Por José Vicente Antonetti
Y los militares, actuaron
En días recientes circuló un
volante firmado por Alejandro Peña Esclusa, en el que tras una serie de
consideraciones le solicitaba a los militares que "actuaran ya", para lo cual
invitaba a la población a reunirse en los alrededores de la base aérea
"Generalísimo Francisco de Miranda".
Por supuesto que semejante pronunciamiento provocó la reacción del Gobierno
Nacional. Por un lado procedió a detener a Peña Esclusa y, por el otro, a
decretar "Zona de Seguridad" algunos sitios de Caracas, entre ellos la citada
base aérea. Ambas medidas, por sí solas, parecerían lógicas, por cuanto hay que
ser demasiado incauto para creer que el volante no era una invitación a un Golpe
de Estado.
El militar está formado para utilizar las armas, ese es su instrumento de
trabajo. Pedirle a un integrante de la Fuerza Armada o, mejor dicho, a los
integrantes, que se pronuncien para ponerle coto al gobierno, es llamarlos a
derrocar al Jefe de Estado. Por más explicaciones en contra que dé el Sr. Peña
Esclusa, no podrá borrar la suspicacia que sembró su convocatoria.
Hasta ahí, no hay discusión. Pero, por favor, vayamos más allá de la superficie,
para adentrarnos en la forma en que actuó el Gobierno.
Si bien es cierto que el llamado de Alejandro Peña Esclusa, ameritaba una
averiguación, por cuanto podría estar incurriendo en instigación a delinquir,
eso es muy distinto a su detención arbitraria, sin previa orden judicial ni
solicitud fiscal.
Asimismo, el que por su razón de ser algunos sitios puedan ser calificados de
"Seguridad de Estado", ello no justifica la actuación abusiva y hasta "criminal"
(en el buen sentido de la palabra) de la Guardia Nacional, en los alrededores de
PDVSA Chuao.
En primer lugar, la gente no desafió el decreto dictado entre gallos y media
noche por el Gobierno para impedir la concentración y por el contrario, se mudó
a la llamada "Plaza de la Meritocracia", con lo cual no puso en riesgo la
seguridad de la base. En segundo lugar, el grupo era demasiado pequeño para la
cantidad de efectivos que les lanzaron, incluso con tanquetas. En tercer
término, la excusa de alteración del orden público y limitación al libre
tránsito esgrimida por los militares que actuaron, fue desmontada con los
hechos.
Si alguien alteró el orden público en el sitio fue la propia guardia, incluso ha
podido provocar una tragedia por su actuación desmedida. Si alguien limitó el
derecho al libre tránsito fue también la Guardia Nacional, que todavía al día
siguiente impidió el paso de vehículos por el lugar.
Quienes en medio de su desesperación acuden al llamado a los militares, para que
finalicen el gobierno de Hugo Chávez, no entienden que ya estamos viviendo un
ejemplo de lo que sería un gobierno de militares, porque este es un gobierno
militar.
Sin decir si es bueno o malo, el militar tiene una formación muy simple: unos
mandan y otros obedecen. Así, sencillo, sin pensar, sin discutir.
Si entendemos este principio estaremos en capacidad de entender el
comportamiento de Hugo Chávez Frías. Simplemente ese señor es un militar, pero
no cualquiera, es nada más y nada menos que el jefe de los militares, el
Comandante en Jefe de la Fuerza Armada. Como su mundo ha sido el militar, carece
de la capacidad para dividir lo civil de lo castrense y por ello, a sus ojos,
todos somos su tropa.
Ahora bien, ¿acaso será diferente si tumban a Chávez? Estas semanas hemos sido
testigos de algunos ejemplos de actuación militar, no sólo en La Carlota,
también en Los Próceres, donde ni dejan manifestar, ni permiten informar.
Sí, esos a quienes algunos suplican que actúen violan dos derechos humanos y
constitucionales fundamentales: el de manifestar y el de estar informado. Y como
siempre les pregunto ¿será diferente si viene otro gobierno militar? ¿Qué más
ejemplo de lo que nos espera, que la gestión de Hugo Chávez, militar hasta las
venas?
Hagamos un poquito de memoria. Antes de juramentarse Hugo Chávez, insultó a la
Constitución que le permitió llegar a la Presidencia. Meses más tarde se valió
de su Constituyente para intervenir el Poder Judicial y amenazar con disolver el
Congreso.
Luego, publicó tres textos distintos de la Constitución, se alargó el período de
gobierno, se apropió de la libertad de escoger qué ver y oir por televisión y
radio, dictó varias leyes "habilitadas" en las que menoscabó derechos como el de
la propiedad, desconoció las elecciones sindicales y al no ser complacido ordenó
el despido de algunos Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.
Son sólo ejemplos, pocos por cierto, de lo mucho que ha ocurrido en casi cuatro
años. Lo importante es asimilar que su mente, como la de cualquier militar, no
es compleja sino sencilla. Repito, se manda y se obedece.
E insisto en preguntar ¿por qué volvió Chávez si ya se había ido? Y con su
permiso respondo: porque muchos militares disputaron quién sería el que iba a
mandar. Mandar para que los demás obedeciéramos. Si no, ¿cómo entender el
decreto Carmona que disolvió hasta el arco iris?
¿Por qué pensar que con otro militar la situación va a ser diferente, si nuestra
historia está plagada de militares, dictadores y caudillos y siempre ha sido
igual?
No amigos, con su perdón ese no es el camino. Si me preguntan la respuesta está
en nosotros, los ciudadanos, sin distingo entre civiles o militares, simplemente
ciudadanos. El día en que aprendamos a exigir nuestros derechos con firmeza,
como el 23 de enero (de este año) o el 11 de abril. Juntos, muchos, muchísimos
no habrá quien detenga nuestro clamor de eficiencia y de justicia.
Cuando llegue ese día, el Gobierno aprenderá a gobernar o se irá. Cuando llegue
ese día, no habrá ejercito que nos pare, por más que se utilicen tanquetas,
bombas lacrimógenas y oficiales abusadores. Cuando llegue ese día, no hará falta
decirle a los militares que actúen, porque no hay ejército más grande que el de
un pueblo unido y decidido.
Así que con su permiso y el del Sr. Peña Esclusa, dejen de invitar a otros a
hacer por las malas lo que debemos hacer nosotros por las buenas. ¿O es que
acaso no se han dado cuenta que ya los militares actuaron?