RESUMEN BASES PARA UN ACUERDO DEMOCRÁTICO DE RECONSTRUCCIÓN NACIONAL
5 DE JULIO DE 2002
Las múltiples expresiones de unidad que la sociedad democrática venezolana ha expresado en los últimos meses al alzar su voz de manera entusiasta y masiva en defensa de la democracia ratifican, una vez más, la fortaleza de los venezolanos y su decisión irrevocable de luchar para mantener y profundizar el sistema de libertades. Alzar nuestra voz como lo hemos hecho y como lo hacemos una vez más hoy, 5 de julio, constituye una prueba irrefutable de la férrea determinación que nos caracteriza como pueblo y demuestra cabalmente el firme propósito que nos motiva a promover, de manera pacífica y constitucional, el restablecimiento de los mecanismos institucionales que permitan resolver nuestras diferencias en un ambiente de paz, tolerancia y respeto y hagan posible el anhelado desarrollo económico, la superación de la pobreza y la realización de la justicia e igualdad a la que todos aspiramos.
Estamos conscientes de que Venezuela se encuentra asediada por graves problemas y obligada a enfrentar inmensos desafíos. La pobreza y desesperanza en la que vive buena parte de nuestra población revela la intensidad de su tragedia en índices económicos alarmantes, entre los que destacan el alto desempleo, la inseguridad y el deterioro en las oportunidades para acceder a una educación productiva y a condiciones de salud, nutrición y vivienda dignos de un ser humano. Convivimos con la injusticia, la indolencia y la impunidad y no nos acostumbramos. Padecemos los estragos de la desunión, de la violencia, la desintegración y la intolerancia y los seguimos rechazando. Observamos con angustia la fractura en nuestra Fuerza Armada y la erosión de la legitimidad de instituciones y liderazgos y no podemos sino rebelarnos.
Esta profunda crisis, nos obliga a examinar de manera urgente nuestras potencialidades como país y como ciudadanos responsables ante nuestra nación. Confrontamos una encrucijada decisiva que le exige al liderazgo nacional escoger un camino que le permita derrotar la pobreza y restablecer la confianza entre los actores políticos y el resto del país. El respeto mutuo y la sinceridad, constituyen lo fundamental para el diálogo democrático. Estamos convencidos de que sólo podremos vencer las difíciles circunstancias que nos amenazan a través de la unión de nuestras voluntades y mediante un compromiso que siente las bases de un acuerdo democrático para la reconstrucción nacional en todas sus dimensiones: económicas, políticas, sociales y morales. Un compromiso con la venezolanidad que nos permita creer de nuevo en nosotros mismos, tener fe en la posibilidad de construir una convivencia pacífica, con lo bueno y lo defectuoso que hayamos heredado, pero aceptando nuestras diferencias y celebrando nuestros acuerdos. Un compromiso en armonía con el conjunto de normas de convivencia que nos hemos dado y que incluyen preceptos jurídicos, normas de trato social y reglas económicas, políticas e institucionales. En suma, un acuerdo de unidad que repare las fracturas dejadas por estos años de pugnacidad estéril y ceda el paso a un esfuerzo de reconstrucción nacional que nos ofrezca igualdad de oportunidades para alcanzar el bienestar y la prosperidad de nuestras familias.
Las bases de este acuerdo que suscribimos expresan la voluntad de participación de la sociedad democrática en la reconstrucción del país y compromete a quienes, de modo directo e indirecto, están preocupados por el futuro que se avecina. Somos hombres y mujeres pertenecientes a organizaciones sociales, políticas, económicas e institucionales diversas. Representamos, sin exclusión alguna, los más variados propósitos que coexisten en la sociedad democrática venezolana. Rechazamos el sectarismo y la intolerancia que exhiben quienes promueven la desintegración nacional, el autoritarismo, el empobrecimiento de las mayorías y el aislamiento de Venezuela frente al mundo.
Por ello, mediante la suscripción de este compromiso y decididos a construir una plataforma democrática que rehabilite el entendimiento entre los venezolanos, aspiramos realizar los fines e ideales últimos de esta nueva era de la que somos y seremos protagonistas en el siglo XXI. Ideales republicanos que nos comprometemos a cumplir en el futuro y que esperamos trasciendan los límites de nuestra propia generación.
· El primer propósito de la reconstrucción democrática es reducir todas las formas de exclusión social para la superación de la pobreza, invocando el principio de solidaridad y comprometiendo a todos los ciudadanos en el desarrollo socio-económico y en los logros de un bienestar compartido que eleve las condiciones de vida de quienes se encuentran en situación de pobreza y restituya la calidad de vida de todas las familias de Venezuela.
· El segundo propósito de la reconstrucción democrática es recuperar la cohesión como venezolanos que habitamos una sola República y una sola Nación, mediante el reconocimiento de nuestras semejanzas y el respeto de nuestras diferencias pero con un designio compartido: la unidad nacional y soberana de nuestras voluntades para transformar el país.
· El tercer propósito de la reconstrucción democrática es reinstitucionalizar el Estado venezolano, civil y democrático, comprometido con la justicia y con el fortalecimiento de la ciudadanía. Se trata de restablecer la confianza en la función pública y garantizar el respeto irrestricto al estado de derecho y a la participación política y ciudadana.
Este compromiso que suscribimos tiene como centro de referencia la defensa y promoción de la dignidad humana establecida en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre en 1948 y se apoya en seis pilares fundamentales: la construcción de una democracia eficiente en la que el trabajo de las instituciones se realice en un ambiente de transparencia, probidad, libertad plena y rendición de cuentas; el desarrollo de una prosperidad sustentable y sostenible que promueva la iniciativa individual, la igualdad y la inclusión social; la apertura de espacios para el reencuentro y la unión entre los ciudadanos; la adopción de un sistema de funcionamiento del Estado fundado en la despartidización y la profesionalización de la función pública que garantice la comunicación e información entre el Estado y los ciudadanos; el respeto a las conquistas de participación democrática de los ciudadanos hoy día más conscientes de sus derechos y de sus responsabilidades ante el país; y, por último, la participación de Venezuela en la comunidad internacional, basada en esquemas de cooperación que promuevan el respeto de los derechos humanos, la defensa de la democracia y el rechazo a la violencia de los intolerantes y al terrorismo en todas sus manifestaciones.
Venezuela exige regresar a la gobernabilidad democrática. Los venezolanos aspiramos encontrar la senda del bienestar y la paz social. Exigimos, por ello, el cese de la división y de la desintegración nacional y por eso estamos hoy aquí, partidos, asociaciones civiles, trabajadores, gremios, empresarios y medios de comunicación, dando el primer paso en esa dirección.
Los venezolanos compartimos valores fundamentales de libertad, igualdad y democracia y a ellos no pensamos renunciar. Demandamos trabajar de manera concertada para encontrar juntos esas soluciones que mirando hacia el largo plazo, dejen atrás las dificultades actuales y le devuelvan a la Nación la anhelada confianza y seguridad en el largo plazo.
Por Venezuela y por su futuro, que es el de nuestros hijos y de las nuevas generaciones, asumimos firmemente este compromiso y con ello sellamos una alianza de nuestras voluntades para rescatar la gobernabildad democrática de la República. La paz y la prosperidad futura de todos los venezolanos irán de la mano de este acuerdo democrático de reconstrucción nacional que con confianza, sinceridad y responsabilidad firmamos.
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BASES PARA UN ACUERDO DEMOCRATICO DE RECONSTRUCCION NACIONAL.
DECLARACIÓN 5 DE JULIO DE 2002
Quienes suscribimos este acuerdo, conscientes de la gravedad de la situación que atravesamos y empeñados en llevar al país por la senda de la democracia, la paz y la prosperidad en el largo plazo, consideramos indispensable establecer mecanismos que, sin desvirtuar la naturaleza plural de la democracia ni condicionar la competencia interpartidista o descuidar las legítimas demandas de la sociedad civil y de la población en general, garanticen la realización de estos propósitos. En tal sentido acordamos que la Coordinadora Democrática integrada por representantes de los partidos y de las organizaciones sociales, le dará seguimiento a este acuerdo y llevará adelante una agenda de trabajo destinada a construir un proyecto de país y a diseñar estrategias programáticas y electorales que permitan superar las dificultades políticas, sociales y económicas actuales y garanticen la estabilidad del sistema político y la convivencia de todos los sectores e ideologías que hacen vida política en el país.