el Holocausto
súbito del 11 de septiembre, desbordarían los esquemas mentales de un burócrata
dogmático.
Es bueno también reivindicar el derecho de los líderes políticos y los Jefes de
Estado a polemizar democráticamente con los dueños de los medios de
comunicación, sin que esto deba causar alarma, porque en democracia éstos han
podido atacar, criticar, e incluso juzgar, excediendo muchas veces su rol
informativo.
En este sentido, recuerdo que hace aproximadamente dos años al salir de la sede
de la Presidencia en Caracas, el ex presidente George Bush evocó sus polémicas
con el Washington Post, el New York Times y el Ancla de la CBS, el señor Dan
Rather, porque la democracia es una vía de doble sentido, donde todos tenemos
derecho a circular.
Reivindico aquí también el concepto de democracia participativa consagrado en
nuestra Constitución. Es una forma superior de la democracia representativa
donde el representado, es decir, el soberano acompaña, apoya y controla al
representante y ejerce un rol protagónico en la determinación de su propio
destino. Hoy creamos y profundizamos niveles de participación democrática de
elevados principios igualitarios; intentamos acercarnos cada día más a la
justicia social.
Ratifico el compromiso del gobierno que represento de honrar los deberes
contenidos en la Carta Democrática de esta organización, en defensa y promoción
de la Constitución así como en la procura del respeto a los derechos humanos y
las libertades fundamentales; de ejercer el poder con sujeción al Estado de
Derecho; garantizar los procesos electorales como expresión de la soberanía del
pueblo; respetar el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la
separación e independencia de los poderes públicos, tal como expresamente está
consagrado en los artículos 2 y 3 del instrumento mencionado ut supra,
permanentemente violado por los sectores golpistas de mi país.
Aprovecho la ocasión para consignar en este espacio diversos documentos –algunos
de ellos de origen privado- que demuestran sin ambages el golpe de Estado que
alteró la continuidad constitucional en Venezuela en el mes de abril, así como
otros hechos a los cuales he hecho referencia.
Señor Presidente, represento una sociedad abierta que se enorgullece de mostrar
sus aciertos y no teme reconocer sus errores, una sociedad que debe
transformarse en paz y en democracia para alcanzar la justicia social, trilogía
de conceptos que nos hará hombres y mujeres libres a los ciudadanos de
Venezuela.
Señores de la OEA, bienvenidos a la Venezuela de Simón Bolívar, bienvenidos en
buena fe y con buena voluntad. Muchas gracias.